El Pase y la Clínica. Germán García.
Germán García: "Y – me dijo Masotta – hay que practicar el psicoanálisis. Lo único que le da un poco de coherencia es practicarlo". Obediente a Masotta, conocí unos que tenían una clínica. En esa época, los psicólogos, por el tema del "suicidio del paciente" que les mencionaba al principio, siempre supervisaban con médicos. Te decían "es un boludo mi supervisor", y le preguntabas para que seguían yendo, y te decían "pero el tipo es médico; imagínate si se te suicida un paciente".
No era psicólogo pero hice lo mismo: me metí en una clínica, con unos disidentes de Fontana. Les enseñaba y ellos me derivaban gente. Así recibí algunos pacientes. Mi primera analizante era una chica de 17 años que estaba en la angustia de que el novio le pedía que fueran a la cama y ella no se animaba, era virgen. La llevaba la tía. Pero no me interesaba demasiado el tema de atender. Ahora sí. Pero en su momento no me interesaba.
Gerardo Herreros: ¿Cuando le comenzó a interesar?
Germán García: Ahí en Barcelona. Porque fue al revés. Ahí empecé a analizar a los catalanes (tenía bastante gente). Me analizaba con Laurent. Pero acá había muchos prejuicios. Y eso retorna cada tanto. Cada vez que un tipo es un poco afásico se declara clínico. Cuando me dicen "no, a mi me interesa la clínica" siempre respondo lo mismo "si, a mi también me gusta la plata". Porque ¿qué quiere decir la clínica? Es lo mismo que las traducciones: ¿cuáles son los aportes de la clínica? Yo he ido a hospitales a enseñarles Lacan a psiquiatras que hace 30 años que están ahí, cuando se supone que tendrían que ser ellos los que me enseñen algo a mí.
Gerardo Herreros: ¿Es decir que la clínica no aportaría?
Germán García: Miller piensa que idiotiza, y que Lacan se burlaba mucho de los tipos que decían "mi clínica". Adormece: el lugar del sujeto supuesto saber no es exigente – dejando de lado algún susto. Tiende a la inercia, por la reiteración. Mas cuando no hay una idea de escansión sino de duración, respecto de las sesiones. Si utilizas un tiempo como duración, eso tiende a la inercia. Eso se ve. Los analistas son gente que los sacas del corral y es muy difícil que sepan algo. Y eso que los analistas han cambiado mucho con todas estas cuestiones lacanianas, porque el lacanismo, por ser una cosa que tiene pinta de " sofistiqué", obliga a que la gente estudie, mas o menos.
Gerardo Herreros: ¿Podría haber analistas sin clínica? Digo, tensando al máximo la cuerda.
Germán García: Tensando al máximo, el AE no necesita clínica, porque un AE es el efecto de un análisis.
Michel Sauval: Según Miller, es una analista "de jure", a diferencia de los AME que serian "de facto".
Germán García: Es el efecto de un análisis. Por eso Lacan inventó dos categorías. El tipo que se valida en su clínica es un AME. Es una cosa de hecho. ¿Quién fue el primer diplomador sin diploma? Soy AME. Y si me hubiera prestado al juego institucional del pase, podría ser AE, si hubiera querido hacer valer mi análisis, en la Escuela. En ese caso no es necesario que tenga una correlación con atender pacientes. Miller, como decís, tira mucho la cuerda, y dice...
Michel Sauval: ..."de jure".
Germán García: Primero se estudia arquitectura y después se hacen casas. Alguien podría ser analista y después analizar. Está bien pensado, porque si creas varias categorías de analista, ponés a cada uno en falta con el otro, los definís como se definen los fonemas: un AE no es un AME, un AME no es un practicante, un practicante no es un AE, etc. Es decir, nadie se puede quedar con el significante "analista". Esto permite también ordenar las cosas. Considero que cuando Lacan dice "la garantía irónica de la sigla AME" es porque yo garantizo la Escuela y no la Escuela a mí. Porque si soy el tipo que ya está funcionando en la ciudad, hacen falta muchos tipos que ya funcionan en la ciudad para que una Escuela tenga, verosímilmente, existencia. Y después, existiendo, podrá producir sus AE. Pero no al revés. No se puede comenzar una casa por el techo. Pero es un poco lo que hizo Masotta.
Era AE en la escuela de Masotta. Pero Masotta tomó el modelo del primer Lacan, donde él nominó a sus AE. Entonces Masotta tomó ese modelo y designó a los AE. Se podía refutar, argumentar en contra de alguna de esas designaciones. Pero era también Masotta quien decidía por segunda vez. Era la única manera de crear una estructura.
Creo que tiene que haber un significante ordinal. No soy de los que creen que el discurso amo es una maldad. No. Creo que es la estructura ordinal del lenguaje: que algo está primero y algo está después. Lacan lo dice así: "lo dicho primero es oráculo, confiere al Otro su oscura autoridad". La formidable transferencia con Masotta lleva también a la mentira, porque la cantidad de tipos que se adjudican haber estudiado con Masotta es increíble.
Gerardo Herreros: Volviendo a la neurosis, entonces, que podría comentarnos sobre su experiencia de cómo terminan los análisis.
Germán García: Tendrías que preguntarle a la EOL porque uno de mis analizantes es AE. Es decir que, para la EOL, ha llegado al fin de análisis.
Gerardo Herreros: ¿Cuántos comienzan y cuántos llegan a ese punto?
