Paco Maglio...


Un día como hoy nacía el Dr. Fancisco Maglio, a quien le gustaba le dijeran Paco.

Tuve el honor de haberlo visitado hace algunos años y charlar con él, vino mediante, en su casa de Boedo, donde pudimos -junto a un par de colegas- publicar esa charla en dos momentos diferentes en nuestra por entonces plataforma radial por Web.

Aquí va la primera de esas charlas, y adjunto algunas cosas que he publicado de él;
In Memoriam.

M. A. Pérez
24/ABR/2020



https://youtu.be/8toRuvig9kQ







¿Cómo se organizan las Plantas de un hospital? En Pabellones.
¿Cómo se designa al Jefe de Área? Jefe de División.
¿Cómo se designa al Jefe de Enfermeros de un Sector? Cabo.
¿Cómo se llama el Área de Recepción de pacientes? Guardia.
¿Cómo se llama al conjunto de Recursos Terapéuticos? Arsenal Terapéutico.
¿Cómo se llama a la Primera Dosis de un antibiótico? Dosis de Ataque.
¿Cómo se llama al Diseño de un Plan de Tratamiento? Estrategia Terapéutica.
¿Cómo se llama al Ganglio Linfático que aparece en el cáncer de pulmón? Ganglio Centinela
¿Cómo se llama al Acto de Recabar Información de un paciente? Interrogatorio.
¿Cómo se llama al Practicante más antiguo de una guardia? Mayor.

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Francisco "Paco" Maglio
[ Buenos Aires,   1935  / 2017 ]
La dignidad del otro
Ed. Del Zorzal, Bs. As.; 2008.










Nada es al azar, nada es natural.
A mi me engañaron con la famosa historia natural de las enfermedades.
La enfermedad es un constructo social.
(...)
La enfermedad es un iceberg: arriba lo visible, la enfermedad biológica;
pero abajo está el PADECIMIENTO, que es la experiencia social del paciente.
(...)
La eficacia simbólica actúa con los mismos intermediarios e inmunocitoquímicos
que la eficacia biológica.
(...)
Si solamente atendemos lo de arriba del iceberg (...) somos plomeros del cuerpo.


Francisco Paco Maglio
[ Buenos Aires,   1935  / 2017 ]
Infectólogo / Antropólogo Social
Ex Jefe Terapia Intensiva Htl. Francisco Muñiz, Bs. As.




Buenos Aires, Argentina. De mi bacteriana consideración:

Por los trágicos acontecimientos que son de bacteriano y público conocimiento y a los que seguidamente me referiré, las bacterias que ancestralmente vivimos en el colon de la tribu humana hemos decidido organizarnos frente al enemigo común: la alocada carrera armamentista antibiótica.
Para ello hemos fundado la UNCOBASA, Unión Colónica de Bacterias Saprófitas, entidad de bien bacteriano sin fines de lucro, con personería peptoglicana en trámite en comicios celebrados limpiamente (es una forma de decir) en Avda. Sigmoides a la altura de la vellosidad 106, y por abrumadora mayoría de fimbrias ha recaído en mi humilde genoma la tremenda responsabilidad de ejercer la presidencia y como tal es que quiero dirigirme a bacteriólogos e infectólogos de esa prestigiosa institución.
Sra. Presidenta, nuestra ahora sufriente comunidad ha conocido épocas mejores. ¡Ah!, aquellos tiempos felices de la armoniosa vida con leucocitos, complementos y anticuerpos, quienes juntamente con nuestros propios sistemas defensivos detectaban precozmente algún invasor a nuestra patria feliz y con un mínimo derramamiento de ADN era rápidamente expulsado.
Ahora, en cambio, crueles anillos beta-lactámicos aprovechándose de nuestras inocentes porinas desembarcan tomando por asalto cuanta PLP se le ponga por delante no respetando pilis ni marcas, pagando justos por pecadores y quedando vellosidades devastadas y arrasadas.

Con seguridad, los ilustrados socios de la benemérita SADEBAC saben bien lo que significa un colon despoblado: quién o quiénes ayudarán en la síntesis de vitamina K, en el ciclo de la urea y en los circuitos enterohepáticos, por citar tan sólo algunas de las innumerables ayudas que brindamos a los humanos. Ni que hablar del voluntariado anaerobio, otrora bien nutrido y presto siempre a defendernos y defenderlos del artero ataque de las bacterias de rapiña. Da pena verlos pasar, ahora, con sus paredes acribilladas por humanos pero "inbacterianos" cefalosporinazos.

Para colmo de desgracias, vemos con espanto cómo las lacras de la sociedad de consumo antibiótico han penetrado en nuestra juventud bacteriana: las klebsiellas ya no son aquellas bacteritas traviesas e inocentes, no Sra. Presidenta, se han prostituido por un par de transposones mal pasados y andan pavonéandose por territorios que no les son propios.
Ni qué hablar del vergonzoso espectáculo que ofrecen ciertas bacterzuelas, algunas ya embarazadas con plásmidos de dudoso origen, que andan por recónditas vellosidades provocando a nuestros jóvenes enterobácteres.
Como si esto fuera poco, han aparecido unos coli, terribles y descastados, que arguyendo falsas promesas han inyectado con sus poderosos pili a nuestras hijas, vírgenes e indefensas, según ellos una «vacuna», que bien sabemos las bacterias madres que se trata, en cambio, de un poderoso factor extracromosómico de multirresistencia.
Como decía una bacteria amiga en una carta al Director de la prestigiosa publicación Revista de Infectología (Volumen 2; pág. 56; año 1985) y a la que mucho he seguido para esta comunicación: «Si hasta los clostridios, por tradición laboriosos y honestos, se han puesto difíciles».
Sabemos bien que se nos acusa de beta-lactamasas; pero ¿qué podemos hacer frente a despiadados e injustificados ataques, como por ejemplo, el tronar de cañones de una cefalosporina de 3era. generación contra un débil estreptococo en las fauces? ¿No se han dado cuenta del daño devastador que nos producen aquí, a la distancia y en un sitio que nada tiene que ver?.
Quisiera verlos a ustedes, mis respetados bacteriólogos e infectólogos, en esta situación, con millones de inocentes muertos, infinitos nichos ecológicos destruidos, millares de colonias desechas, cuando todo esto se hubiera evitado con un poco de nuestra honesta, fiel, segura y barata penicilina.
No queremos la guerra, Sra. Presidenta, pero no nos obliguen a esta lucha despiadada y cruel en la cual todos perdemos: tenemos una hermosa vida por delante en cooperación y armonía; administren Uds. con prudencia y sabiduría los antibióticos que nosotros sabremos recompensarlos con la saludable eubacteriosis que nos legaron nuestros mayores.
Por todo esto, Sra. Presidenta, apelando a su condición de mujer, es que le pido, como bacteria y como madre, un alto el fuego.
Sin otro particular y haciéndole llegar desde estas profundidades nuestros sinceros deseos para el éxito de vuestro Congreso antimicrobiano 90, me despido de usted con mi consideración más bacteriana.
Esche Richia viuda de Coli.
Francisco Paco Maglio
[ Buenos Aires,   1935  / 2017 ]
"Carta Escrita por una Bacteria."
Dirigida a Alicia Farinatti, directora del:
Congreso Argentino de Antimicrobianos.
Buenos Aires, 1990.
Artes Visuales:
Muriel Bellini
[ Buenos Aires ]

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