Otredad
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Dos amigos dando un paseo por una de las hermosas plazas del Tigre, uno psicoanalista.
Alfredo:
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La verdad que ésta plaza es encantadora, llena de flores y árboles solemnes, fuentes de agua al estilo oriental y maravillosos monumentos de próceres que hicieron nuestra nación Argentina. Lástima que tengamos que ver tantos cirujas viviendo en ella y no sólo cirujas, también están locos de remate sino mira como gritan y hablan solos. La verdad me dan mucha LÁSTIMA, sería bueno que los desterraran de la plaza, arruinan todo lo bello que ella manifiesta.
Eduardo:
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Recuerdo al escucharte una escena de la película Luces de la cuidad de Chaplin: van a inaugurar una estatua y toda la gente “racional”, bella, culta estaban ahí esperando el suceso, cuando sacan el manto que cubría la obra se encuentran con que había un mendigo durmiendo en ella, la gente bien se aterro y pedían a grito que sacaran al paria que arruinaba todo lo bello de la civilización.
Alfredo:
Si es una buena película, pero a mí me produce mucha LÁSTIMA ESTA GENTE.
Eduardo:
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No será que en realidad esta gente como vos los llamas te LASTIMAN Y NO TE DAN LÁSTIMA, será que de alguna manera lastiman tu ego, no será que te enfrentan a algo que no quieres ver porque te perturba, te pone en conflicto. Creo que tu lástima es lo peor que podes ofrecerles, pero lo mejor que podes ofrecerte a vos mismos es ser sincero ¿hablamos de lástima o lastima?
Alfredo:
La verdad, ahora estoy confundido.
Eduardo:
Quizás sea mejor que la certeza del comienzo.
Sebastián Minuet
Confesiones de Verano
Enero / 2012
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