Relatos Breves
No
entendía por qué no podía aullar como los amantes de la pared de al lado. No
entendía que, de tanto oírlos, había aprendido a aullar como los perros, y como
los locos que se miran la garganta en los espejos, y como los trenes cuando
pujan los vientos de la noche, y aún como Vallejo cuando le pegaban duro con un
palo y duro también con una soga, y sin embargo, sin embargo no podía aullar
como los amantes de la pared de al lado. No entendía por qué los aullidos de
ellos resonaban tan armoniosos y los suyos tan monocordes. No entendía que los
amantes de la pared de al lado aullaban en dúo, como Tosca y Cavaradossi, Aída
y Radamés, Andrea Chenier y Madeleine de Coigny. No entendía que en los tenores solitarios la
ausencia de soprano engendra sólo aullidos de dolor, es decir, de perro, de
loco, de tren o de Vallejo. No entendía nada de aullidos de placer. No entendía
nada de ópera. No entendía nada de amantes. No entendía.
Eugenio Mandrini
No entedía
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Harold Kremer
Espejo
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Silencia
Textos incluidos en:
Por Favor. sea breve 2
Antología de microrrelatos
Ed. Páginas de espumas
Madrid / 2009
ARTE:
Till Rabus
[ Neuchâtel, 1975 ]