Lacan, la Ética del Psicoanálisis y otras consecuencias...










Según el diccionario de la Real Academia Española, el legendario Ferrater Mora, los sitios de Google que hoy han alcanzado estatuto de consulta, y otras humildes lecturas, tenemos por conocimiento vulgar que la ética es la rama de la filosofía que estudia la bondad o la maldad de los comportamientos. Lo cual nos deja con la pregunta sobre quien dice qué es la bondad y qué es la maldad. Pero avancemos. Otras fuentes nos dicen que la ética tiene como centro de atención las acciones humanas y aquellos aspectos de las mismas que se relacionan con el bien, la virtud, el deber, la felicidad y la vida realizada.Nos preguntamos ahora qué significa “bien”, “virtud”, “deber”, “felicidad” y algo tan singular como “vida realizada”.

Según otra corriente clásica, la ética tiene como objeto los actos que el ser humano realiza de modo consciente y libre. Los analistas no conocemos a nadie así.

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Leemos en El Seminario VII, de Lacan, de La Ética en psicoanálisis, en su primera clase, “El Programa”:
                “La cuestión de plantearse una ética se debe a que los analistas somos depositarios de una demanda y es la esencia, la naturaleza de esa demanda la que llama a establecer una ética en la respuesta.”

La naturaleza de la demanda reside en que se demanda, se pide, por algún problema que el demandante cree tener y que lo explica a su entender. Eso que expone a su analista es la expresión de lo que ha registrado su sensibilidad. Ahora, la compleja causación del registro sensible no es conocida por el demandante. Entonces, lo primero que hay que atender es que tenemos que manejarnos en dos niveles explicativos, como se dice en metodología. Un nivel es el de la conciencia. El otro es el de lo inconsciente.

¿Qué quiere decir inconsciente? El término “lo”, neutro, señala que este es el nivel de lo desconocido. “La dimensión desconocida”, como se llamaba la vieja serie de televisión. O “Rumbo a lo desconocido”, que es un adecuado nombre para un análisis. Lo cual no quiere decir que ese espacio sea caótico, que  no tenga reglas, sino sólo que no las conocemos antes de un análisis.

Al principio no se sabe qué es lo que impulsa a la demanda. Se la escucha porque aparece en la transferencia con el analista.Transferencia es la actualización del vínculo primario en la relación con el analista. Eso es lo que está en el segundo nivel. Es lo que se va a re-presentar –volver a presentar- en la transferencia y es gracias a esa actualización que es posible averiguar, en un análisis, de qué se trata. Pero el relato mítico sobre la familia, “la novela familiar del neurótico”, sólo nos interesa porque es portadora de una lógica que Freud explicó con los mitos y Lacan intentó expresar en términos matemáticos.

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El problema con la lectura de Lacan es parecido a lo que pasa con los préstamos bancarios. Se lo dan a los que ya tienen dinero. Para leer a Lacan hay que saber de antemano de qué está hablando.  Por eso, vamos a avanzar despacio, con algunas licencias provisorias en cuanto a la acepción de términos como “deseo”.

Estamos acostumbrados a pensar la moral como aquello que hay que hacer, lo que está mandado, que se debe hacer. El padre mitológico de la novela familiar tiene como función sostener ese mandato y las sanciones por su incumplimiento. También es quien debe habilitar con su transmisión [1] y con su ejemplo y su deseo, a los hijos, para “lo que hay que hacer”. Y después debe estar ahí para que los hijos lo sucedan. Un trámite complejo y lleno de riesgos, con posibles consecuencias gravosas para la descendencia.

Retomando nuestra definición de ética y moral, tomamos la moral como un propósito y la ética como las vías para lograrlo, que suponen por supuesto principios y normas de orden… moral. Es decir que no se debe, aunque se pueda, llegar al propósito, al fin moral, por cualquier vía. El fin, no justifica los medios. O sí, eso depende de la moral de cada grupo o persona.

En cuanto a la muerte simbólica del padre, a su sucesión, ¿Puede decirse que ese sea el propósito moral al que hay que llegar y que las vías de acceso a su asesinato simbólico constituyan una ética moralmente aceptable? Sin embargo, es lo que la cultura manda para asegurar el poder y se justifica en la finitud de la vida.

