Analista y Demanda de Analista.
Estimado Marcelo. Estoy interesada en viajar a Argentina
para terminar de formarme como analista y me interesaría saber tu opinión sobre
dicha formación de postgrado en la Universidad Nacional de Buenos Aires. O
sobre alguna otra institución que podrías recomendarme ya que en mi ciudad no
hay tantas y estoy un poco confundida con lo que se llama la Orientación
Lacaniana que gira en relación a la A.M.P. ya que hay muchas divergencias
teóricas –por lo que estuve viendo en los Programas- con esta orientación y
otras escuelas. Muchas Gracias, Claudia L. / Colombia.
Hola Colega. Muchas veces he
comentado que el postgrado en universidades no es una exigencia para formarse, de hecho me parece un negocio extraordinario que sostiene una pseudo-pleyáde de perennes analistas. En todo caso si se busca una Universidad es por su significante: título incluido
que el analista quizás necesite llevar colgado de su cuello. Seguramente habrá otros fantasmas anexos: el nivel de formación por ejemplo; pero creo que todo eso es imaginario y la verdadera cuestión está en el supuesto respaldo del Otro. A diferencia de las Universidades, las Escuelas no otorgan títulos ni avalan (como podría suceder en una carrera hospitalaria) la posición del analista en lo que concierne a su operación en el tratamiento con su paciente. Por supuesto no me estoy refiriendo al "se hace lo que se quiere y listo..." sino al aval de un Padre Garante. Justamente creo que cuánto más se pide ese aval, más se puede caer en hacer cualquier cosa, total hay un Otro que va a responder por siempre.
Particularmente no recomiendo
ninguna institución ni Escuela por el simple hecho de que la transferencia creo
que se hace con analistas, no con lugares. Eso no invalida que si un analista
te interese vayas a una Escuela donde dicho analista depositó su transferencia.
Observo muy válido el trabajo de muchas Escuelas; e incluso siempre recomiendo
a alumnos transitarlas; pero tu pregunta no la puedo responder de ese modo
unilateral. Ahora: creo que –si observaste más precisamente la Bibliografía de
las currículas- tu confusión podría radicar justamente en que en la U.B.A. la
orientación es estrictamente Milleriana.
La WAP, el Instituto del Campo
Freudiano y otras Escuelas como en Argentina la EOL o la Fundación Descartes o
el I.C.deB.A. están organizadas en torno a Jacques-Alain Miller, que es la cabeza
tutorial de esta Orientación que los analistas adheridos a ellas citan todo el tiempo
y esperan su [N+1] texto que cada año aparece. De hecho no te sorprendería encontrar
en la UBA más citas y más textos de Miller que de Lacan. En este sentido creo
que no hay diferencia entre el psicoanálisis y la religión: responder al Otro cristalizado,
sin barrarlo; que –por supuesto- es lo mismo que responder a línea ciega a
Lacan o a Freud.
En Argentina hay muchos
analistas que están trabajando a Lacan, después de Lacan; sin necesidad de
recurrir a Miller que –por otro lado y a mi entender- tiene una hermenéutica
lacaniana un poco insólita. Creo que tomar las cosas religiosamente se apartan
del concepto mismo del psicoanálisis: yo he escrito muchas afirmaciones hace
años que por suerte hoy borraría tranquilamente al darme cuenta –a través de mi
continua lectura- que no era así o que simplemente estaba tomado por un
discurso que hoy me parece incorrecto o inconexo. Quedarnos cristalizados en la
teoría es tan ridículo como atornillarnos al sillón del analista y creer que
sólo se hace psicoanálisis si el analista está mudo, o si el analizante está en
el diván. Lo mismo que quienes piensan que los psicóticos deliran y los neuróticos
no. O los recién egresados de las Universidades que se espantan de cualquier
hecho que escuchan que está por fuera de lo que otros colegas –que se dicen
analistas- les hicieron creer.
Si tu necesidad de respaldarte
con un título universitario (incluso con el significante “Buenos Aires” donde es
vox populi que el Psicoanálisis tiene
su caldo efervescente) es imperativa; bueno, cada cual hace lo que puede con su
deseo, que en realidad es del Otro. Por otro lado retomo el comienzo de tu
correo: la formación de un analista no se termina nunca. Y ahí también tenemos
otra cuestión no menos vinculada que política: los significantes AME y AE que
son también títulos que otorgan algunas Escuelas –por suerte no todas- que
también es responder a la Demanda del analista. Es, como decía al principio, otorgar un Crédito, un aval. No me sorprende escuchar día a día que los analistas –sobre todos
quienes recién se adentran a la praxis- están más preocupados por estas
cuestiones (románticas, falocéntricas; y que nada tienen que ver con la lógica racional del fantasma) que por la
formación en sí. (Recomiendo la lectura del texto de Freud: ¿Pueden los legos ejercer el análisis?)
Me parece -quizás- que tu correo resume un poco una cuestión más neurótica: poder habilitarte como analista. Creo que esperar el respaldo del Otro-Institución, el Otro-Diploma, etc. no es otra cosa que pedir garantías. Paradoja psicoanalítica en sí misma: el Otro está en falta. Cordiales saludos, MAP.
Artes Visuales:
Roberto Matta
[Santiago de Chile, 1911 - Italia, 2002]