Un Hilo (no tan) Invisible...



Cine de alta costura, costura de estilo inglés, inglés de estilo maníaco; maníaco de estilo perverso. Se trata de acceder al deseo por los caminos insatisfechos de la demanda, y recusar así la Castración con el típico mecanismo de gatillo invisible: lo sé, pero aún así… Renegación presente a partir de que los protagonistas advierten que es posible un contrato que sostenga el lazo, hasta arribar al hecho consumado donde el hilo, no tan invisible, cose y mueve a sus intérpretes.

Perfeccionista al nivel más sádico,  el protagonista (última película que filmaría -según sus palabras- Daniel Day-Lewis) recorre las escenas con una tensión que poco a poco va asfixiando hasta alcanzar el grado máximo de puntada, de abrochamiento, que sintetiza una historia amorosa y ominosa al mismo tiempo: alli donde lo familiar (esconder el mechón de su venerada madre implica también sostener el nombre de su musa debajo del pliegue del vestido) se (re)encuentra con lo siniestro. Zurcido por demás metafórico y configurante del fantasma que hila la Estructura.

Un diálogo de los dos protagónicos sintetiza mucho la trama que se hilvana en el meollo del lazo:

“No me gusta la tela.-
Quizás algún día tu gusto cambie.-
Quizás me guste mi propio gusto.-
Lo suficiente para meterte en problemas.-
Quizás es lo que busco.-“

Se trata de una película que remarca el apotegma según el cual “siempre hay un roto para un descocido” o, a fuerza de ser riguroso con el contexto: “siempre hay un zurcido para todo agujero”, aun aunque nada garantice que el arreglo sea perfecto.

Marcelo Augusto Pérez
El hilo que teje el fantasma
Sobre la película:
Phantom Thread
[Paul T. Anderson, EE.UU, 2017]
El hilo fantasma / El hilo invisible

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