Creerse el FALO

















Hola Marcelo. Gracias por tus posteos, me ayudan muchísimo. Te molesto por algo que leo mucho en tu blog, que es cuando dices que el sujeto se enferma por creérselas, porque su YO lo enferma (si mal no entiendo es así, no?) Podrías aclarar un poco más esta cuestión. Soy psicóloga y me interesa el psicoanálisis. Pero acá en Ecuador hay muy pocas posibilidades de formación. Muchas gracias. L. H.





(Aprovecho este correo para explayarme en una pregunta que se reitera.)

Como aclaro siempre: pensar que se puede anular el “YO” es una banalidad incoherente como pensar que se pueden abolir la pulsión o anular el deseo. El YO/EGO es estructural, el narcisismo nos permite estructurarnos. Pero demasiado EGO (por decirlo en términos cuantitativos) produce estragos hasta el punto de la Paranoia. El paranoico (quien cree que todo gira en torno a él y quien se arma fantasías y escenas increíbles) está absolutamente enfermo de EGO. Al igual que en la celotipia cuyas aristas con la paranoia son bien conocidas.



Ahora: tener un EGO fuerte, implica: por un lado pensar que uno es imprescindible. Por otro, creer que esa imprescindibilidad es tal que sostiene a un Otro sin barrar, taponándole su falta y por ende su deseo. Esto es, justamente, creer(se) el FALO. Esto no tendría nada de malo sino fuese que se articula con la Castración, es decir: con la propia posibilidad de desear. Y con algo correlativo: aceptar la falta propia y la del Otro. Porque si uno vive en función de taponar la falta en el otro y de creer que es tan imprescindible (tan buenito, tan inteligente o tan lo que sea; como diría Masotta: tan el“salame -falo- de mamá” ) no sólo vive obsesionado por el espejo fijo que lo determina (la imagen es del YO, y esto sería como suponerse una imagen perfecta: el YO se constituye a partir de la imagen (y de la voz) del otro) sino que -como en el Mito de Narciso- ese sostén YOICO le impide ir a su deseo: Mientras Narciso se observa en el lago-espejo está imposibilitado de tomar agua, si toma su deseo su imagen se disuelve. ¿Y -entonces- cuál es el problema? Creo que es bien evidente: cagarse de sed. Y también de hambre o de amor. Es decir: se ama más a sí mismo.



Por otro lado: el síntoma aparece cuando al sujeto le aparece la barra: es decir, cuando no pudo sostener(se) ya más en ese lugar fálico, cuando ya no sabe qué cuernos quiere el otro de él (la pregunta del Che Vuoi? de Lacan en el Grafo del Deseo), es decir: cuando se le acabaron los significantes (y por tanto aparece la angustia) para completar al Otro. Es decir que uno se enferma cuando ya no puede aceptar que no era lo que suponía, cuando su EGO se desestabiliza, cuando -en definitiva- se percibe impotente. Por lo tanto, ¿por qué se enferma? Porque se la creyó. O se enferma o bien cae en angustia o bien se deprime, etc. Como se ve el  YO no es más que una defensa: cuando el sujeto se desestabiliza, cae. Cuando un sujeto "cae", hay que ver qué hay detrás para sostenerlo: como se sabe, hay sujetos más armados que otros para poder sostener(se).







Como se ve, lejos de darle consistencia al YO, el análisis quiere dividirlo. No anularlo porque eso no sólo es imposible sino que sería iatrógenico: sin YO no se puede vivir... Como digo: hasta para hacerse un huevo frito hay que creérsela un poco; pero si porque hago una omelette me creo Francis Mallman, bueno... Por eso algunos sujetos pronuncian frases tales: “¿Cómo voy a pintar si ya existió Picasso o Rembrandt?" o “¿Cómo puede ser que a mí me haya hecho esto?” o “No soporto que me diga que no.”- Uno podría preguntarle al susodicho, inocentemente: “¿Por qué? ¿Vos quién (te creés que) sos? La respuesta nosotros la sabemos, quizás el susodicho aún no: el falito de mamá.

Ayer una colega me comentaba un caso de un analizante cuya estigma neurótica es "soy el buenito del barrio"- Y como él es el "buenito" cada vez que comienza una relación con alguna chica se da ciertos lujos como por ejemplo bardearla con temas sexuales frente a otros que provocan obviamente celos y rechazo. Entonces sucede que como las chicas no son del barrio (no saben que él es "el buenito") terminan dejándolo. Créersela es tan naif que uno supone que no sólo la mamá lo sabe (sabe que es su falito), sino que lo sabe, lo acepta, lo aprueba y lo demanda incluso todo el mundo. (Así se construyó su fantasma.) No es casual que la única novia que "le duró" era del barrio, compañera de la escuela. Y decimos "le duró" porque él no quiso separarse: ella lo hizo cuando tampoco para ella alcanzaba con que él sea "el buenito".



En defintiva; el neurótico (y acá la histérica es la representante más elocuente) ¿de qué sufre? De que el otro no considere que ella es todo para él. Si eso no es ser-el-falito, el falito ¿dónde está? Y ojo que el obsesivo no se queda atrás: su desestabilización es típica cuando advierte que ya no puede cubrir la falta del otro, por eso una de las primeras frases que se escuchan en la primera entrevista con obsesivos es: “Estoy acá por mi mujer, porque ella me mandó.”- Y es cierto: con lo cual también es cierto que entonces está por él. 

El otro día un analizante dijo: "No sé como le soporté tanto a mi ex... porque soportarle a alguien que es una santita, que se preocupa por uno, que se levanta a cebarte unos mates si tenés insomnio, bueno: pero esta años luz de eso... llegó a romper mi propio lugar de trabajo, no le importó nunca nada excepto lir a visitar a su madre... tenía la casa toda pata-pa-rriba que ni podía invitar a mis compañeros de trabajo de la verguenza... un desastre... se dió hasta el lujo de dejarme sólo en los peores momentos... la verdad no sé cómo soporté tanto... no lo sé"- ¿Adivinen cómo la soportó? Adivinaron: porque se la creyó. Seríamos muy necios si pensaramos que un vínculo se sostiene sólo por el sexo, por una buena encamada. Lo soportó porque estaba en juego su neurosis (síntoma con síntoma), porque se creyó que su ex iba a modificar algún día su síntoma (y hasta su estilo) por él. De ahi que después vienen los auto-reproches, el odio (que siempre es con uno mismo), porque en el fondo uno se reprocha no haber podido (en este caso con su ex) que no es más que no haber podido (muy a pesar de creérsela) con uno. 

De ahi que como postié recientemente, le suelo decir a los analizantes que se quieran un poquito menos. (Por eso no hacemos terapia yoica. Por eso tratamos de dividir al sujeto para que -vía castración- acceda al deseo.) También esta semana otro analizante decía: "Yo me separé al final porque ya no se me paraba con ella..."- Bien: estamos hablando siempre de lo mismo. Cuando al sujeto ya no se le para, comienza a perder, y ahí pondrá en la balanza si lo que pierde es más de lo que gana. (Y ni hablar que estamos incluyendo en esto a la mujer: no hay más histérica que aquella que siempre quiere tenerla al palo, por eso Lacan la ubica del lado Hombre.) map

ARTE:
Vito Campanella
Argentina

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