Sueños para (Re)Escribir la Historia, II


 “Un sueño te despierta justo en el momento en que podría soltar la verdad.”
"La verdad tiene estructura de ficción."
Jacques Lacan
Sem. I y Sem. IV


Habíamos elaborado en un artículo anterior (http://psicocorreo.blogspot.com/2018/06/suenos-para-escribir-la-historia-del.html) la cuestión del Sueño del analizante, recordando en primer término dos o tres puntos importantes. 1) El analista debe olvidar lo que sabe. Es decir: el Saber está del lado del (inconsciente del) analizante, vía sus asociaciones. 2) El analista no sólo no sabe sino que ni siquiera conoce de palabras. Un significante es lo que representa a un sujeto (el analizante) para otro significante; por tanto no sabemos qué quieren decir las palabras del analizante hasta tanto él mismo nos la traduzca. 3) El sueño es lo que se dice del sueño; es decir: el analizante LO SUEÑA mientras lo dice. Lo sigue soñando. De hecho son casi más importantes sus asociaciones, sus represiones, sus olvidos, sus fallidos, durante el relato del sueño; que el sueño mismo. Obviamente esto dependerá de la escucha de cada analista.



Ayer un analizante entra, se sienta y dice: “Tuve un sueño. Soñé que estaba con mi pareja [hace unos seis mes aproximadamente que están juntos, no tienen hijos] y que teníamos dos bebes. Teníamos que salir al campo y entonces dejábamos a los bebes al cuidado de Florencia de la V. Cuando estoy ya en el campo aparece Don Nelson Cerrudo, un gaucho correntino, peón de campo, borracho siempre. Él, como todo gaucho, estaba obsesionado por su cuchillo. Y yo debía acompañarlo porque tenía que afilar el cuchillo en la ciudad de Rosario. Pero sólo se lo podía afilar un Coronel. Después aparece mi vieja que me tiene que decir algo, pero justo ahí suena el reloj y me despierto.”

Demos un pequeño rodeo antes del análisis. El analizante (ingeniero industrial, ávido lector de finanzas) trabaja en una empresa pequeña pero muy bien posicionada en el mercado de su rubro; tiene un puesto gerencial y además de un buen sueldo y viajes permanentes, tiene licencias varias: todas cuestiones que le obligan a postergar su renuncia; hecho que hace al menos dos años quiere ejecutar. Él se siente aburrido ahí y se plantea desde hace un año cambiar de empresa y también un emprendimiento propio. Con su padre, quien trabaja en la misma empresa en un puesto superior –cuestión que también le pesa-, se relaciona sólo a través de dos variables: el fútbol y las finanzas. Pero con el fútbol últimamente ha dejado de vincularse (desde que está en pareja ya no frecuenta tanto la cancha).

Le pregunto cuándo y por qué habrá soñado eso: “Fue el lunes a la noche. El lunes tuve un día de mierda: tuve que hacer una entrevista y entonces no pude ir al gimnasio. Los lunes son feos… oscuros, fríos. En cambio el martes con este sueño me desperté entretenido.”  Comenzamos por Florencia-de-la-V: “Justo ese lunes ví una entrevista que le hizo Milei; y cuando la veía lo primero que dije es puta qué difícil habrá sido la vida para alguien así… sentí admiración. Encima vive de eso y a mucha honra.” Pregunto por qué ella debería quedarse a cargo de los dos bebés. “Si yo tuviese hijos y pudiese trasmitirles algo de mi experiencia… qué sé yo… yo nunca supe qué hacer con mis defectos; quizás recién ahora puedo aceptar mis excentricidades… aceptarse así mismo; y si es Flor-de-la-V que se lo tiene que trasmitir que sea ella… Que mis hijos no se aten por cumplir las expectativas de nadie.”  Y ¿por qué no se lo podrías trasmitir vos?: “Me siento impotente… Tengo miedo a repetir lo que mis viejos hicieron conmigo. Me mandaron a colegio bilingüe, para que aprenda mucho inglés y mucha matemáticas… Y acordate que yo me la pasaba vomitando en la escuela…”

Hace un silencio y sigue soñando: “Ahora que recuerdo: cuando aparece Flor-de-la-V en casa, golpea la puerta y nos dice que está desocupada si podemos alojarla… Y yo le digo cómo no vamos a tener un colchón si la conocemos de toda la vida.”-  ¿Qué quiere decir que esté desocupada y que la conozcas de toda la vida?: “Me conozco a mi mismo: siempre supe que no estaba para esto, para este laburo; y sin embargo lo hizo igual. Ella está desocupada: y ese es el riesgo que yo no me animo a tomar. El riesgo que no corro: quedarme sin trabajo.”

