De Futuramas y lenguajes metálicos...









Saludos Marcelo. Muchas gracias por tu blog, por tus videos de Youtube y por el estilo tan simpático, ameno y funcional que los envuelve. Hace no mucho comencé mi análisis y, entre lo uno y lo otro, voy intentando abrirme paso en esta jungla de conceptos con la esperanza de que el machete se vaya afilando mientras me abro camino.

Mi pregunta me la inspira un texto que ensayo titulado "Robots lacanianos", en el que me pregunto sobre cómo sería posible, en caso de que lo fuese, procrear un "cacho de hojalata" y humanizarlo. La pregunta sería, teniendo en mente el hecho de que la cultura es capaz de "malograr" a especies biológicas que no sean la humana - si me permites  llamar así al protosujeto-; qué tipo de atributos son necesarios para que un soma pueda ser agujereado. Me viene a la mente por ejemplo la mosca y concibo como más dificil la idea de alienarla que, por ejemplo, a un oso pardo ( Las pulgas circences parecen pertenecer más al mundo de la ficción que, por ejemplo, el loro o el chimpancé) ¿ Se sabe algo al respecto de los presupuestos biológicos o estructurales que hacen que ciertos seres sean más propensos a enajenarse que otros? ¿En qué aspectos deberían poner el acento los ingenieros para que una "simple" máquina dobladora de vigas pueda convertirse en el bribón de Bender, de Futurama?  Gracias de nuevo.  Alejandro Henriquez P.




Hola Alejandro. Tengo entendido que Bender nació en Tijuana (o nacerá, mejor dicho). Y también que es algo así como el anti-robot, ya que es demasiado humano: “misántropo, sociópata, cleptómano, alcohólico, con problemas de tabaquismo, deshonesto, seductor, perezoso, con demasiados problemas con la ley”-según Wikipedia. Me intriga el título del ensayo: "robots lacanianos" parece un oxímoron. 



Los ingenieros, como vos decís, no van a poder poner el aspecto en ningún artilugio científico porque estas partiendo de una premisa un tanto anti-lacaniana: nosotros no tenemos un Lenguaje, el Lenguaje nos tiene: somos habitados. Por lo tanto no hay manera de crear un robot que no sea robot, aunque hable. Porque el problema no es si habla o es mudo (los mudos, por otro lado, tienen lenguaje y están tomados por él, por eso se llaman sordos en vez de mudos). El problema es que el agujero fálico, el trenzado con que se agujerea el lenguaje, no viene en cajas para ingenieros. Transformar un ser biológico cualquiera en un ser de la cultura, sólo se puede llegar, y eso es ya bastante lejos, por vía de la domesticación: se hace con todos los animales que enseguida entienden códigos. Por ejemplo: un conejo sabe en poco tiempo que cada vez que escucha el ruido de una determinada bolsa, va a recibir comida, entonces corre hacia aquel que tiene la bolsa. O un perro sabe que si agarramos el collar es para que salga a la calle. Estos son códigos. Los animales no tienen significantes. Es decir: ningún conejo, ningún perro, le puede DECIR a otro igual que el ruido de esa bolsa implica alimento en breve. No puede transmitirlo. Simplemente porque estrictamente hablando, no hablan. Supongamos, en un caso extremo ficcional, que un perro pudieses transmitir a su hermanito que cuando el dueño toma el collar, entonces hay salida asegurada. ¿Cómo lo haría? Como se ve, el sólo imaginarlo nos lleva a una bizarría. Ahora: el hermanito-perro, a poco andar, también aprenderá que cada vez que el dueño toma el collar será para el paseo, pero no lo aprende del perro, sino a través del código con el que identifica collar con paseo. No hay ninguna posibilidad que el collar, para el perro, signifique otra cosa que paseo. El significante, a diferencia del código, engaña. La ciencia, la medicina, ha sido engañada por la histérica.



Ahora, en el punto que vos decís que un orangután es más propicio que una mosca, es cierto. Lacan nunca dejó de lado el real orgánico, el córtex cerebral por ejemplo que bien conceptualizó con el espejo cóncavo en su Modelo Óptico. Es decir: una Paloma hace desdoblamiento del espacio, pero no tiene inconsciente porque no tiene lenguaje: el lenguaje es la condición de lo inconsciente, no a la inversa. Es decir: un sujeto con alguna anomalía orgánica, va a tener interferencias en el lenguaje por más agujereado que esté vía el falo.

El lenguaje, además de ser la condición de lo inconsciente, es la condición del goce. Por eso deberá ser transmitido musicalmente, no-metalizado. Y será así también condición para que la pulsión nazca, que llegue del Otro. (Recordemos, como decimos siempre, los famosos chicos que coloquialmente se les llama "aparatos" porque aparentan poca música -mucha rigidez- en su cuerpo.)  Es decir que el sujeto no habla para comunicarse (aunque cree que si lo hace se comunica mejor) sino porque encuentra un goce en ese hablar. Como tampoco come para alimentarse. Sino porque hay un goce en la misma oralidad. Creo que es dificil imaginar un robot que goce: para que haya goce debe haber pérdida (el goce es isomórfico a la castración) y el robot no excreta pérdida alguna.



Resumiendo: si el falo es el significante del deseo, es el significante cero, es el significante que abre la llave a la Cultura, ningún robot (por más celoso, Edipico, neurótico, que se nos quisiera hacer creer) nunca podrá atravesar la barrera porque, de hecho, es de hierro. Y, paradójicamente aunque no tanto, el nombre de esa barrera –culturalmente- se llama Lenguaje.

Nobleza obliga; el referente de tu mail es "¿Qué es un cacho de carne?". Es un protosujeto (no un protorobot o un protoanimal) a la espera de transformarse, vía la Metáfora Paterna, en un sujeto. Cordiales saludos.  MAP





Gracias por tu pronta respuesta Marcelo.   Quizás lo que guiaba mi preguntar con más insistencia giraba en torno al Real como condición de posibilidad de ser agujereado por la función fálica: en este caso nombraste al neocortex. Más que un Bender, que tras un golpe en la cabeza se convierte en poema "de chapa y cable", lo que querría establecer es si el sueño del científico loco de llevar a cabo una especie de "inmaculada concepción" es como aquel otro del perpetuum mobile: un imposible.

¿Por qué este interés en el metal? Porque claro, la ingeniería genética ya es capaz de crear un proto-caramelito-bombón (copiar-cortar-pegar): basta que haya por ahí una mirada que le jale esos mofletitos tan ricos y ya tenemos a un poeta de "carne y hueso".

No, yo me planto en los cerebros positrónicos. Su habitación, la del científico en falta, es como la de Geppetto, en donde hasta la almohada está hecha de madera, no tiene otra cosa a mano y para colmo está soltero. Pinocchio tiene nariz, si no: ¿Que le crecería cuando mintiese? Je.

Un infant robótico que, a falta de caricias, se muera. No hacer un ser de metal al que parezca faltarle un tornillo o perder aceite, sino que le falte y que la pierda de hecho. Un mito de "Edibot" que lo envuelva...lo sé, lo sé, se me va...Un fetiche de aleaciones.

Aún así voy a mirarme eso que remitias al neocórtex sobre el espejo cóncavo así como ese " no se vayan a creer que el hombre creó el lenguaje". Ai ya ya yaiii, el Lacan se pone morcillon y lo va a entender su madre.

Gracias de nuevo. Alejandro-

PD: residiendo de momento en Frankfurt pero oriundo de Gran Canaria, España.



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