NARCISISMO. ¿CREER(SE)-SER?



 "Dios no cree en Dios" es exactamente lo mismo que decir hay inconsciente. 

Jacques Lacan. Seminario 21. Sesión del 21 de mayo de 1974

 

"Hay que intentar ser el mejor, pero nunca creerse el mejor”.

Juan Manuel FANGIO

pentacampeón argentino en automovilismo.

 

Desde hace algún tiempo vengo pensando en el tema del Narcisismo. Alrededor de este concepto hay muchas interpretaciones. Es esperable que así sea, porque el psicoanálisis no es una religión. No se trata de idolatrar a fulano como aquel que “sabe” o explica mejor tal o cual concepto; sino de poner a circular la palabra. “Menos dogmática, más dialéctica” dice el colega Fabricio Salerno, a lo cual adhiero plenamente y creo que es el lema que funda nuestra disciplina.

Vayamos entonces al asunto, que abordaré a partir de dos posturas aparentemente diferentes respecto del narcisismo.

“En términos generales, los que no saben mucho tienden a pensar lo narcisista en alguien se cree mucho, que se cree demasiado, pero quizá la clave no es que se crean demasiado sino que en el centro de la problemática siempre están ellos. Ser el mejor del mundo y ser el peor del mundo, tienen un lugar muy especial los dos” sostiene Juan Manuel Martínez. (1)

Por su parte, Marcelo Augusto Pérez enuncia que: “el narcisismo es siempre eso: me creo un tigre (algunas una gran tigresa) pero soy apenas un gatito indefenso. Puro espejismo” (2)

“Con el psicoanálisis sucede como con el arte del buen cocinero que sabe cómo trinchar el animal,  cómo separar la articulación con la menor resistencia” -tal como dice Lacan en 1954 en el seminario I-  vamos a ir trozando y separando algunas cuestiones.

Primero: el narcisismo es algo estructural. En otros términos, vivimos porque tenemos un YO, un sostén como sujetos.  Con esto quiero decir que el problema del narcisismo (del sujeto) no es el YO fuerte/débil, sino que el conflicto radica en el lugar donde nace el YO.

Pero ese lugar, como enuncia Lacan, “está estructurado exactamente como un síntoma, no es más que un síntoma privilegiado en el interior del Sujeto, es el síntoma humano por excelencia, la enfermedad mental del hombre”. (..) “En efecto, es muy difícil definir al Yo como una función autónoma, y al mismo tiempo como un maestro en errores, sede de ilusión, lugar de una pasión que le es propia y que conduce al desconocimiento”. (3)

Puntualicemos entonces: por un lado, el YO es una construcción imaginaria que nace a partir de la palabra del Otro (está estructurado como un síntoma). Y además, es una ilusión, un lugar pasional que conduce al desconocimiento.

Pero como dije anteriormente, el conflicto no es esa imagen sino el lugar fálico –agrego ahora- que el sujeto cree ser para ese Otro. Para enunciarlo de otra manera: el problema está en esa investidura yoica. En creerse el único, cuando en realidad (yo) soy tan solo uno más del montón: un sujeto tachado.


No es casual que en la enseñanza lacaniana el grafo del deseo comience en el $ y termine en el (Ideal del) Otro. Por ejemplo: si YO quisiera escribir un texto creyendo ser Borges, entonces no escribo por deseo. En psicoanálisis siempre se trata del Sujeto y su falta: el deseo que no se enlaza a la castración no es más que una (re)afirmación yoica. Para ilustrar esto que estoy diciendo quisiera dar un ejemplo, de una mujer que con mucho esfuerzo consiguió tres títulos universitarios. Pero es interesante qué comenta ella acerca de eso. Ante sus dos hijos afirma que “si yo no hubiera hecho todo ese esfuerzo, hoy morfaríamos mierda”. Pero resulta que también afirma –con mucho ímpetu- que si ella se quedara sin trabajo, es capaz de cualquier cosa, “¡hasta saldría a limpiar inodoros!”. A lo que le digo, bueno, se ve que Ud siempre está –aunque no quiera- en ese lugar de mierda. Aunque tenga tres títulos universitarios, y una trayectoria laboral importante, eso tiene el valor de mierda (para el Otro). Retomando la cita de Juan Manuel Martínez: “lo narcisista es que en el centro de la problemática siempre están ellos”: en el ejemplo dado, podríamos decir que ella con mucho “sacrificio” (con sangre, sudor y lágrimas) ¿logró? eso que deseaba ¿quién? Nadie. Se puede apreciar Eso que retorna en el discurso, “No vas a llegar a nada”,“¡sos una mierda!”, "arruinás todo", es el objeto fantasmático condenando al sujeto –y hasta eclipsando su yo- a repetir la misma escena siempre. 

Para cerrar, demos un pasito más: si el narcisismo y la subjetividad están juntos pero nunca van de la mano, es de esperar que el analista con su acto haga caer ese emblema narcisista en sujetos donde la castración no operó eficazmente.

Juan Pablo Moscardi

Narcisismo: creerse, creer ser.

IV-2021

Arte: Jonny Bravo.


Citas:

(1) Juan Manuel Martínez. Extraído de su cuenta de Instagram.

(2) http://psicocorreo.blogspot.com/2016/04/creersela-todo-el-problema-del-neurotico.html

(3) Jacques Lacan. Seminario 1. Clases del 13 de enero 1954 y 17 febrero del mismo año.


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