Charla de Agosto: HISTERIA

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La histérica es la gran productora de signos: signos para que el otro los capture, los transforme, las interprete; en definitiva: los escuche. De ahí que el logos-histérico circunscribe este apotegma: desear ser deseada. Ahora: ¿qué sucede cuando el otro pretende tomarla? He aquí la aparición del síntoma; de la famosa frase que nos enunció hace décadas la Coca Sarli; porque –en definitiva- la histérica se empeña en proteger(se) (de) su goce y por eso es artífice del deseo: insatisfecho por definición. De ahí también el drama histérico: gozar en pro del fracaso del deseo. Este goce, encapsulado en su cuerpo, es el real que la histérica padece; anunciando con su conversión-somática la falización de zonas especiales y –en una lógica impecable- anestesiando la zona especìficamente genital. Porque la histérica nos ha enseñado que el cuerpo está hecho para gozar y por ello se reserva ese goce. De allí que ella se ofrece pero no se entrega.
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La charla intentará contestar estos dilemas anteriores. A los que concomitantemente se le agregan otros: ¿Por qué es necesario hablar de lo-histérico y no sólo circunscribir la-histeria al plano de la mujer? ¿Por qué el discurso (de lo) histérico sostiene la pertinencia de lo inconsciente? ¿Por qué el sujeto histérico engarza el pensamiento al cuerpo, cuya superficie compromete para obtener goce de ese pensamiento? ¿Por qué la mascarada, el maquillaje fálico, es prototipo del personaje histérico que hace su puesta-en-escena con la teatralidad de su fantasma? ¿Qué quiere decir, entonces, histerizar? ¿Por qué la masturbación e histeria “van de la mano”? ¿Por qué entregarse implica angustiarse? En definitiva, una charla algo ambiciosa… espero no pretenda usted mucho más de mi…

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