En realidad se trata de una controversia de la cultura. Un punto controversial. Un conocido empresario dijo una vez que él y su hijo estaban completamente de acuerdo en que un día iba a remplazarlo en la conducción de sus empresas. Pero en lo que no estaban de acuerdo era en cuando iba a ser ese día.

Un padre, jugando al fútbol se dio cuenta que su hijo ya era más veloz que él, entonces lo tacleó y lo lastimó. Pero no consultó consternado por eso, sino por estados angustiosos sin razón aparente que luego se indagó que derivaban de su declinación física normal debida a la edad. No sentía ninguna culpa por su acción contra el hijo.

En El Malestar en la Cultura, Freud afirma que cuando la crianza es desfavorable y no faculta a los hijos a valerse por sí mismos con confianza en sus capacidades, difícilmente, dice, de adultos puedan tener éxito y encontrar la felicidad. Agrega que además han de encontrarse siempre con las personas adecuadas para repetir situaciones de infortunio. No deja ninguna esperanza. Entonces uno puede preguntarse ¿Siendo así de qué sirve analizarse? La respuesta es que con mucho esfuerzo las personas que se analizan pueden alcanzar a saber de sí mismos como para estar prevenidos y evitar las situaciones desafortunadas y los malos encuentros. No es poco. Sin embargo, no todo se soluciona con el recurso del psicoanálisis. Freud en el mismo texto dice que la naturaleza no está hecha con ese propósito, no contempla, que el hombre sea feliz. No hay un mundo preparado para que así sea. Ya lo dice el antiguo testamento;en el Génesis, al modo de los antiguos se nos explica por qué el hombre no está en la tierra para ser feliz.



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Las perturbaciones en la función paterna deben entenderse desde otra dimensión de la cual, todo lo referido a los hechos y a los sentimientos es sólo su expresión. Y aquí vamos a la diferencia entre el mito y la formalización. Entre el relato y las matemáticas, y la física;en suma, se trata de los modelos explicativos que podemos utilizar para captar la lógica del pensamiento.

La conciencia es conciencia de objeto. Pero se sostiene en una lógica de operaciones. La novela familiar del neurótico es un relato reglado por esa lógica. Aquí pasamos del mito al “matema”, palabra inventada por Lacan precisamente para hablar de la lógica de las operaciones de los objetos del relato. Si aceptamos la idea del matema y nos arriesgamos un poco, podemos hacer algunos intentos con las matemáticas y tratar la cuestión de las perturbaciones de las funciones parentales como puntos de inconsistencia de los sistemas [2].

La formación de la personalidad provienede “todo lo hablado desde siempre”. Es una expresión de Lacan. Quiere decir, bien en sencillo, que todo lo que se habla en un entorno social, construye una lógica que se expresa en el modo de ser de cada uno. En otras palabras, el ser no es más que la portación de esa lógica. Daremos un solo ejemplo tomado de la clínica real: No es lo mismo que se cuente de un niño que fue deseado y programado, que se diga que la madre quería pero el padre no y en uno de esos días quedaron embarazados y “…lo dejamos”. Las consecuencias para el niño no son las mismas. No es lo mismo pararse ante el mundo y presentarse, en cualquier circunstancia de la vida como “deseado” que como aquel que “…lo dejaron”. Impone una condición singular, un modo de ser, eso que Lacan dijo que era la personalidad: El modo en cada uno se presenta ante los demás.


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El deseo, sea lo que sea en cada caso, se ubica en el proceso que el psicoanálisis comprende como una construcción, por medio del cual un individuo llega a asumir su lugar en el juego de los sexos a través de la compleja red de identificaciones. Se erotiza, luego, desea, decimos. Pero desear, como venimos comprendiendo su definición en Lacan,  no es sinónimo de querer o de anhelar o sentir ansias por algo. Tampoco está asociado necesariamente al placer, ni a los buenos principios, como la ética de Platón. Pero si es algo que está, que surge,en un proceso infinito de juegos de palabras, de sustituciones generacionales, evidentemente como consagración del sujeto al cumplimiento de un destino también está  asociado con la muerte, como fin de su ciclo.Pero eso también es para otro día.

Y si es el deseo parte de esos procesos que ligan a unos sujetos con otros, por supuesto, el deseo, tiene que ver con el amor. Sólo que el amor para el psicoanálisis no es lo mismo que para el sentir común.

