El Sujeto del Inconsciente
La idea de
que el Sujeto del psicoanálisis ES el Sujeto de la ciencia corresponde con
exactitud a Jacques Lacan (“Ciencia y
verdad”; 1966) y Bruno Bonoris lo establece inmediatamente en la
Introducción de su libro “El nacimiento
del Sujeto del inconsciente”: 2019, p.16; Cit. 2 y 3. Y seguidamente nos aclara que el Sujeto “…habita en el entre”. A partir del cogito de la ciencia moderna (Ciencia que produce al Sujeto), el
Sujeto –como bien nos cuenta el autor- es Sujeto al inconsciente y se permite ipso facto la disyunción entre el Saber
y la verdad.
La Ciencia forcluye la verdad, no al Sujeto: la
verdad en el campo del Saber. Ya que –como sabemos- la Ciencia no pretende
acceder a la verdad o –en palabras de Foucault (“Hermenéutica del Sujeto”, 1982)- “el Sujeto no tendría que hacer una transformación sobre sí para
acceder a la verdad”. Esto nos ubica inmediatamente en lo que Bonoris
declara –citando a Lacan (Op. Cit. Y
también Seminario sobre La Ética)-
como “el drama subjetivo del científico”:
la Ciencia prescinde de la existencia.
En Cuatro
Capítulos y una Introducción, Bruno Bonoris nos acerca –a mi juicio- a uno de
los textos más puntuales y metódicos sobre la concepción de Sujeto enmarcada,
ante todo, en un psicoanálisis desambiguado del Freudismo (aunque recordando el
mérito del Maestro Alemán; incluso dedicando un buen apartado sobre Freud y
Descartes, o el síntoma como mensaje valioso aporte) para ir cerrando su texto
sobre la pregunta sobre el Ser y la Sustancia Gozante. Y recordarnos que lo
Inconsciente en Lacan no es óntico sino que viene dado con un orden de
combinatoria significante cuyo rastro deja siempre adherido al mismo la
presencia del analista.
El cuerpo
Lacaniano del discurso, el cogito cartesiano y su paradoja; se relacionan en esta obra con una
topología que asoma en el Capítulo 2 y se entrelaza con los conceptos –muchas
veces no tan correctamente expuestos- de Alienación y Separación que aquí Bruno
preludia oportunamente. La operatoria sobre la verdad nos lleva –en la pluma de
Bonoris- hasta los límites escriturales sobre la Locura y –no en último lugar-
sobre la Responsabilidad subjetiva. Si el Sujeto no puede desvincularse de la
Inmixión de Otredad (J. Lacan,
“Acerca de la estructura como mixtura de una Otredad, condición sine qua non de absolutamente cualquier
sujeto”; Baltimore, 1966); es decir: si no hay Sujeto sin
Otro, es válido el planteo del texto que nos acerca a la idea que ya el Maestro
Francés nos viene anunciando: no hay culpables cuando se trata del dominio
donde el goce (del Otro) toma al padeciente: verdadero protagonista de un texto
–de un Saber- con que fue tomado. De un Goce que –como dirá J. Lacan en su
Seminario Vigésimo- es ejercicio de un Saber.
La obra de
Bruno Bonoris intenta reflejar una “maquinaria
autónoma” que nos podría llevar a pensar la locura, la depresión, en fin:
la angustia de la falta-en-Ser; como
fenómenos incluso isomorfos relacionados a ideales de los cuales “la libertad” es
uno de ellos (“una ilusión necesaria”, como
diría Jorge Luis Borges) y se soportaría en lo que el autor denominó en este
texto como título paráfrasis de otro autor: “la
fatiga de ser uno mismo”. En sus líneas finales Bruno reconoce una cita de
Ehrenberg: “Ser libre deprime. La
angustia de ser uno mismo se disimula detrás de la fatiga de ser uno mismo.”
(Op. Cit.; p.171. / A. Ehrenberg; 1998).
Esta obra del
colega Bruno Bonoris es –creo- un texto de líneas simples –quiero decir: de
escritura honesta- y a la vez complejo si se tiene en cuenta que reformula
–desde otros autores- modelos y conceptos que se vienen repitiendo ecolálica y
erróneamente y organiza en su cuerpo nuclear –de premisa y emplazamiento
político, como es el sentido del síntoma- un pensamiento que deja asomar entre líneas la problemática del diagnóstico en psicoanálisis.
Marcelo A. Pérez
Sobre "El nacimiento del sujeto del inconsciente"
De: Bruno Bonoris, Letra Viva; Bs. As.; 2019
VI - 2020