Intimidades...
Sé que el amor es un
juego sucio; tienes que mancharte las manos. Si te mantienes a distancia, no
sucede nada interesante. Además, debes encontrar la distancia adecuada entre
las personas. Si están demasiado cerca, te aplastan; si están demasiado lejos, te
abandonan.
(…)
La gente joven rebosa
de creencias aburridas. ¿Por qué no yo? No me vienen a la cabeza muchas
creencias de manera espontánea. Hemos alcanzado tal estado después de dos mil
años de civilización cristiana, que si me encuentro con alguna persona con
creencias religiosas -algo que por suerte me sucede muy raramente en los
últimos tiempos- lo considero un anormal, alguien que probablemente necesite
someterse a una terapia.
Podría responder que
creo en el individualismo, el sensualismo y la ociosidad creativa. Me gusta la
imaginación humana, su delicadeza, la brutal agresividad de su energía, su
profundidad, su poder para transformar el mundo material en arte. Me lo
que hacen los hombres y las mujeres. Prefiero eso a ninguna otra cosa sobre la
tierra, aparte del amor y los cuerpos de las mujeres, que ocupan el centro de
todo aquello por lo que vale la pena vivir.
Pero Asif es
inteligente. No quiero ponerme en evidencia diciendo algo demasiado egoísta…,
aunque se me ocurren pocas instituciones más egoístas que la familia.
(…)
No recomiendo mentir.
Excepto en determinadas circunstancias.
Susan, si me
conocieras, me escupirías a la cara. Te he mentido y traicionado día tras día.
Pero si no me lo hubiera pasado en grande con esas mujeres, no habría aguantado
tanto tiempo aquí. Las mentiras nos protegen a todos; permiten que las cosas
importantes funcionen. Mentir es un acto bondadoso. Si hubiera actuado honestamente
durante todos estos años, ¿a quién habría impresionado? ¿A Dios? Un mundo sin
mentiras resultaría imposible; un mundo en el que no se despreciase la mentira
también. Por desgracia, mentir nos hace sentir omnipotentes. Provoca una
terrible soledad.
(…)
¿Adónde se han ido
todos los padres? En una ocasión los padres se fueron a la guerra y regresaron,
los que lo hicieron, irreconocibles. Y los padres siguen marchándose y
regresando, los que finalmente regresan, irreconocibles. ¿Piensan en sus hijos?
¿Qué cosas más interesantes tienen que hacer? ¿Es cuando sus esposas se
convierten en madres cuando deciden marcharse? ¿Qué tienen las madres que hace
que sea tan esencial abandonarlas?
Hanif
Kureishi
[ Londres, 1954]
Fragmentos de su texto:
Intimidad.
Anagrama, Barcelona, 1999.
Artes Visuales:
Egon Schiele
[ Austria, 1890 / 1918 ]