Una ética del amor y del amor en transferencia:

Lo dicho implica una ética del amor.Pero que no es la del sentir común, ni la de la filosofía, dice Lacan. Y la pregunta que sigue en su reflexión, a esta altura, es por qué el psicoanálisis no ha avanzado más en la investigación sobre una erótica. Y por supuesto, lo siguiente es hablar de la mujer y tratándose de la ética y de la moral retorna la pregunta de Freud que no tiene respuesta. ¿O sí? la respuesta por lo que desea la mujer, cuando Freud se la hace aún no concluye, pero llegará finalmente a que no hay objeto para conformar eso“¿Waswill das weib?”.

Si les preguntan a ellas dirán tantas cosas… Pero de qué se trata. Lo mismo pasa con los hombres ¿Por qué se afanan? Van detrás del dinero, del éxito, de la seducción, de la guerra, la fama, el auto, la casa, las cuotas. ¿Qué quieren? ¿Quieren todo eso? Finalmente, a la mayoría, si les preguntan, dirán que lo que realmente quieren es poder descansar, estar tranquilos.

La picardía popular siempre ilustra: Un hombre llega a su casa después de un día terrible y casi no habla con su mujer. Permanece distraído, casi ausente durante la cena y luego, cuando van a la cama, hace el amor de un modo protocolar, como una rutina. Se queda dormido casi inmediatamente. Su mujer se pregunta qué le pasa, si es que estará saliendo con otra, si ya no la desea. Él mientras se deja caer por el abismo del sueño reflexiona que ha sido un día terrible, perdió un cliente, rayó el auto al salir de la cochera y encima Boca quedó fuera de la copa. Menos mal que tuvo un buen orgasmo.

Ellas quieren ser valoradas. Si es así es porque no lo son, o al menos se sienten así. Eso dice el psicoanálisis porque comprende que la cultura -el orden humano- es fálica y que la mujer ante la diferencia anatómica se considera a sí misma falta de falo. Y ellos, quieren que los quieran. Y si es así es porque al menos no se sienten queridos. Tiene un sentido, porque la mujer,tal como se la define parece más interesada en conquistar estatuto fálico haciéndose desear por el hombre, que en quererlo realmente. O es que lo quiere, sí, pero para eso que quiere ella. Así es el malentendido del amor para el psicoanálisis.





El psicoanálisis aborda cuantas cuestiones reclame atender la fundamentación de una teoría del ser, puesto que no es una ciencia delo orgánico.Plantear una psicopatología es harto insuficiente para entender de qué se trata el ser. Porque el ser no es algo que puede tener fallas, que pueda enfermarse, tener una patología en el sentido médico.  Y tampoco se trata de un proceso que debe llegar a un final, idealmente. ¿Qué pasa si se queda en una etapa intermedia? Cuando no se completa todo el circuito del complejo de Edipo hasta las identificaciones con el propio sexo, nos encontramos con personas que van a elegir a individuos de su mismo sexo –en el sentido de lo psíquico y no de lo meramente anatómico- para su vida erótica. ¿Es eso algo incorrecto? ¿No es ético o acaso no es moral? Para el psicoanálisis la detención del proceso no implica la pérdida de una meta ideal, sino un suceso posible sin valoración ética ni estética. En sencillo: la homosexualidad sólo es una resolución posible de la personalidad. Nada dice que hay que ser heterosexual. Y mucho menos que es mejor o tiene más posibilidades de ser feliz.

Entonces, la ética del deseo es, en la práctica, determinar quién ha venido a vernos en el sentido de su novela familiar en cuanto ese mito le designa un destino. En términos formales ¿cuál es la x? Eso es lo primero cuando se le abre la puerta del consultorio a alguien. No podemos anticipar nada. Vamos a escuchar. ¿Pero escuchar qué si dijimos que la demanda no es lo que importa? Pero al escuchar la demanda captamos las formaciones de lo inconsciente. –En términos formales, las discontinuidades de la f(x). Estamos en la inconsistencia de la novela familiar como ecuación de un sistema. Entonces hacemos las preguntas que nos llevan al punto donde el sentido del discurso se pierde, se anula. Ahí, en su límite, es donde captamos el ser en lo esencial de su rasgo. Esto es, la posición en la lógica de “la escena primaria”. En términos de nuestro intento de formalización: cuál es su cuánto.

