Corte y Cuerpo del Analista

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En una sesión analítica ideal, hay un corte que se produce en un punto de cierre del inconsciente, que no vuelve a abrirse hasta la pròxima, y que està justo en el lugar del fin del desciframiento, donde se precipita la falsa conclusión. Lacan dice: ser testigo, en cambio, de esa segunda pèrdida. Hay que hacer valer eso en el corte, y es mucho, porque ya es separaciòn. El sujeto se alienó, hay un trabajo de desciframiento, y cuando tiene un resultado, el deseo del analista no está ahí, sino separando al objeto como inalcanzable por el desciframiento. Entonces, la tendencia posible al caer del lado malo de la separaciòn, es decir, que lo real no quede del lado del deseo del analista, es muy fácil. (…) Esto a mi me ayudò, este pequeño invento del teatro de mi estilo, para poner atención en este punto; porque como analizante yo era muy sensible al corte único, que me arrojó tantas veces al lugar del objeto. El segundo corte es del orden “te deseo aunque no lo sepa

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Lo de los dos cortes tambièn se podrìa explorar con la noción de conversación que podemos incluir en la sesión analítica. Hay dos momentitos para agregar. El momentito del encuentro con el analizante, que es previo al comienzo de su trabajo del inconsciente, y el momentito de salida, de despedida, que exige estar, tener cuerpo en el encuentro y tener cuerpo en la salida, acompañar con el cuerpo después del corte primero. En eso distinguimos cortes. Debe haber un corte en el desciframiento, pero, atención, que eso pone en juego la temática de la separaciòn, y sabemos que hay que llegar a la separaciòn como fin del análisis. Pero hay un poco de separaciòn sesiòn por sesiòn, si la sesiòn està bien estructurada. Hay que cuidar que esa separaciòn no sea angustia o pasaje al acto, o actino out. Esos momentitos son pequeñas conversaciones. No estoy a favor de ponerse en analista interpretante en el encuentro mismo y a la salida, es decir, disolverlos en la alienación de apertura. El paciente dice: “Buenos días”, y el analista responde con aire intrigante y soñador “Días Buenos”. Eso puede ser una temática para la entrada en análisis. Pero estoy diciendo una cosa muy simple que es: hay un recibimiento del analizante, que tiene valor analítico, y que transcurre en una cierta conversación, y otro de salida, y son cruciales en la separaciòn. Y el segundo corte es agregar un poco de conversación después de la segunda pèrdida. (…) Hay conversaciones y conversaciones. No hay que asustarse. No quiero decir que el analista se meta en el fantasma de su paciente, y lo abrace y lo conforte luego de la buena sesiòn realizada. A veces puede ser eso, inclusive, si està hecho de la buena manera analítica. Lo importante es que luego del corte en el desciframiento no se indique: “Ahora ya no quiero saber más nada con usted”.
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Juan Carlos Indart
La Sesión Analítica I Jornada CITA
La Plata, 26 - NOV - 1999

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