Inconsciente: Invento freudiano

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- ¿Cómo es eso…Freud descubre o inventa lo inconsciente?
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Bueno, para responder a eso primero hay que dar un rodeo. Para el psicoanálisis de Lacan lo inconsciente no existe por fuera del dispositivo o del artificio de análisis; es decir que sólo bajo transferencia, con la presencia del analista, lo inconsciente y todas sus manifestaciones, son. Ya acá estoy asomando la primera baraja.

Ahora: si existe sólo en el análisis y si, además, no es lo profundo (no es lo subconsciente) entonces es necesario, vía una variable de temporalidad, mostrar la segunda baraja: lo inconsciente, como el síntoma, se constituye a futuro. Es lo que está por venir.

¿Por qué digo todo esto? Simplemente porque sólo a través de la asociación del analizante (es decir , a posteriori ) se puede leer el escrito que se produce.

Esto incluye por supuesto la presencia del analista que señaliza el texto del analizante vía la Una-Equivocación (así es como Lacan prefiere traducir Das Unbewusste - l´une-bévue - para enseñarnos que lejos de lo semántico está lo homofónico y la confusión que entre los seres parlantes produce el lenguaje.

Si decimos que no hay metalenguaje es porque hay metalengua adonde es posible (como hizo Dante con el latín) re-sonar, in-traducir (así con guioncitos) y producir nuevos sentidos.

Por eso el analista, como el poeta, debe ejercer una violencia sobre el lenguaje. Alguien dijo por ahí que la poesía va en contra de la palabra. Por eso siempre digo que –cuando trabajamos- interpretamos muy pocas veces: cuando eso ocurre, hay poesía… Si no hay poesía, sólo hay ecolalia, señalizaciones y consejos.

Por otro lado (y ya para ir gritando “truco”) la última baraja es la siguiente: el saber de lo inconsciente es no-sabido. Por lo tanto, se inventa. Por eso una de las frases que más escuchamos en el consultorio cuando pedimos asociaciones es “no sé”. A lo que yo le respondo: “invente”. No necesitamos que el paciente recuerde forzadamente ni sepa nada a priori … si creemos en la enseñanza freudiana (que lo inconsciente son Gedankes , pensamientos) sólo hay que esperar… Esperar que el analizante invente lo inconsciente no sabido… que lo produzca. En resumen, si hay atención flotante, hay asociación libre. Y estos son los únicos dos principios que proclamó Freud.



* Convengamos que ninguna de las dos cosas es fácil…

No, lógico… Porque en el medio hay el fantasma y el mecanismo de la represión juega su papel… Por eso cuando uno cuenta un sueño seguro no es el mismo sueño que recordaba apenas al despertar… Pero esos obstáculos no son tales si consideramos que lo que nos importa como analistas no es el sueño que soñó el analizante sino el que dice que soñó; por eso cuando un paciente cuenta un sueño, lo sigue soñando, lo está soñando.

Y con respecto a la Atención Flotante; creo que hay que leerla por el lado del no pre-juzgar, del no-saber del analista. Si el analista intenta “comprender”, hacer ontología del ser o algo por el estilo; estamos perdidos… porque entonces suponemos que cuando el paciente dice “está todo bien”, está todo bien. Como dice Lacan en el Seminario-11 , lo inconsciente es pre-ontológico.

Si muchos analistas entendieran bien esto, creo que, como decía Lacan, se relajarían mucho más… Parafraseando a Freud, tendríamos que decir que el analista debiera FLOTAR… Nunca sabemos que puede suceder en una sesión, y sobre todo si es una primera entrevista… Y esto sería bueno que pudieran captarlos quienes se inician en la práctica como analistas…

Es verdad que desde el primer encuentro el analista abre la escena proponiendo al paciente que diga lo que se le ocurra… el “ lo escucho ” o “ qué lo trae por acá …” intenta encapsular el famoso axioma de lacan: “ hable ”. Pero hay analistas que suponen que si entonces el paciente –en vez de empezar a hablar de lo que ellos creen que debiera- habla de (por ejemplo como me pasó a mí hace una semana con un nuevo paciente) habla de la ambientación del consultorio, entonces no está hablando “de lo que se le ocurre”… entre comillas y no tan comillas, porque justamente se le ocurrió que tenía que hablar de eso.

Un analista a la defensiva podría instalarse en el “ajá” rápidamente e incluso, como se hacía en cierta época pre-lacaniana, en modular el tono de voz –a modo robótico, metálico- para demostrar imparcialidad, abstinencia o neutralidad. Por el contrario, a veces hay mucho diálogo de “yo” a “yo” para instalar la transferencia. Y dije en una época “pre-lacaniana”, pero quiero corregirme: hoy día me cuentan que colegas autobautizados lacanianos hacen en su praxis cosas que realmente no sé de dónde sacaron que son procedimientos lacanianos… vaya a saber con quienes se formaron o qué leyeron… Pienso que están muy identificados a sus ex – analistas (y así sigue la cadena) que de tanto flotar, se quedaron dormidos…

Como decía el humorista uruguayo Leo Maslíah, que el analista ponga cara de orto no quiere decir que ejerza la neutralidad. Me parece que muchos no entienden que hay tres tipos de transferencias y que la del eje imaginario no es menos importante. Se tiende a considerar que el registro imaginario, en Lacan, al ser de la primera enseñanza, es algo arcaico y nimio… Y paradójicamente son los mismos analistas que se alienan a las frases dichas: “ahora hay que trabajar en lo real…” Si realmente supiesen que están diciendo… Hablan de lo real y están en lo imaginario todo el tiempo…

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Marcelo Augusto Pérez
De la Entrevista Realizada en el Año 2009
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