Viraje en el Espejo

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En la obra de Dalí hay un triunfo sobre la imagen doble. Ya no es cisnes-cisnes; salió de la paleta del pintor ¡otros seres!, ¡unos elefantes! Conserva la apariencia del reflejo y al mismo tiempo la quiebra y aparece otra cosa. Hay producción de algo nuevo que produce goce estético y una particular alegría. Por momentos asoma la extrañeza, y allí se produce el pasaje.
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El analista en ese momento de viraje del espejo, momento de gran conmoción, sostiene la escena del análisis y sus intervenciones variadas tendrán en la mira la salida del vértigo de la dialéctica especular, sin apresurar ese tiempo y sin retardarlo, aunque por supuesto no hay cálculo posible del tiempo justo. Es el tiempo del acto que se lee apres coup.
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Decíamos que “
el sujeto está llamado a renacer para saber si quiere lo que desea”. Aceptar ese desafío implica transitar el filo del análisis hasta su final.
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El analista que funcionó portando la joya agalmática que sostiene la transferencia, está destinado a la caída. Y es con esa caída que puede reinar la dimensión fecunda de la causa.
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ADRIANA WENGER
Posición del analista: Rizar el rizo
Jornadas de Escuela
EFBA. Noviembre del 2008.
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