Kiarostami: enamorado, como cualquiera...
Una
cámara siempre distorsiona la mirada. A veces se le oculta al espectador esto,
a veces se le pone en primer plano. Casi que podíamos luego dividir a cineastas
entre aquellos que tienden a visibilizar la perspectiva de la cámara, y
aquellos que procuran invisibilizarla. Es una división arbitraria en la
que podía conformarse grupos inesperados. Por un lado podíamos alinear en
quienes invisibilizan la cámara a David Fincher, Eric Rohmer, Herzog, Visconti
y buena parte del cine de ficción que vemos en el circuito comercial. Por otro
se pueden contar a Godard, Scorsese, a esa corriente de cine de terror que usa
las cámaras de video como fuentes de material verídico, y a
Kiarostami. La calidad y los alcances de cada una de las miradas no dependen de
los mecanismos para alcanzarla. Like Someone in Love muestra cómo
ser consciente de la perspectiva de la cámara es una forma de iluminar terrenos
que no conocemos del todo, aunque creyeramos conocidos. Esto es evidente desde
el primer plano: un bar de Tokyo, de fondo oímos la conversación de Akiko con
su novio celoso, vemos el movimiento del bar, los clientes, mujeres que beben
alegremente con hombres de corbata. Inevitablemente uno desea ver a Akiko, pero
Kiarostami mantiene el plano, y uno sabe indefectiblemente la cámara no es un
correlato de ese dios que es el narrador omnisciente. Obstruir la mirada para
ver. Como su título indica el tema con que coquetea la cinta es el amor, o, más
precisamente, lo que la cinta pone en escena es cómo reaccionan algunos personajes
cuando están como enamorados. Una cuestión a la que se dedican tantas imágenes
resulta nueva en Like Someone in Love, así como en la encantadora
cinta anterior de Kiarostami,Copia certificada. Es verdad que por
momentos la concentración en el devenir cotidiano parece desviarnos sin
remedio, pero en últimas es la mirada que Kiarostami construye estrictamente lo
que configura un cuadro misterioso y revelador sobre algo que creíamos ya
absolutamente conocido. Like Someone in Love impresiona
al punto de dejar en el aire una carga que la hace sentir como testimonio de
algo profundamente auténtico.
La
historia de Like Someone in Love se devela con la naturalidad
con que la vida cotidiana va tejiendo lo que luego son nuestros relatos. En el
bar del primer plano está Akiko (Rin Takanashi), su jefe le dice que debe ir a
la casa de un cliente culto y muy respetado. Akiko protesta, al tiempo que
recibe constantes llamadas de su celoso novio Noriaki (Ryo Kâse) y de su
abuela, la que ha pasado por Tokyo y quiere ver a su nieta antes de partir a su
pueblo natal. Akiko termina obedeciendo a su jefe, si bien pasa por la estación
de trenes en la que ve a su abuela esperar. Su cliente es Takashi (Tadashi
Okuno), profesor retirado y traductor. El anciano quiere tener una suerte de
cena romántica, pero Akiko pronto se va a la cama y se queda dormida después de
una larga jornada. Al día siguiente Takashi se ofrece para llevar a Akiko a la
universidad -su trabajo como escort no es sino una fuente de ingresos. En la
entrada de la universidad la aguarda Noriaki. Noriaki cree que Takashi es el
abuelo de Akiko. El anciano profesor asume la confusión e intenta sostenerla
para proteger a Akiko. La comedia, sin embargo, no deriva en lo tópico, si bien
el final es completamente natural. Y abierto. A Kiarostami no le interesa la
dramaturgia convencional, ni satisfacer el deseo de historias que de tan
parecidas semejan ser todas las mismas. El final llega abruptamente, in media
res, así como su comienzo. Like Someone in Love imita
certeramente a la vida en la que no hay principios ni finales claros, y en la
que toda historia es la revelación a medias de lo que siempre ha de sostener un
grado de misterio. Kiarostami es anti-aristótelico porque le interesa más que
sus narraciones revelen facetas de la existencias con un progreso muy similar
al impredecible pero entendible curso de lo cotidiano. El cine de Kiarostami
rompe los convencionalismos sin escándalo y revela lo inesperado en un terreno
aparentemente conocido.
Pero
primero está la obstrucción. La cámara no sólo es un instrumento para ver, sino
que necesariamente oculta. Kiarostami lo pone de presente de nuevo en Like
Someone in Love. En principio el realizador desvía la mirada de Akiko, la
protagonista, y nos hace ver el ambiente del bar, la actitud desenfadada de una
amiga-colega de Akiko que va y viene, la mirada censuradora de su jefe. Una
narración cinematográfica no sólo se reduce a lo que se ve, sino también a lo
que no, y a lo que se refleja. En más de una ocasión Kiarostami usa las
ventanas como modo de reflejar personajes y ampliar el campo de un modo que un
ojo humano no podría. Like Someone in Love es una nueva
muestra de que el cine narrativo no ha explorado suficientemente recursos que
tiene a mano. El realizador iraní recurre a los rasgos que le valieron anterior
reconocimiento para encontrar nuevas soluciones y para descubrir un terreno que
le es extraño. El Tokio que vemos en Like Someone in Love no
desnaturaliza el mundo japonés, pero encaja a la perfección con la mirada de
Kiarostami. Una mirada que del mismo modo que la de Ozu escoge historias que
imitan muy bien a los sucesos cotidianos; una mirada que recurre a los mínimos
recursos cinemotagráficos para con ello narrar lo máximo, con un ejemplo claro
en los largos planos fijos en que la acción fuera de campo es vital para la
historia. Acá se puede recordar a Serge Daney que ya a principios de los 80
pronosticaba un cine que al estar influido por la televisión había reducido el
uso de la acción fuera de campo: todo tenía que verse en pantalla y por tanto
la perspectiva se achataba. El contraste que hoy genera una película de
Kiarostami con buena parte de las cintas de hoy evidencia la razón que tenía.
