Lacan: La Comedia (sexual) de la Vida.


El inconsciente, es muy precisamente la hipótesis de que no se sueña solamente cuando se duerme. Quisiera hacerles observar que lo que se llama "lo razonable" es un fantasma, es totalmente manifiesto en el comienzo de la ciencia. La geometría euclidiana tiene todas las características del fantasma. Un fantasma no es un sueño, es una aspiración.

La idea de la línea, de la línea recta por ejemplo, es manifiestamente un fantasma, por suerte se ha salido de eso. Quiero decir que la topología restituyó lo que debe llamarse el tejido (tissage). La idea de vecindad es simplemente la idea de consistencia, suponiendo que uno se permita dar cuerpo a la palabra "idea". Lo que no es fácil. Hay cuando menos filósofos griegos que, a la idea, intentaron darle cuerpo. Una idea, eso tiene un cuerpo: es la palabra quien la representa, y la palabra tiene una propiedad totalmente curiosa, es que hace la cosa (fait la chose).

Quisiera equivocar y escribir eso: es que "punte-l-a-cosa" ("fêle achose"), no es una mala forma de equivocar. Usar la escritura para equivocar, eso puede servir porque tenemos necesidad del equívoco precisamente para el análisis. Tenemos necesidad del equívoco, es la definición del análisis, porque como la palabra lo implica, el equívoco está de inmediato apuntando hacia el sexo. El sexo —se los he dicho: es un decir, eso vale lo que vale— el sexo no define una relación. Es lo que he enunciado formulando que no hay relación sexual. Eso quiere solamente decir que, en el hombre y sin duda a causa de la existencia del significante, el conjunto de lo que podría ser 'relación sexual' es un conjunto, se ha llegado a cogitar eso, no se sabe por otra parte muy bien de qué modo eso se produjo, es un conjunto vacío. Entonces es lo que permite muchas cosas.

(…)

Es seguramente en eso que la historia de la escritura viene a sugerir que no hay relación sexual. El análisis en la ocasión se consume a sí mismo. Quiero decir que, si hacemos una abstracción sobre el análisis, lo anulamos. Si nos damos cuenta que hablamos ya de pertenencia o de parentesco, se nos ocurre la idea de hablar de otra cosa y es seguramente en lo que el análisis, en la ocasión, encallaría. Pero es un hecho que cada uno no habla más que de eso.

La neurosis es natural? No es natural más que en tanto que en el hombre hay un Simbólico, y el hecho de qué haya un Simbólico implica que un significante nuevo emerge, un significante nuevo con el cual el Yo(moi), es decir la consciencia, se identificaría; pero lo que hay de propio al significante, que he llamado con el nombre de S1, es que no tiene más que una relación que lo define: la relación que tiene con S2. S1------S2. Es en tanto que el sujeto esta dividido entre ese S1 y ese S2 que se soporta, de suerte que no se puede decir que sea uno sólo de los dos significantes quien lo represente.


¿La neurosis es natural? Se trataría de definir la naturaleza de la naturaleza. ¿Qué es lo que puede ser dicho de la naturaleza de la naturaleza ? Ninguna otra cosa que esto: que hay algo de lo cual tenemos la imaginación de que se puede rendir cuenta de ello por lo orgánico, quiero decir por el hecho de que hay seres vivientes; pero que haya seres vivientes, no sólo no va por sí mismo, sino que fue necesario elucubrar toda una génesis, quiero decir que lo que se ha dado en llamar los genes seguramente quiere decir algo, pero no es más que un querer decir. No tenemos en ninguna parte presente ese brotamiento de la descendencia, sea evolucionista, sea incluso en la ocasión creacionista —tal para cual. La elucubración creacionista no vale más que la elucubración evolucionista, dado que de todas formas eso no es más que una hipótesis.

La lógica no se soporta más que con pocas cosas. Si no creemos de un modo en suma gratuito que las palabras hacen las coses, la lógica no tiene razón de ser. Lo que he llamado el "retor" que—hay en el análisis —es el analista de lo que se trata— el "retor" no opera más que por sugestión. El sugiere, es lo propio del retor, no impone de ningún modo algo que tendría consistencia, y es incluso debido a ello que he designado con el "ex" lo que se soporta, lo que no se soporta más que por "ex-istir".

¿De qué modo sería necesario que el analista opere para ser un conveniente retor ? Es seguramente allí que llegamos a una ambigüedad. El inconsciente , se dice, no conoce la contradicción; es seguramente por lo que es necesario que el analista opere por algo que no haga su fundamento sobre la contradicción. No es dicho que aquello de lo que se trataría sea verdadero o falso. Lo que hace lo verdadero y lo que hace lo falso, es lo que se llama el peso del analista y es en eso que digo que él es retor.

La hipótesis de que el inconsciente sea una extrapolación es absurda, y es seguramente por Io que Freud ha hecho recurso a lo que se llama la pulsión. La pulsión es algo que no se soporta más que por ser nombrada, y por ser nombrada de una forma que la tira —si puedo decir— por los cabellos, es decir que presupone que toda pulsión, en nombre de algo que se encuentra existir en el niño, que toda pulsión es sexual, pero nada nada dice que algo merezca ser llamado pulsión con esa inflexión que la reduce a ser sexual.

Lo que en lo sexual importa es lo cómico, es que, cuando un hombre es mujer, es en ese momento que ama, es decir que aspira a algo que es su objeto. Por el contrario, es a título de hombre que desea, es decir que se soporta en algo que se llama propiamente estar en erección (bander).

La vida no es trágica, es cómica, y es sin embargo bastante curioso que Freud no haya encontrado nada mejor que designar con el complejo de Edipo —es decir con una tragedia— eso de lo que se trataría en el asunto. No se ve por qué Freud designo, aún cuando podía tomar un camino más corto, designó con algo distinto de una comedia a eso con lo que tenía que ver, con lo que tenía que ver en esa relación que liga lo Simbólico, lo Imaginario y lo Real.

Para que lo Imaginario se exfolie, no hay más que reducirlo al fantasma, lo importante es que la ciencia misma no es más que un fantasma y que la idea de un despertar sea hablando con propiedad impensable. He aquí lo que tenía para decirles hoy.

Jacques Lacan
[ Paris, 1901 / 1981]
Seminario XXV.
Momento de Concluir.
Clase 1, 15/XI/77. Fragmento.
Artes Visuales:
Santiago Caruso
[ Quilmes, 1982 ]

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