Jorge Luis Borges / Poesía








Un analizante, esta mañana, me envió por correo la siguiente línea:
"Encontré el tema que me describió el estado de hoy, de todo lo que hablamos."
El link de la canción está aquí.
Pensando en el trabajo de duelo que conlleva una pérdida, recordé este poema.




What can I hold you with?
I offer you lean streets, desperate sunsets, the moon of ragged suburbs.

I offer you the bitterness of a man who has looked long and long at the lonely moon.

I offer you my ancestors, my dead men, the ghosts that living men have honoured in marble: my father’s father killed in the frontier of Buenos Aires, two bullets through his lungs, bearded and dead, wrapped by his soldiers in the hide of a cow; my mother’s grandfather –just twenty four- heading a charged of three hundred men in Peru, now ghosts on vanished horses.

I offer you whatever insight my books may hold, whatever manliness or humour my life.

I offer you the loyalty of a man who has never been loyal.

I offer you that kernel of myself that I have saved, somehow –the central heart that deals not in words, traffics not with dreams and is untouched by time, by joy, by adversities.

I offer you the memory of yellow rose seen at sunset, years before you were born.

I offer you explanations of yourself, theories about yourself, authentic and surprising news of yourself.

I can give you my loneliness, my darkness, the hunger of my heart; I am trying to bribe you with uncertainty, with danger, with defeat.


Jorge Luis Borges
[Buenos Aires, 1899 / Ginebra,  1986]
Two english poems. II
1934



¿Con qué podría retenerte?
Te ofrezco esbeltas calles, puestas de sol desesperadas, la luna de suburbios mal cortados.
Te ofrezco la amargura de un hombre que ha mirado largamente la luna solitaria.
Te ofrezco mis ancestros, mis muertos, los fantasmas que los vivos han honrado con bronce: al padre de mi padre que murió en la frontera de Buenos Aires con dos balas que atravesaron sus pulmones, barbado y muerto, a quien amortajaron sus soldados con una piel de vaca; a ese bisabuelo, de la línea materna, que comandó, con veinticuatro años, una ofensiva de trescientos hombres en el Perú, ahora sólo fantasmas sobre monturas desleídas.
Te ofrezco, sea cual fuere, la sapiencia que contengan mis libros, y la hombría y el humor que contenga mi vida.
Te ofrezco la lealtad de un hombre que jamás ha sido leal.
Te ofrezco el núcleo duro de mí mismo que he guardado, de algún modo; el corazón central que no comercia con palabras, no trafica con sueños, y no tocan el tiempo ni el placer ni las adversidades.
Te ofrezco la memoria de una rosa amarilla vista al atardecer algunos años antes de que nacieras.
Te ofrezco explicaciones de vos misma, teorías de vos misma, auténticas y sorprendentes noticias de vos misma.
Te puedo dar mi soledad, mi oscuridad, el hambre de mi corazón; intento sobornarte con incertidumbre, con peligro, con derrota.

J.L.Borges, Dos poemas ingleses. 1934.


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