Falo & Nihilismo. Una introducción.




En esta charla Félix propone la articulación del concepto-falo [ brillo imaginario cual ArcoIris, semblante de los semblantes ], con la grafía del Schema R de Lacan. En este sentido es importante su doble lectura en función del crosscap y del doble triangulo que se presenta en dicho esquema. ¿Podría haber uno sin otro? La operación de la Metáfora Paterna permite, según escuchamos, hacer surgir al Falo como significante, es decir, ubicarlo en la Estructura.


Interesantes los ejemplos del Reloj de Sol, y sobre todo de la Anamorfosis [ como en Los Embajadores que Lacan nos propone en el Seminario 11 ] que surge a partir de los ejemplos que Félix trae en función de una pintura clásica y de otra de Picasso donde las proporciones esperables “brillan por su ausencia”. Así como los dos planos proyectivos con sus líneas y puntos de fuga que nos permiten llegar a la cuestión del Percipiens y del Perceptum. De allí parte Félix para homologar -digamos- la posición del sujeto y de la persona. Sin animo de spoliar su charla, sólo anticipo algo ausente allí pero de metadiscurso obvio: “desde donde miro, no me miran”. La posición de la persona difiere de la del sujeto. El falo es su punto de fuga. Inteligentísima manera de proponernos la metáfora fálica.

Pero Félix también abre la charla con una puntuación por demás interesante que creo es el núcleo ético y clínico (pleonasmos para el psicoanálisis) de la cuestión: la existencia del Otro como condición necesaria para el trabajo y la cura. Esto que él bautiza como el problema del Nihilismo. Cierto. Últimamente se habla de la existencia o no de este Otro. Si bien Lacan dijo varias veces que el Otro no existía (y también que sí... ¡ahh, este Maestro!), la [in]existencia del Otro se relaciona a la [im]posibilidad de la “Muerte de Dios” que, como Félix preanuncia, se remonta a Lutero, pasa a la pluma de Hegel y termina haciendo ruido en Nietzsche. ¿Cómo no entender que el Otro [es decir: el Lenguaje como estructura] conlleva en su existencia la desventaja de que “se” goza? ¿Si el Otro no existiese, quién gozaría del [al] neurótico? Caeríamos en una política liberal y liberadora, sin lazo, y en un final de análisis donde “sea libre y no se deje gozar ya más” sería un apotegma postneurótico. Confundir la existencia con la sustancia amerita este pasaje al “ya todo está permitido”. Incluso un dilema anti psicoanalítico: si nos determina lo inconsciente (es decir: el discurso del Otro), ¿qué estamos diciendo cuando enunciamos “libertad”? Y aquí volvemos otra vez al pasaje por el Seminario 11: la bolsa o la vida. ¿No es acaso la neurosis, como asoma el autor de esta charla, un sufrimiento coagulado del goce del Otro, de la inmixión del Otro?

La charla de Félix pasea tambien por cuestiones de la significación fálica y de la lógica de la sexuación, sin olvidar a aquellos analistas que suponen que el discurso del colectivo de género caería en una cuestión de política izquierdosa.

En resumen: Descartes era nihilista, sin duda. Y Nietzsche, ¿Cómo podría serlo tomando te para su asma, tan neurótico él? Interpretar la no existencia del Otro, y ante todo en un análisis, es caer en una religiosidad de completud cósmica similar al Buda. Que, como decía un amigo colega, suena a romántico más que a nihilista.

M.Augusto Pérez
Falo: una reseña introductoria
Sobre la charla de Félix Morales Montiel
V / 2020

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