Amores...









 "No hay más lenguaje que el amoroso, y todo el que ha pretendido librarse de semejante servidumbre e intentado un lenguaje racional, ha fracaso."
Gonzalo Torrente Ballester
España / 1910-1999
La saga / fuga de J. B.
-1972-

Ah! Las historias de amor que escuchamos los psicoanalistas... Cómo no decir que en cada neurótico se esconde un poeta; cómo no escuchar a Jacques Lacan cuando decía que de lo único que siempre se habla en un análisis es de amor...

Todas las viñetas son de la última semana:

Un primer fragmento. Primera sesión: cuenta que hace meses “de coger ni hablemos”... Cuenta que la ama, que tiene dos hijos pequeños, que acaban de mudarse a una casa hermosa, que a ella no le falta nada, excepto -claro- eso, digamos: efectivizar el amor en goce. Se pregunta: "Hay gente que coje y no se ama... hay gente que se ama y coje... Acá hay un ejemplo extra: se ama y no se coje."-  Acoto: "Faltaría una alternativa más: ni se coje ni se ama."-



Otro fragmento: Él está separado hace dos años, momento desde el cual comienza a tener sexo con una compañera del gym. Ya han pasado dos años... Dos años. Pero en una de las últimas sesiones comenta: “Ayer era su cumpleaños. El año pasado, un minuto después de las doce de la noche que empezaba mi cumpleaños, ella me mandó un mensajito al celular... Ayer yo tenía ganas y lo hice: el mandé un mensajito. No me contestó.”- Dos años.




Otro más: cuenta que está tranquilo, menos angustiado, porque decidieron “separarse sin separarse”: se verán cuando tengan ganas, tendrán sexo, pero cada uno estará habilitado para “tener el corazón disponible”... Entonces una semana después llega a la consulta con mucha angustia y dice: “Lo que pasa es que ella me llama y yo voy, y aunque no tengas ganas de curtir voy igual, porque voy para estar con ella... Y aparte... Conoci una chica en el club y no puedo engancharme porque siento culpa, a pesar del pacto siento que la cago.” Puntúo: “Creo que el pacto no alcanza para matarla... es decir: matarte... Creo que el duelo lo vas a tener que hacer sí o sí.” Y entonces dice: “Todo no se puede, ¿no?”-



Y otro más: cuenta que ambos “han cedido sus espacios en pro de los chicos”, que entonces él se puso a escuchar ese equipo de música que había comprado hace años y que los dos niños vinieron a la carga: “Pero qué fuerte ese volumen!”, “¿Para qué te ponés a escuchar eso?”, “Dale papá, vení con nosotros..!”- Cuestión que advierte que esos espacios cedidos no sólo le perjudicaron a él, sino también a los hijos, que creó una dependencia absoluta y algo mucho más triste: en nueve años no le ha podido transmitir que puede haber placer en algo más que trabajar; por ejemplo en escuchar música. Los celos disparan, justamente, porque algo de eso se jugaba en la escena: Papá goza y no (de) con nosotros. Y algo más que se pregunta el analizante: “¿Qué clase de vida adulta le estoy transmitiendo? ¿Cómo puede ser que ellos vayan a querer crecer si su padre nunca se conectó con el placer, más que trabajando?”-



Último fragmento de la semana: ellos tienen deseo, tienen pasión, son “la envidia de muchos que nunca se tocan, nunca cojen, nunca se dan la mano, que no vibran más que en sueños...” Pero a poco andar, enuncia: “Y somos el asmereir de muchos también, porque cuando nos peleamos nos separamos y rompemos todo lo que poco a poco se intentó construir.” Puntúo: “¿Será por eso que lo viven tan apasionadamente? Como cuando uno sale de vacaciones diez días y sabe que se terminan y entonces hay que vivir todo afull...”- En la misma sesión dice: “Tengo una pareja amiga que cada vez que discuten se tiran con platos, con floreros, con todo lo que hay a mano... Es terrible todo lo que hacen en cada discusión; pero eso sí: nunca en ocho años se les ocurrió separarse por una pelea. ¿Cómo puede ser que aún así haya sostén..?”- Le recuerdo que no todos son iguales y le digo: “Para algunos el amor incluye el conflicto; otros creen que hay amores perfectos y al presentarse el obstáculo renuncian a esa imperfección. La mezcla para construir el andamiaje, el sostén, se hace también con cal, aunque moleste un poco a los ojos."-

Amores: amores que odian, amores que duelan y duelen, amores que esperan, amores que sueñan, amores que renuncian, amores que demandan, amores escurridizos, amores recelosos... ¡Todo es amor! Y Don Oliverio Girondo lo sabía:  

Amor espermatozoico, esperantista.
Amor desinfectado, amor untuoso...
Amor con sus accesorios, con sus repuestos;
con sus faltas de puntualidad, de ortografía;
con sus interrupciones cardíacas y telefónicas.
Amor que incendia el corazón de los orangutanes,
de los bomberos.
Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas,
que arranca los botones de los botines,
que se alimenta de encelo y de ensalada.
Amor impostergable y amor impuesto.
Amor incandescente y amor incauto.
Amor indeformable. Amor desnudo.
Amor-amor que es, simplemente, amor.
Amor y amor... ¡y nada más que amor!


(En fin: mejor el celuloide que la realidad... Aquí va un videito atinente.)

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Julio / 2013

arte:
Claudia Blin
Chile





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