Psicoanálisis & Conceptos

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* Breve Sondeo Al Paso *

-Psicoanálisis: algunos conceptos según algunos analistas-
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Responde este mes:
Marcelo Augusto Pérez
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1) ¿Por qué usted cree que sí podemos hablar de deseo en la estructura Psicótica?
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2) ¿Por qué usted no está de acuerdo en hablar de Pulsiones de Vida?
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3) ¿Por qué usted cree que el trauma no existe?
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1) Primero habría que ponerse de acuerdo y definir qué es el deseo. Como este es un cuestionario “al paso” voy a volcar una definición muy simple: desde el punto de vista Lacaniano, el deseo es una falta inscripta –por el Otro- en el Sujeto. Es decir que, entonces, ya aporto dos matemas: el Otro y el Sujeto. Por tanto, hay Otro barrado, que desea y que a la vez barra al Sujeto por el poder que el significante le concede. El psicótico es un Sujeto. Si es un Sujeto tiene falta. Si tiene falta, desea. El psicótico tiene pulsión –que la dona el Otro- y también tiene fantasma. El psicótico (como cualquier otro Sujeto salvo el autista-vero) no está por fuera del lenguaje. Que exista una forclusión de un significante dentro de la cadena no es privativo de la estructura psicótica, así como tambièn hay represiòn en la psicosis: hecho que espanta a muchos analistas. Yo me pregunto si ellos se preguntaron què es la Atenciòn, por ejemplo, y si el psicótico (o el prepsicótico) no posee entonces esa función psíquica. Decir que el psicótico no es un sujeto o no desea es desconocer tambièn que justamente el delirio restituye –como en la neurosis lo hace el síntoma- la falla de la metáfora paterna. Si seguimos leyendo al Deseo de la Madre como el S1 forcluido; no vamos a pensar más allá que del discurso universitario. El Deseo de la Madre es el falo y el falo es el significante de goce. Y los avatares fálicos ocurren en etapas y se enmarcan dentro del Estadio-del-Espejo con los dos momentos del Otro (goce y amor) en su operatoria castratoria. Parece que nos olvidamos que al neurótico también le ha fallado la Ley y por eso su goce siempre juega un destino funesto. La castración falla en las tres estructuras, sino no habría Sujeto ya que el Sujeto surge de la falla.Yo diría que es la falla misma. Grieta que marca, justamente, el agujero por donde se cuela el deseo, siempre escurridizo.

2) La Pulsión es de Muerte o no es. Si fuesen de vida sería instinto. Entiendo que Freud haya llegado a este dilema: pero él estaba inscribiendo y fundando todo este arsenal conceptual: si pensamos un poquito, la “necesidad” de que haya incluido el concepto de pulsión de muerte es justamente porque no alcanzaba explicar –con el concepto de pulsión- lo que sucedía en la clínica: es decir, la lógica del goce. Lo que yo opongo a las pulsiones es el deseo. No hay mucho más que explicar con esto. Me parece tan obvio que hasta no entiendo cómo se sigue hablando de pulsiones de vida, cuando esto no es más que un oxímoron que heredamos sin saber lo que decimos.

3) El trauma es otro concepto que se repite sin saber lo que se dice: y eso está bien para el ambiente psicológico –bastante propenso a repetir frases hechas sin masticar- o para las charlas de café; pero no para el proceso conceptual de la obra de Lacan que es muy compleja y requiere un estudio en conjunto hasta el final de sus textos. Quien sigue repitiendo que “el trauma esto…” o “por el trauma, aquello…” desconoce: Primero) que lo inconsciente no existe sin el analista. Y por lo tanto no hay síntoma ni trauma ni nada sino bajo transferencia. Incluso, estrictamente hablando, no hay deseo sino en análisis. Segundo) que inconsciente, represión, pulsión, repetición, trauma, transferencia, síntoma; son conceptos isomórficos y que, por lo tanto, no pueden desvincularse de la topologìa psicoanalítica. Decir que el trauma existe es como decir que la represiòn primaria existe. La represiòn existe sólo como retorno de lo reprimido, es decir, en el discurso del analizante; no hay inconsciente-profundo; no hay subconsciente. El trauma no es ni siquiera el trauma-1 más la resignificación del trauma-2; nada de eso. A lo único que yo llamaría trauma en sentido estricto es al ingreso del ser biológico al campo del Lenguaje; es decir, al hachazo que el significante incrusta al cacho-de-carne, vía el trenzado fálico. Por eso Lacan juega con traumático y trou-matisme: el hoyo, el agujero en lo simbólico. Por eso hay algo constitucional en todas las Estructuras y por eso el psicoanálisis no puede hablar de prevención: la falla es constitutiva y lo inconsciente –lejos de poder prevenirse- es lo que nos hace fallar. Estoy más de acuerdo en hablar, en todo caso, en las reminiscencias que existen en el neurótico y –Freud dixit- hacen a su padecimiento repetitivo. Pero los recuerdos –incluso los no elaborados- tampoco existen sin la presencia del analista. Sólo podemos hablar de trauma como sólo podemos hablar de síntoma: si el analizante lo enuncia, es decir: en el discurso y no en el acontecimiento en sí.  Es decir, a partir de cada fantasma. Si existiese el trauma per se tambièn existiría la relación sexual.

Arte:
Fernando Falcone
Monje / Pintura / Año 2002
http://www.fernandofalcone.com.ar/index.html

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