Lacan, El Travesti y La Monja



La problemática política, a partir del siglo XVIII, es que la desaparición de un término que englobe al contrario produce, primero, una sociedad inmanente; esto quiere decir una sociedad que no se puede pensar en ninguna trascendencia. Y que la sociedad sea una cosa inmanente, que sea trascendente, que sepamos que este conjunto de ocurrencias que hay aquí (las pasiones) depende de nosotros mismos, y que no está ordenado por ninguna cosa exterior a nosotros, crea dos posiciones.

Una, que podemos llamar la posición meritocrática, la gente que hace méritos para ordenar el mundo (la universidad es especialista en eso, en harcele creer a la gente que con un doctorado más todo va a ser coherente). Y la otra es la vertiente crítica, la vertiente de la guerra de todos contra todos, la lucha de clases.  La reacción es el intento de volver atrás e instaurar una jerarquía que englobe las pasiones de la ciudad, las organice y les de una trascendencia.  Cada tanto la gente hace crisis, se vuelve religiosa, o le pasan cosas por el estilo. Porque, evidentemente, vivir en tucumán pensando que eso lo organiza Bussi no es lo mismo que vivir pensando que lo organiza Dios. Supongo que debe ser más soportable creer que lo organiza Dios.

(...)

Cada vez que se habla de "unanimidad" es porque alguien va a perder. "Decidamos unánimemente"- se entiende que nadie puede decir que no. Y sin embargo gusta eso de "lo decidieron entre todos"-.  Nadie ve que hay un muerto ahí, en ese "todos".  "Ahí es muy democrático, todos deciden juntos."- Es complicado decidir en conjunto los intereses del travesti y de la monja; en general cada uno se va a su barrio.  Los travestis a la zona roja, las monjas al convento, crean microclimas y cultivan la memoria del propio sacrificio.  Ustedes conocen la teoría de Freud, el jefe es narcisista, se ama a sí mismo, los demás han  renunciado a amarse a sí mismo y aman al jefe.

No tienen contacto entre ellos, las relaciones las tienen a través del jefe. ¿Cómo modifica esta teoría Jean Pierre Dupuy? Estudiando los mercados. Dice que, según Freud, cuando matan al jefe cunde pánico, pero ¿cómo se contagia el pánico, si no tenían relación entre ellos?  Porque si todos se ven a través del jefe, muere el jefe y uno fuma, otro entra en pánico, otro se pone un kiosko. Pero no, todos, como un solo hombre, hacen lo mismo. Dupuy modifica el esquema: El jefe no es exterior, es interno, es el problema del éxtimo; el jefe es el producto de la relación entre ellos.  Esto plantea la discusión de lo que Adam Smith llama "la mano invisible", todos compran y venden a lo loco y el mercado es la mano invisible que regula todo eso, cuando se dijo que no había tal mano invisible empezaron las preguntas de cómo se organizaban las cosas. Freud está dentro de esto de inventar "una mano invisible" para dar coherencia a un grupo, en este caso, un jefe.


Germán L.García
[ Junín, 1944 / Bs.As., 2018  ]
Curso Las Pasiones
Fragmento de Clase 1

Artes Visuales:
Hans Kanters

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