El Deseo (Lo Inconsciente) y Su Interpretación.



El Deseo (y toda manifestación inconsciente: Olvido, Fallido, Sueño, etc.) NO ES Sin el Otro, cuya encarnadura -en el Dispositivo- es el Analista. Por dicha razón no puede desvincularse el dispositivo del marco teórico desde donde el Analista lee el trazo del Sujeto. Y no sólo lo lee, sino que lo produce.

Por dicha razón: No hay Deseo sin Análisis, No hay Inconsciente sin Análisis (Lo Inconsciente es un Invento, no un Descubrimiento) y la Lectura de cada Analista CREA la producción Inconsciente, vía Significante. De allí también que S1 y S2 forman una continuidad circular que opera a partir de un vacío interior que Jacques Lacan denominó objeto-@.

La cuestión del Sujeto y el Otro (indisolubles entre sí) tiene un ensamblaje topológico, por lo cual no hay Sujeto sin Otro y el Deseo es del Otro. Esto quiere decir que un Sujeto no tiene un Deseo sino que el Deseo le viene y lo toma -como el Lenguaje- desde afuera. Su topología, metaforizada por la figura Tórica y otras anexas como la Banda de Moëbius, se inscribe en el marco de otro elemento biunívoco indisoluble al Deseo: la Demanda.

La lectura (la Interpretación) del Deseo, vía la Demanda, dependerá -sin más- del corpus teórico en donde se ubica el Analista.

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