Con estos recursos metodológicos de investigación podemos decirle a muestro consultante de dónde viene y dónde está. Después de algún tiempo, claro. Eso le explicará sus padecimientos. Le demostrará cómo ha repetido las condiciones de ese lugar sufriente de su escena familiar en sus parejas y en sus relaciones en general. Entonces comprenderá que eso que llamaba deseo en realidad es un impulso constante, discreto, de una invariante funcional, hacia un destino, bastante desconocido para él. Digamos, quizás y en algunos casos, apenas intuido. Y lo que le atrae hacia ese destino, no es el placer, aunque pudiera serlo, sino que la recompensa, lo anhelado, es la sensación de consistencia que se obtiene cierta realización del ser. Por eso se dice que hay goce.

En este punto hay una reminiscencia si se quiere, de la ética de Aristóteles, en cuanto a que el destino, el propósito de la ética no es necesariamente moral. Puede ser todo lo contrario e igualmente funciona para el individuo, desde su intuición de que debe ir hacia. También lo podemos pensar como un imperativo kantiano.

El existencialismo ha definido el imperativo de ser. En Sartre podemos leer la idea de trascendencia como razón o destino y en Heidegger la proposición de estar en camino como el modo de ser. Aunque Heidegger no se planteaba una ética, pero sí una poderosa moral que señalaba la utopía del ser como el desafío de tomar en forma activa, como proyecto yecto, la pre comprensión originaria (a mi entender un equivalente a la novela familiar freudiana).

Entonces ¿Cuál es la ética en psicoanálisis? Revelar un destino. El ser, es un destino. Su vida es el camino, estar en el camino en palabras de Heidegger. El hombre está siempre ahí para que la historia vuelva a pasar dijo Borges en La Trama.Como “El hombre Ilustado” de Bradbury, el individuo lleva en sí mismo, como escrito en la piel, las claves de su ser siendo. Un sujeto de tal modo concebido, que se define por su historicidad, responde al principio de incertidumbre de Heisenberg:  si se lo aprehende en el momento actual, no resulta claro a donde va ni de dónde viene. Mientras que tomarlo en su devenir, no da garantías de su posición actual. Como pasa con los políticos…

Es la moral del analista revelar un destino y su ética es que para hacerlo debe seguir la metodología que se sostiene en la teoría. Y como investigador no debe abrir juicio sobre lo que descubre. Él en razón de la ética del psicoanálisis, trabaja en abstinencia moral. Respondiendo a la pregunta que nos hicimos al principio de “nuestro propio intento moral con la ética” debemos decir que el psicoanálisis no tiene moral propia. Lo cual no quiere decir que sea amoral, ni mucho menos inmoral. Sino que su moral, en cada caso, según la hemos definido, es respetar la moral de su consultante.Aunque no está obligado a ir en contra de sus propios principios morales. En tal situación puede no aceptar el caso.

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¿El psicoanálisis es un cuerpo teórico teoréticamente criticable?  ¿El psicoanálisis se puede analizar? ¿Puede ser el psicoanálisis por fin cuestionado? Freud acepta el desafío (Ver “Lecciones introductorias al Psicoanálisis”) a condición de que la crítica no sea desde lo que él llamaba la nerviosidad contemporánea sino –y otra vez- desde la ciencia.

Mientras tanto los analistas sólo se han ocupado de elucidar si eso que practican es una ciencia de la conjetura o una ciencia conjetural. Son, visiblemente, mucho más apegados a los juegos de palabras, que a las leyes de los juegos.

