Lo Absurdo del Amor
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Hola Isabel. Esta cuestión de la Pulsión ya la contesté varias veces porque siempre retorna: si la Pulsión fuese de Vida sería Instinto y sería Total. Justamente Freud descubre que el Sujeto –desde que nace- comienza a morir. Y esa tendencia –clínicamente hablando- va de la mano de lo que Lacan ha llamado GOCE. Es decir: el Sujeto busca algo más que el Placer: eso no le alcanza. Sino no habría porqué enfermarse: ¿qué sentido puede tener la enfermedad? Justamente Freud descubre que los Síntomas no sólo tienen sentidos sino que ese sentido es sexual: es decir, tiende a abastecer de goce al Sujeto. Lo que estoy diciendo es que un Síntoma da cierta estabilidad a la estructura. Aquí hay una diferencia enorme con la psicología, por ejemplo. La psicoterapia piensa que un Sujeto anorgásmico, por ejemplo, no goza. Nosotros pensamos exactamente lo contrario: hay –en ese síntoma- puro goce. Por eso la operativa clínica es muy diferente frente a un psicólogo, o un sexólogo, que frente a un analista.
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Con respecto al Amor: justamente porque la pulsión es de muerte; el Amor es lo que hace que el Goce –siempre doloroso- se acote. Por tanto el Amor no es pulsión; más allá que comparte -junto a la Pulsión- el hecho de imponerse al Sujeto porque justamente es Inconsciente: es decir que el Sujeto es tomado por una flecha de cupido; pero lo mismo pasa con el Deseo: el sujeto no tiene un deseo sino que el deseo tiene al sujeto. Y el deseo tampoco es pulsión. El amor es más bien –yo diría- palabra que liga; diría hasta una sola palabra que Lacan ha descripto como holofrase y que, desde la semiologìa, sabemos que es un preformativo: el te amo. Los Sujetos que no pueden enunciarla, van –como el Holandés Errante o como la Bestia- permanentemente vagabundeando en busca de ella…
Y, como sabemos desde Freud para acá, el amor es esencialmente narcisístico (¿Y algo no lo es en nuestro avatar neurótico?): amar no es más que desear ser amado. Por eso también no es más que una suplencia de la estructura… En el amor se juega toda la neurosis del sujeto. Muchas veces se ama a alguien por el sólo hecho (inconsciente) de demostrar-se a sí mismo el poder narcisìstico que -vías celos y vías demandas- engordan el YO del sujeto. Por eso las relaciones amorosas se juegan en un escenario tan conocido, el escenario primario de nuestra historia: madre-hijo. Es decir que las relaciones amorosas muestran, por definición, todas nuestras vicisitudes mundanas... De ahi que los desenlaces amorosos sean tan dolorosos para cada sujeto: atraviesan el narcisismo de cada uno de ellos; a punto tal que muchos prefieren, aún con el corazón roto, seguir amando con los pedacitos de corazón que les queda... De ahi tambièn que muchas relaciones pueden plantearse como extremadamente sádicas y sin embargo uno de los dos -en este caso, la víctima de ese sadismo- prefiera seguir en el vínculo: a veces es preferible ser una caca para el Otro a no ser nada. El sujeto, desde que nace, no puede prescindir del amor del Otro; de ahi que me parece tan genial la poesía de Jorge Luis Borges cuando enuncia "Dichosos los amados y los amantes y los que puedan prescindir del amor..." Por eso Winnicot decía que un Sujeto que puede estar sólo da signos de Salud Mental…
Pero resulta que los neuróticos no nos resignamos fácilmente a no ser Algo (a) para otro (A). De ahí que deseamos lo insalubre: el amor siempre es un desencuentro -siempre una Bella y una Bestia-; y no sólo un encuentro-imposible que el neurótico intenta capturar, sino que incluso –desde el punto de vista analítico y desde el punto de vista de la Pulsión- es también directamente un disparate que dos Sujetos se prometan estar juntos para toda la vida... Y sin embargo, en eso estamos… Por eso nuestro mundo es in-mundo y por eso la Poesía -especialista en decir lo imposible- intenta recuperar y retener nuestras -Borges dixit- piadosas imposibilidades. Un saludo, marcelo pérez.-
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