El engaño del significante. Síntoma y Sinthome.
Marcelo, buenas noches. Quería
preguntarle por esa famosa frase de Lacan, "el significante engaña"...
Si es con el significante que trabaja el analista, ya que es lo que
representa a un sujeto para otro significante, ¿cómo se entiende esto?
¿Bajo que contexto repetimos este enunciado? Por otro lado, otra duda: podría explicarme brevemente la diferencia entre Síntoma y Sinthome? Gracias por sus permanentes
aportes, muy productivo el intercambio académico de su blog.
Desde Chile, P. K.
Desde Chile, P. K.
No creo que sea casual que Lacan trabaje este tema del engaño en dos Seminarios consecutivos: el 9, La Identificación; y el 10, La Angustia. Y cuando toma el ejemplo de Viernes, el personaje de Robinson Crusoe, de la huella; lo que nos está diciendo es, justamente, que el sujeto del lenguaje es el único que puede borrar sus huellas; es decir: mentir. Como digo a veces; el tero pone el huevo en un lado y grita en el otro para engañar; pero lo que el tero no puede hacer es engañar que engaña: es decir, poner el grito donde pone el huevo.
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El significante engaña porque hay un hiato entre lo
sexual y lo verbal. La palabra no puede cubrirlo todo. Y es el narcisismo del
sujeto que hace que éste se dirija al engaño. Porque la imagen no es más que un artilugio que pretende cubrir ese real, al igual que el verbo. (Y un significante no es sólo palabra. De hecho cuando nos enamoramos, es la imagen lo que funciona como significante: imagen de bueno, imagen de inteligente, imagen de winner, de lo que sea. Por supuesto que no es más que un significante; pero es también imagen.)
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Los ejemplos son más que obvios: el sujeto no puede sostener su palabra. Su acción, leáse: su pulsión, le juega antes o después. Dice: "sí" y después es "no". O viceversa. Dice: "No
te vayas. Quédate a dormir para siempre." Pero
no duermen: se pelean toda la noche y al otro día terminan en la
comisaría por daños y perjuicios en el vecindario. Dice: "Quiero
comunicarles que a partir de ahora empezamos a apostar por esta
relación que ya tiene dos meses."- Y la misma persona que lo enuncia en pocos meses más comienza a entrar a los chats a escondidas para buscar otra-nueva-relación.
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No sé por qué cuesta entender tanto que el significante miente. Y por qué eso se asocia a la definición de Lacan como si una cosa excluyera la otra: justamente lo que deberíamos entender es que el sujeto se hace representar por un engaño, de allí que después de un duelo, no hay nadie -nadie absolutamente- que no se pregunte: "¿qué le vi?" En el consultorio esta pregunta se escucha con mayor enfásis incluso. Esta semana dos analizantes la preguntaron de distintos modos. Uno recordando una declaración de su ex, a lo cual el analizante enunció: "Yo no entiendo cómo me pude fijar en una mujer así, tan poco consistente."- Y otro analizante enunció: "Paso por el shopping que iba con mi ex, y no puedo creer el tiempo y los años que perdí ahi adentro... ¿cómo pude?"- Yo a veces digo a los analizantes, que uno se asombra, a posteriori, hasta de las mayores banalidades, como cuando se escucha: "Y ahora hasta tiene facebook!"- Lo horroroso, lo unheimlich, lo siniestro, lo ominoso de todo esto es encontrar que hoy es ajeno lo que otrora era absolutamente familiar... De allí que debería entenderse cómo nos engañamos con el imaginario. Y cómo el narcisismo no es más que puro engaño: Narciso enfrentado a su imagen, sin poder beber el agua, porque de hacerlo se desvanece.
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Entonces y por lo tanto: si el significante y la imagen engañan ¿qué es lo que no engaña? Sólo una cosa, dirá Lacan: la angustia. (Supongamos, por ejemplo, que Narciso no soporte la sed, causándole una angustia terrible.) Por eso es nuestra brújula en el análisis, que nos lleva directo al deseo. Y por eso hay que aprovechar esos momentos; porque el sujeto, narcisismo mediante, se arma rápido. Podemos llorar una hora abrazados a un hombro, podemos decir "me muero si te vas", podemos angustiarnos días y noches enteras... Pero el YO es fuerte. Y es a eso que nos referimos cuando decimos que el YO se la cree: creérsela, ser un soberbio creído, no es más que suponer que uno puede superar ese hiato. Un sujeto puede hipotecar su casa porque se la cree: cree que puede ganarle a la ruleta, por ejemplo. Otro puede creer que tomando ácidos o pastillas, puede luchar contra esa angustia; y otros se engañan simplemente trabajando 25 horas por día.
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Entonces y por lo tanto: si el significante y la imagen engañan ¿qué es lo que no engaña? Sólo una cosa, dirá Lacan: la angustia. (Supongamos, por ejemplo, que Narciso no soporte la sed, causándole una angustia terrible.) Por eso es nuestra brújula en el análisis, que nos lleva directo al deseo. Y por eso hay que aprovechar esos momentos; porque el sujeto, narcisismo mediante, se arma rápido. Podemos llorar una hora abrazados a un hombro, podemos decir "me muero si te vas", podemos angustiarnos días y noches enteras... Pero el YO es fuerte. Y es a eso que nos referimos cuando decimos que el YO se la cree: creérsela, ser un soberbio creído, no es más que suponer que uno puede superar ese hiato. Un sujeto puede hipotecar su casa porque se la cree: cree que puede ganarle a la ruleta, por ejemplo. Otro puede creer que tomando ácidos o pastillas, puede luchar contra esa angustia; y otros se engañan simplemente trabajando 25 horas por día.
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Con respecto a síntoma y sinthome. En dos palabras: el síntoma conlleva una queja que trae al sujeto al análisis. Es algo con el cual el sujeto "aprendió" a convivir, pero lo invade de dolor, de malestar, y quiere "sacárselo de encima". A veces una inhibición (que Freud define como un "síntoma en el museo") opera de la misma manera. Quizás transformar eso en un sinthome sea una vuelta que convoque al sujeto con su causa. Por ejemplo, en el mejor de los casos, nuestro oficio o nuestra pareja es nuestro sinthome. Pero sólo en el mejor de los casos. En general puede ser un excelente síntoma. Por eso en el Seminario 23 El Sinthome, Lacan hablará de Joyce: la suplencia sinthomática -escribiendo- ha hecho que no se desencadene la psicosis.hecho que no desencadene una psicosis.
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m. a. pérez
agosto-2014
ARTE:
Leszek Bujnowski
Polonia