¿Juntos? ¿Para siempre?

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"Juntos para Siempre"
Dirección y Guión: Pablo Solarz
Argentina, 2010


Javier no puede cerrar el baúl de su coche. Su alter-ego, el personaje que Javier crea para su nuevo guión, tampoco. Personaje que es metáfora de lo que a Javier le pasa con Lucía mientras comienza una relación con Laura. Y quizás la vuelta de guión de la película de Pablo Solarz comience desde el inicio, al mostrar rápidamente cómo el personaje habla por él y cómo en realidad Juntos para Siempre es el costo que debe pagar Javier y que por ello su alter-guión lleva por título Mar del Plata: camino equivocado, alejado de Las Vegas, aquel pueblo de la provincia de Mendoza donde intentará llegar para recobrar lo perdido.

El título de la película es justamente el síntoma de un duelo no cerrado; es metáfora perfecta de lo que se instala en un fantasma “para siempre” y que después se intentará alcanzar por medio de los objetos substitutos, donde el partenaire sexual es protagónico. De allí que se podría decir que la Serie siempre es la misma y remite a ese Das Ding Heidderiano que Lacan retoma y que lleva la sombra de la hiancia dejada por la constitución del Sujeto. De allí también que uno pueda afirmar que hay un Rasgo Único que los sujetos repiten en cada relación y que –para bien o para mal- sostiene el vínculo cual partenaire-síntoma.

Javier es un sujeto construido en un mundo de sordos, donde nadie se hace cargo de nada. El padre biológico niega su embarazo. La madre se junta con un hombre sólo por bienestar. Este hombre a su vez niega este acontecimiento y asume que en realidad hay amor. Y así toda esa sordera se instala en Javier quien de lo único con que se puede sostener es de su creación literaria, colocando así en su alter-ego las palabras que él apenas puede pronunciar de perfil.

En propias palabras de su director; esta obra pretende que nos encontremos con algunas preguntas, quizás las que siempre remiten a cuestiones tangentes como la soledad o el sostén de una neurosis; preguntas que podrían resumirse para el caso en dos: ¿Por qué permanecemos unidos con quienes no podemos seguir amando? O ¿Por qué nos instalamos en una sordera sistemática y seguimos priorizando nuestro Ego ante la presencia del otro? Por eso creo que este film va desde el “Te amo pero no te registro” al “Matrimonio a cualquier precio”.

La última escena de “Juntos para Siempre” resume un poco la sordera (narcisismo y negación concomitante) en que Javier cae permanentemente al punto tal de que su ex “necesita” serle infiel para que èl la escuche; con mediocres resultados posteriores.  Tenemos un final cuasi-trágico: primero porque advertimos que Javier se castra, pero por algo que no desea. Pero básicamente trágico porque nos puede llevar a pensar que los dos hijos que Javier y Laura crearon (uno todavía en la panza) van a tener un destino funesto; quizás abandonados –como los de su alter ego- y no necesariamente en la ruta.

Abandonados por pertenecer también a la serie de los sordos. Abandonados porque su padre se instala en una “comodidad incómoda” para sostener ciertos Ideales (chica bonita, hijos, perro, coche, etc.) y con un sintagma como fábula que lo resume su madre en una frase de pura denegación: “Saliste en los diarios, estoy orgullosa de vos!”. Madre que reconoce su ideal pero no puede escuchar el deseo de un hijo que sigue llamando a su actual pareja con el nombre de su ex.

Fallido que nos recuerda que lo inconsciente siempre evoca; siempre llama. Lucía con la infidelidad; otros con una hipertensión, otros con un cáncer. Lo inconsciente, demanda mediante, siempre con-voca para que el deseo sea escuchado: ese deseo que se perdió y que –como todo sapo que sueña con ser príncipe- se espera reencontrar –a veces forzosamente- en un nuevo cuerpo que lo signifique.

Marcelo Augusto Pérez
Escrito en Invierno del 2011

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