Hablame de Don Nelson Cerrudo.- “Peón de campo, borracho, violento con el cuchillo. Cada tanto me llevaba a pescar…”- Hace un silencio y anuncia: “La única vez que mi viejo me pegó fue porque le contesté mal a Nelson. Tenía 12 años. En realidad fue un mal entendido. Porque yo grité porque escuché una voz que pensé que era de mi viejo; y era de Nelson; y entonces le dije (a mi viejo): “dejame de hinchar las pelotas!” pero era Nelson quien me había hablado entonces mi viejo con pura lógica pensó que yo se lo decía a Nelson. Nelson empezó a vivir de viejo… De viejo se casó con la mujer que amaba y de viejo fue feliz. Y ahí no se emborrachó más. Y tuvo un hogar.”-


¿Rosario es obvio no?- [Es la ciudad que aún no conoce, a pesar de que ha viajado mucho.] “Sí, es lo pendiente…”-

¿Coronel?- “Lo primero que se me viene a la cabeza es el Coronel Aureliano Buendía de Cien años de Soledad, mi libro favorito.”- Hablame de él: “Es un personaje que defiende lo que le parece injusto y termina siendo un revolucionario de izquierda quedando decepcionado del sistema. Lucha por lo que uno considera injusto a pesar de poder quedar decepcionado después. Es un idealista.”-

¿Vos te das cuenta la identificación que hacés con él?- “Los gauchos buscan en el cuchillo el ideal.”-  ¿Qué significa? Traducí.- “No hay ideal… Por más que se lo enseñe Florencia-de-la-V, no hay modo de trasmitir el ideal.”- Notése además el verbo que utiliza el analizante como acción funcional y vincular entre el gaucho y él, y el cuchillo: Afilar. Le digo: "Afilar podríamos decir que connota a filiar, no? Familia, digamos. Que es un punto ideal que te venís planteando... qué esperan de vos, que esperás vos de una familia... Cómo no ser aburrido y frío como un día lunes y defender los ideales como Aureliano Buendía..."-

Una pregunta más, ya que hay que seguir soñando el sueño: ¿qué podría querer decir tu vieja cuando llega?- “Mi vieja me diría que haga lo que quiera y me pediría perdón.”- 

¿Perdón, por qué?- “Ahhhh! Pará! Mi vieja me pidió perdón el domingo! Y yo esto lo soñé el lunes!- Nótese la doble represión, quizás el núcleo de todo el sueño: no sólo por la significancia en función de su madre (el sujeto estaba olvidando que su madre el día anterior al sueño le pidió efectivamente perdón), sino en función de la pregunta central del sueño que me aventuro a formular así: “¿Cómo ser Padre? ¿Cómo educar a un hijo?” Ya que lo que el analizante viene a contarnos, a plantearse en su análisis, es el conflicto entre su Padre y él: es decir, el conflicto de su misma Paternidad. 

¿Perdón por qué, entonces?- “Ella me dijo que me debería haber sacado de la escuela, a pesar de ser muy buena, sabiendo que yo no paraba de vomitar en todos los años… Pero ella era puntillosa, estricta, la Sarmiento.”-

¿Por qué 2 bebes? Porque ustedes son dos, con tu hermano.- “Ahh claro: la oveja blanca, yo; y la oveja negra, él. Pero claro: él tiene la misma enfermedad pero con otro síntoma.”- Digo: "Exactamente. Él es el dejado, el que no encuentra trabajo, el que duerme hasta tarde; pero sintomatiza a modo de protesta contra la misma Historia. Los dos están en el horno; pero vos corrés con mucha ventaja. Primero porque estás en análisis, y en los tiempos que corren eso es ya un lujo; sobre todo estar advertido. Segundo porque podés construir un sueño para entender el nudo de tu síntoma."-

Digamos, para finalizar, que es evidente no sólo las proyecciones a las cuales cualquier sujeto recurre –vía represión- para poder pensarse (Nelson, la Madre representando él mismo frente a sus hijos, el coronel, etc.) sino también la posición de su Paternidad en relación al vínculo con su propio Padre. Nelson, quien funcionó también como Padre (“me llevaba a pescar”) constituyó pivote para una enunciación fantasmática fuerte: “la única vez que mi padre me pegó”-  Es decir: la única vez donde nuestro neurótico-advertido pudo haber(se) sentido amado por un padre que; a los ponchazos, a los golpes, le trasmitió algo. Digo finalmente: “¿Qué pasaría si hoy cuando tu viejo se te acerca para pedirte opinión financiera, vos –en vez de responder esa demanda- le decís “no me interesan más las finanzas, sino la literatura barroca”?- El analizante se ríe y enuncia: “¿Sabés que justo estoy leyendo esas cosas..?”- Okey; pero ¿qué pasaría?- “Creo que mi viejo se desmaya…”- Bueno… en fin: se necesita un Coronel Aureliano Buendía para batallar en defensa del Ideal.

Marcelo Augusto Pérez
Sueños para Escribir, II

-Los Sueños que llevan a la Escritura de la propia historia-
ARTE:
Alexander Jansson
[ Uppsala, Suecia ]
www.alexanderjansson.com

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