Chéjov y su Platónov remasterizado.
Tercero de seis hermanos, Antón Paulovich Chéjov nació un 17 de enero de 1860 en las costas del Mar Azov, Rusia. Declaró: “Durante mi infancia, yo no tuve infancia”.
“A. P. Chéjov: Dr. en Medicina” rezaba la placa de bronce que colgó en la puerta de su casa en 1884 y así es como se sintió durante muchos años. Ha llegado a decirse: “La medicina es mi esposa legal; la literatura, sólo mi amante.” El dramaturgo pensó que renunciaría a su vocación cuando a sus 20 años estrenó su primera obra Platónov y en 1896 La gaviota, ambas con un fuerte fracaso de recepción.
La obra que acaba de estrenarse en Buenos Aires está basada en su primer escrito que en realidad le llamó Los sin padres. De allí que Guillermo Cacace y su equipo de dramaturgia ha decidido llamarla para nuestros pagos criollos: Parias. Ecos de ebriedad se asoman en la vanguardista puesta donde el actor protagónico se lleva sin duda el mérito de sacudirnos, seguido muy cerquita de un Serguéi impecable. Lamentablemente el personaje de Osip -que en el texto original y también en esta versión- es de relevancia importancia no logra conjugar la poesía, la ternura, del personaje y su agresividad recelosa y resentida.
El programa de mano, reza: “…Lo ebrio como apología de un procedimiento que no necesita de la pura lucidez intelectual o la parodia evasiva como lenguaje para concebir la aventura teatral. Lo ebrio como puro cuerpo creando acontecimiento desde el mareo de su pensamiento. Salimos a la búsqueda de una fiesta a retomar. Una fiesta rota que nos proponga otros posibles modos de estar juntos.”
Se trata de una ebriedad que llega a su cenit en las escenas finales y cuelga a los personajes en una alocada desesperación ante la inminente carencia del Otro -de un Padre que guíe y habilite y que no sea meramente un espejismo plasmado en la figura idealizada de Platónov-; una ebriedad que se juega en los laberintos del amor y en esa soledad de la que ningún sujeto en este mundo puede escapar.
MAP
Parias, versión libre de Platónov.
17.VI.17
ANA. -No me gustan los medios tonos... (Bebe.) Si se bebe, se acelera la muerte, dicen.
Pero si no se bebe, uno se muere también. Por tanto, será más agradable beber y morir. (Bebe.) Estoy borracha, Platónov... ¿Bebemos otro vaso? Voy a confesarte una cosa, Platónov. Bebo desde hace mucho tiempo y nadie lo sabe. ¡Es cierto! Empecé cuando aún vivía el general. Y continúo... ¿Quieres que abra otra botella?... No. Perderíamos el habla... (Se sienta.) ¿Sabes? No hay nada peor en el mundo que una mujer culta... ¿Y por qué?... Porque no tiene nada que hacer... ¿Cuál es mi utilidad?... ¿Para qué vivo? (Pausa.) Forzosamente soy inmoral... Yo soy una mujer inmoral, Platónov... (Ríe a carcajadas.) Quizá sea este el motivo de amarte... (Se frota la frente.) Sí, es necesario que yo muera... Todas las personas como yo deben desaparecer... Si acaso fuera profesora.... o directora..., o cualquier otra cosa... ