Placer, Perdón y otras yerbas...






Hola Marcelo.. una vez nos comunicamos hace un par de años: soy psicóloga de Junín, formándome como analista un poco con altibajos… en esta oportunidad lo molesto porque se presentaron algunos interrogantes en torno a los últimos articulos de su blog. El primero en referencia a la obra Las Criadas. Y creo que está relacinado con otro de sus posteos, uno de los últimos, sobre el tema del engarce neurótico… Quería preguntarle: Yo conozco parejas que estructuralmente podríamos decir que son muy similares (por ejemplo dos hermanas mujeres de características histéricas que conviven juntas hace muchos años y una relación homosexual de dos varones con características obsesivas, donde se ve claramente que ambos son similares) la pregunta sería: ¿Por qué cree usted que acá el vínculo es perdurable, si –como es que aparece en la obra teatral de Genet- lo similar suele repercutir violentamente?  La otra pregunta, en base a otros artículos que leí, se refiere a la cuestión del sexo… A veces no me queda muy claro porqué si el placer sexual es tan natural, los seres humanos caemos en aberraciones tales como la zoofilia o el parricidio.  Muchas gracias por su permanente vigencia en la blog, es una lectura siempre fructífera.  Attn, Fernanda A.



Me voy a permitir postear tu correo porque me hacen muchas veces estas preguntas. Vamos a puntualizar un par de cuestiones que son ante todo básicas. Te lo digo con onda, y te lo aclaro porque en un texto es dificil leer las tonalidades, pero ¿de dónde sacaste que el placer humano sexual es natural? Eso para un psicoanalista es un error conceptual básico. A ver: si no entendemos que no existe nada natural en el sujeto, no entendemos nada. Que existan enfermedades congénitas, genéticas; o que existan accidentes, o que existan anomalías (te aconsejo leer a G. Canguilheim donde en su hermoso y valioso texto Lo Normal y lo Patológico hace estas distinciones) no significa que la enfermedad (humana, con perdón del pleonasmo: toda enfermedad lo es) sea natural. Y empiezo por acá, porque si consideramos que todo es cultural, si consideramos que hablar de “naturaleza” ya es ubicarse en lo cultural, que es superflúa y hasta inoperante la idea de “lo natural” en el ser humano (es decir, en definitiva, no hay ninguna realidad que no sea abordable a través del fantasma), no podemos seguir discutiendo nada. Había una analizante que me decía, sabiamente, cuando le preguntaba si hacía calor (o frío) afuera: “¿A mi me lo preguntás..? Yo estoy fuera de los paramétros”- me respondia. El susodicho había leído a Lacan, je. No podia darme una respuesta no solo por su histeria, sino porque era capaz de venirse en remera en pleno invierno. ¿Qué estoy diciendo? Que es el Otro quien nos dice cómo debemos abrigarnos, el Otro nos viste… ¿de qué? De significantes.  El placer (humano) es tan cultural como que hay sujetos que no lo pueden sentir... y eso se llama goce: un exceso de placer que produce displacer.

Y aquí arrivo a la primera cuestión. La sexualidad nada tiene de natural. Está anclada en significantes. Todo lo que nos da goce, todo lo que nos seduce, todo lo que nos atrae, del otro, es mero significante. Si la teta es grande, hay que anclarse en “lo grande” y no en la teta. ¿Se entiende? Nada hay –en el parlêtre- por fuera del fantasma, del discurso. Por eso es tan “llamativo”, en todo caso, que un sujeto sea zoofilico, como que sea heterosexual o como que le guste comer manzanas y nunca duraznos. ¿Se entiende que incluso no existe nada natural en la alimentación? ¿O vamos a creer que una persona que pesa 200 kgs es porque “la naturaleza” ha fallado?  Lo real es perfecto, no tiene agujero: el animal LOGRADO no engorda, no se enferma. Come lo que necesita comer, nada mas. Tiene verdadero instinto, que por definición es de vida. El sujeto tiene pulsión que, por definición, es de muerte: sino, ¿cómo vamos a explicar que incluso un sujeto pueda matar a la persona que dice que ama? ¿Cómo vamos a explicar que un sujeto coma hasta explotar, o se gaste el sueldo entero en un casino? ¿Has visto algún animal (excepto los domésticos) que coman y después vomiten?

Respondiendo a la primera cuestión: las relaciones que mencionás se sostienen, y justamente por eso titulé el posteo “Los vinculos imperfectos que funcionan y los perfectos que no”; porque hay castración y porque uno de los sujetos (siempre en las relaciones hay uno que cede más) coloca prioritariamente el vínculo (y al otro) antes que a él mismo (por supuesto por él mismo, porque es el sujeto que opta por la mejor decision); es decir: porque acepta la imperfección (de él, del otro y del vinculo) y por eso sigue funcionando.  Si no entendemos que castración siempre existe y que la inteligencia –cuando se puede- del sujeto es evaluar cuál le conviene, tampoco vamos a entender esta milonga. 

Quiero decir: el sujeto hace –vía síntoma- la apuesta al vinculo y por eso se castra (digamos, acepta ser princesa o príncipe) porque sino lo hace, igual queda castrado. (Cuando digo que la apuesta la hace vía síntoma, estoy diciendo que hará lo que puede, que la pulsión gana, que la inteligencia de poco sirve porque el sujeto no tiene tiempo de razonar nada; actúa. Hace menos de un año, un caso policial nos relató el asesinato de una mujer por su pareja, mientras la hija de unos tres o cuatro años observaba el hecho y la madre (o la suegra, ahora no recuerdo) estaba en la habitación contigûa. Cuando el joven terminó de matar a su pareja (la hija observando todo) y después que fue trasladado por el personal policial, éste declaró: "Ahora mi corazón descansa en paz." Se ve que el GOCE (narcisistico por definición) es lo que -atravesado por el significante- prevalece cuando el Nombre del Padre ha quedado fallido.)  

Cuando las relaciones se terminan -y esto lo comentaba en esta semana con un par de analizantes- hay que hacer una doble vuelta narcisistica para no quedar resentido (y enfermar a largo plazo) que es la de poder perdonar(se). Este perdón no debe ser "racional", "intelectual", debe hacerse desde "el corazón"... Y esto es complicadisimo para nuestro narcisismo porque implica que tengo que hacerlo desde la compasión, desde el amor... ¿Y cómo voy a amar a alguien, si me divorcio JUSTAMENTE porque el odio y la imcomprensión y la inclemencia ganan? ¿Cómo voy a "volver a amar" si justamente me separo porque ya no quiero seguir amando? ¿Cómo puedo resignificar todo si me separo porque la odio (o lo odio)? Bien: he aquí la milonga... Porque si perdono (y me perdono) sólo racionalmente ("te perdono porque sos una boluda, un niño, un soberbio, una histérica", etc.) todavía quedan restos de odios... 

Muchos analizantes subrayan que -después del divorcio- no tienen deseos de encontrarse azarosamente con sus ex y si lo hacen, darían vuelta la cara, negarían el saludo. Bueno: entonces todavía hay rencor. El tango, como digo siempre Discépolo fue genial, lo expresa así: "Rencor tengo miedo de que seas amor". Aristóteles enunciaba muchas pasiones, Lacan lo sintetizó de otro modo: èl decía que hay tres pasiones: amor, odio e ignorancia.  Es fácil ver entonces que amor y odio son dos caras de la misma moneda, una en positivo y la otra en negativo: ambas encadenan al sujeto, aún...  Cuando todavía no se puede ignorar al otro, todavía hay sabor a resabio.

(Algo más: las relaciones histeria-obsesión funcionan mucho mejor porque ambos se sienten Reyes. Cosa que –como sabemos- siempre es engañosamente preferible a ser princípe.)  Saludos, map.



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