Germán García: Terapéuticamente terminan muchos análisis. Y a veces no pueden decirlo porque no es verosímil para la comunidad. Pero, por ejemplo, he visto curarse a un chico, de una obsesión muy instalada, en tres meses. Si hablo de cuestiones terapéuticas, he visto producirse muchos de estos fenómenos. Ahora, la metafísica del fin de análisis... Como eso está sujeto a polémicas que son más de desplazamiento de piezas en el juego de ajedrez que puramente científicas. Porque cuando alguien dice que atravesó el fantasma y se identificó al síntoma es una simple declaración de "yo también soy lacaniano". Nadie hace eso. En términos doctrinarios podría hablar horas del tema, pero en términos no doctrinarios... Yo creo que sí, que hay fines de análisis, pero que no es muy seguro cuando ocurre. (…) …No creo que alguien pueda tener una certeza anticipada de eso. Por eso es que Lacan, cuando inventa el pase, inventa un tramo donde el analista es el objeto de división, a tratar por la comunidad. Si uno compara con el chiste freudiano, A tiene un asunto con B y el obstáculo es C. B se va, entonces A y C hacen un chiste sobre B. Bueno, eso es lo que hacen los pasadores, a costa del analista.
Estuve en un jurado del pase – un cartel, se le dice – y me daba cuenta de eso. Lo interesante era lo que se transmitía: la idea que al tipo le había quedado de su analista era todo lo que él podía captar de lo que era ser psicoanalista. Desde el que cree que se trata de liquidar el sujeto supuesto saber y entonces termina contando "me di cuenta que mi analista era un tonto" – mal chiste, no creo que eso se pueda vender – hasta el que cree que el analista le reveló - como en el camino a Damasco le ocurrió al santo – le reveló no se qué – otro chiste no muy verosímil. Lacan decía que hay que cuidarse de la esperanza. Todos sabemos que el miedo y la esperanza son dos pasiones políticas. Se amenaza a una persona con algo y se le promete otra cosa. Ahora los bombardeamos, y después les arreglamos el gobierno. Es decir que se pueden asustar ahora y tener una esperanza posterior.
Está excluido del psicoanálisis que sea el miedo o la esperanza los que pueda conducir alguna vida. Y el pase está inventado para ver de qué manera un sujeto se relaciona con el psicoanálisis. Lo cual tiene una complicación particular – escribí un artículo sobre eso: "La experiencia del pase" – tiene la complicación de que todo el mundo practica el psicoanálisis antes de hacer el pase – todo el mundo que está en esto, obviamente. Es muy difícil ver hasta que punto el que viene está buscando una especie de sanción sobre lo que él hace o está testimoniando de una transformación de lo que ya hacía. Esto es lo más difícil de captar. Porque si fuera esa situación ideal donde fuéramos unos dandys, que no necesitamos trabajar, que nos analizamos, y recién después comenzamos a analizar, cosa que me parece un poco difícil de realizar, sería mucho más fácil. Alguien diría "yo entré porque no sabía que hacer con mi vida y me fui convenciendo de esto y aquello, y concluí en tal caso".
No obstante, soy un defensor del pase, y desde la época de Masotta: escribí en una Ornicar?, en el número 20, creo que en el año 80, una respuesta a Maud Manonni, y terminaba hablando de este tema. Defiendo el pase por lo siguiente. Cuando Kant define el conflicto de las facultades dice ¿qué hace la universidad? La universidad enseña lo que el estado quiere que se sepa. Mejor definición del S1 y el S2 no hay. Y no creo que el Estado quiera que se enseñe psicoanálisis. Puede ser que no le importe porque no sabe lo que es, como los propios psicoanalistas. Pero no creo que quiera que se sepa eso. Todos sabemos que cualquier definición de lo que hicimos y vamos a hacer, de lo que somos y seremos, es contradicha por cualquiera que escuchó 5 minutos a cualquiera. Como me parece que el pase es crear una autoridad analítica que no depende de la calificación del Estado, evita este contrabando – que no hace mas que juntar a obsesivos – contrabando del tipo "yo, en tanto médico, psicoanalista", "yo, en tanto psicólogo, psicoanalista".
Si me apretas como psicoanalista soy psicólogo. Si me apretas como psicólogo soy psicoanalista. El tipo lo tiene a eso siempre como una especie de pintor de domingo. Cuando encuentran a alguien que dice "voy a hacer de esto una forma de vida" dicen que es un loco. Lo pueden decir de Lacan o de cualquiera, pero para Freud, el psicoanálisis era una forma de vida. No era una profesión o una vocación que practicaba los domingos.
Michel Sauval: ¿En qué sentido? ¿Cómo podría ser una forma de vida?
Germán García: Que te dedicas a eso, que tus intereses son esos. Que los marxistas quieren marxismo, los psicoanalistas quieren psicoanálisis y los capitalistas quieren capital. Podríamos hacer la pregunta de los judíos: ¿y eso es bueno para el psicoanálisis? Freud, cuando discute con Reich sobre la revolución rusa, le dice "puede ser que la revolución venga de ahí, pero a nosotros, ¿en qué nos atañe?" Y me parece que es una respuesta inteligente. Y la respuesta de Lacan es similar: él siempre fue solidario con los planteos que le traían, pero él mismo decía que no era progresista, y que lo que se gana por un lado se pierde por otro. Hacer del psicoanálisis una forma de vida es eso: dedicarse al psicoanálisis.
Germán L. García
[Junín, 1944 / Bs. As., 2018]
Entrevistado por
M. Sauval / G. Herreros en:
Revista Acheronta n° 14
Bs. As., Diciembre / 2001