Debemos agradecer a Kiarostami que amplie la perspectiva todavía.
Como
en su anterior cinta, Copia certificada, el amor se convierte en
eje de Like Someone in Love. El amor como situación, debe
aclararse. Cada uno de los tres personajes va reaccionando frente a la
realidad, y a lo que imaginan es estar enamorado. Tadashi se
comporta como un caballero galante, Noriaki lo hace como un avaro que protege a
un preciado tesoro, mientras que Akiko cambia su rol dependiendo de la
situación, ya sea con la complaciencia fácil con la que intenta divertir al
cliente, o con la indiferencia con que se acepta a un compañero habitual. Todos
los personajes reaccionan a lo que suponen es estar enamorados, o, corrijamos
según el título, como enamorados. Like Someone in Love revela
el modo en que en buena medida lo que se llama amor responde a un esquema
social, a una ficción si se quiere. Más que un sentimiento todos los personajes
son actores que buscan interpretar de la mejor manera un papel. Debe verse
además a Like Someone in Love como revisitación en tono
oblicuo de los temas deCopia certificada. La posición del amor en la
vida de los personajes y el actuar de las personas frente al amor. Mientras Copia
certificada se tornaba una cinta más abierta con personajes que
redescubrían la experiencia del amor junto con toda la carga de haberlo ya
vivido, Like Someone in Love narra la superficie de unos
personajes solos que están involucrados en la economía del amor. En la cinta
japonesa de Kiarostami el amor es una especie de fantasma sobre el que todos
reaccionan, pero que no acompaña a estos personajes en sus solitarias
existencias. El amor es una situación que ha cambiado de lugar de acuerdo a
como la sociedad japonesa ha cambiado. Vale decir ahora que las
transformaciones de Japón fueron objeto de la lúcida visión de Ozu, y que
Kiarostami recoge en buena medida esa tradición que admira en el personaje de
Akiko. Ella se ve melancólica por no reunirse con la abuela que viene a
visitarla, así como por vivir una vida que su familia encuentra reprobable. No
obstante, Kiarostami no juzga a sus personajes sino que los presenta, ver hoy Like
Someone in Love da fe de una sociedad completamente distinta de la que
Ozu retrató, pero de la que esos cambios ya estaban sugeridos por las cintas
del cineasta japonés. En definitiva podía entenderse este par de cintas que ha
filmado Kiarostami en el extranjero como complementarias. En tanto queCopia
certificada era una emotiva y dolorosa reconstrucción de un amor, en Like
Someone in Love el amor es un elusivo fantasma que todos creen
entrever, pero sin la certidumbre de su verdad.
Las
limitaciones de la mirada también puede ser una forma de hacernos ver. Antes
que usar un arsenal de imaginería efectista y sin mucho fondo, Kiarostami
utiliza recursos a mano. A contracorriente del excesivo cine explícito sabe muy
bien que para sugerir y enriquecer nuestra experiencia no hacen faltan las
imágenes obvias. El final de la película es antológico en ese sentido, y no
solamente porque termina abruptamente en medio de una situación de la que
encontraríamos algún tipo de desenlace en una cinta convencional; es antológico
porque se nos hace palpable la obstrucción que Kiarostami nos impone para que
observemos a los personajes y sus reacciones. Lo que no vemos es el
convencional alcance con que se narran las historias, que resumen, que
distorsionan, que limitan otras realidades que pasan ante nuestros ojos. Like
Someone in Love es una pieza menor en el conjunto de filmes del
realizador iraní, y quizás deba verse como un lado B intencionalmente opaco de Copia
certificada. Es otra observación aguda que clarifica las ficciones con que
diariamente nos hemos acostumbrada a actuar. Kiarostami sabe bien que su arte
escoge, altera, distorsiona también, y todo ello con fin de hacer visible algo
que sabíamos, pero de lo que no éramos conscientes. Ese es el mayor éxito que
cualquier realizador o cineasta puede desear. Y ya simplemente a título
personal espero que no sea la última incursión en el terreno del cine narrativo
de ficción del maestro iraní, que ha manifestado se concentrará solamente en
obras de video-arte. Hoy más que nunca se necesitan cineastas como Abbas
Kiarostami.
Felipe
Gónzalez S.
Sobre el film: Like someone in love
De Abbas Kiarostami. 2012.
@Fgonzalezse
Bogotá,
Colombia.