La Oferta del Amor, la Demanda del Sujeto.
Hola
Marcelo. Agradezco sus publicaciones y videos de enseñanza. Me quedé pensando
algo que quería compartirle... Una vez leí un escrito suyo donde señalaba como
los analizantes pueden gastar su dinero en operarse las tetas, por ejemplo,
pero no querer pagar por su goce, al analista. Y cuando ahora leí los párrafos
de La Mejor Oferta, donde la metáfora
de pagar y de perder para ganar esta muy presente, me detuve en donde usted cita
a Lacan, en Radiofonía y Televisión: "La evidencia entre nosotros
que de una tal caída el significante sucumbe al signo surge de que, cuando
no se sabe a qué santo encomendarse (dicho de otro modo: que no hay
más significante por malgastar, es lo que suministra el santo), se compra
cualquier cosa, por ejemplo un coche..." y entonces también me preguntaba, y le traslado la duda, si convertir
un significante en signo no es lo mismo que instalarse en el imaginario y
confundir el valor de cambio con el valor de uso. Recuerdo ahora el concepto de
plusvalía que Lacan toma de Marx para referirse al plus de goce. Muchas
gracias! Rosario M.
Hola. Si, justamente tanto la película, cuando comienza y cuando
termina, como la cita de Lacan, refieren creo a esta episteme donde el
discurso capitalista mata al discurso amoroso. De allí que los sujetos, en la
compra de sus bienes, que no son más que adquisiciones de propiedades
imaginarias, acapara goce (al igual que cuando se adorna su cuerpo con
peinados, tatuajes, etc) y -como sabemos- todo goce es autista. Por eso en el
discurso amoroso se pretende trocar el goce que no hace lazo con el lazo del
Don, al otro. Confundir el signo con el significante es justamente pensar que
el amor sería dar lo que se tiene; y –como sabemos con Lacan- es dar la falta,
la castración. De allí que los enamorados en sus disputas amorosas no vean de
buen agrado que su partenaire gaste -lo que hasta dice que no tiene- en su
imagen/cuerpo en vez de hacer circular el dinero en el lazo; que –como se sabe
desde Freud- equivale al falo. Digamos -parafraseando la película- que a la Demanda del Sujeto se responde con la Oferta del Amor. El tema es que, en esa cita que haces
referencia, Lacan juega con “encomendarse a cualquier Santo” cuando falta el
Significante que represente a ese sujeto. Es decir, en criollo: más vale
arreglarme el coiffeur y comprarme pilchas, que angustiarse –sostener la
división- y recurrir a un analista para hacerse alguna pregunta sobre eso. Cordiales saludos, map.
ARTE:
Catrin Welz-Stein
[ Baviera, 1972 ]