Otra dificultad con la obra de Lacan es que no fueron grabadas sus clases, sino tomadas a mano alzada por varios de los estudiantes presentes. Según comentarios de la época la mayoría de los presentes no tenía la menor idea de qué decía Lacan. Es probable que aquellos que levantaban notas en sus clases fueran de los que no entendían. Esas versiones luego se cotejaban y así se establecía el texto. Pero Lacan jamás autorizó alguno. Durante años circularon versiones no autorizadas, con las que aquí todos “aprendimos”. Quién no tuvo en sus manos esas ediciones copiadas a esténcil, con tapas azules y anillado de plástico blanco, que se compraban clandestinamente frente a la Tecnológica, en la calle Medrano. Miller se enteró de la existencia de esos cuadernillos y quiso emprender acciones legales por los derechos de autor. Entonces un juego completo fue donado a la biblioteca nacional para que fuera patrimonio público y no hubiera lugar a la demanda. No nos van a enseñar a nosotros…

Unos años después Miller, en uno de sus viajes para preparar la fundación de la EOL, pasó por la facultad, para convocar al semillero. Era un momento de urgencias porque había elecciones del centro de estudiantes. Miller habló durante una hora, más o menos de lo temas que a él le interesaban. En una pausa uno de los candidatos a la presidencia del centro aprovecho para animarse: ”Francés, vos hablás muy bien, pero ¿cuántos votos me garantizas?”

Cada quien tenía sus urgencias. Miller por la EOL, otros por ser la nueva psicoburguesía,  y los muchachos ante todo éramos psicobolches y aún no tomábamos conciencia de la herencia que nos estaban preparando, aunque algunos lo intuíamos.

A la muerte de Lacan, los deudos se disputaron los derechos de autor. Para los de habla hispana Editorial Paidós empezó a publicar “Los Seminarios” autorizados, pero de a poco. Jacques Alain Miller, el yerno, dijo una vez, “hay que esperar”. De a poco se nos iba revelando la palabra. Los años pasaron y todos Los Seminarios fueron apareciendo en las librerías. Pero, Miller y Diana Rabinovich, su co-traductora, para entonces se habían disgustado. Entonces ella dio a entender que esas traducciones no eran confiables.

En fin, lo que tenemos hoy, es el resultado de las vicisitudes de la historia del psicoanálisis, una historia de virtudes y mezquindades, de “grandezas y miserias” como dijo aquel primer ministro francés que visitara la Argentina y dijera después, “conocí un país que cuando sus habitantes tomen conciencia de todo lo que tienen se darán cuenta de que no nos necesitan para nada”. Creo que se refería a la dependencia, que termina en los bolsillos antes que nos demos cuenta que es cultural.

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Vamos a despedirnos con algo agradable, sobre el amor y la ciencia.


"Siempre he creído en los números. En las ecuaciones y en la lógica que conducían a la razón. Pero... después de una vida de búsqueda me digo: ¿qué es lógica? ¿Quién decide la razón? He buscado a través de lo físico, lo metafísico, lo delirante y vuelta a empezar. Y he hecho el descubrimiento más importante de mi carrera, el más importante de mi vida. Solo en las misteriosas ecuaciones del amor puede encontrarse alguna lógica. Estoy aquí esta noche gracias a ti. Tú eres mi única razón de ser. Eres todas mis razones..." [3]




J. Beno Paz
“Nunca pude comprender el Seminario de Lacan sobre la Ética” (X)
(X) María Rosa Balducci. Escritora y docente argentina contemporánea.
Extracto de su Trabajo Inédito.
XI/2016
Gracias Beno por este escrito que quisiste compartir con tus colegas amigos. MAP.


ARTES VISUALES:
Istvan Sandorfi
[ Budapest, 1948 / Paris, 2007 ]



[ 1 ] En psicoanálisis no se habla de enseñanza sino de transmisión. Es la acción del padre de pasar al hijo el poder. No es enseñar un oficio o instruirlo en un saber hacer. Aunque la transmisión puede estar implícita en esas enseñanzas.
[ 2 ] Tomamos este concepto de “sistema”: Objeto compuesto, de gran complejidad, discernible en elementos relacionados entre sí por una legalidad que recibe el nombre de estructura. Tiene relación con el entorno -con otros elementos o sistemas- funcionando como elemento de en un sistema de mayor complejidad. Todo el universo está conformado por sistemas y es a la vez un gran sistema abierto. Hay sistemas metabólicos, sociales, etc. Un sistema capital es el de las matemáticas. En Freud se puede hablar de “sistema psíquico”, aunque él lo designó como “aparato psíquico”, que parece referirse a un sistema de mecánica física. 
[ 3 ] Del Film: A beautiful Mind, Sobre la vida del matemático y Premio Nobel John Forbes Nash. Dirigido por Ron Howard, basado en el texto de Sylvia Nasar. EE.UU, 2001.-


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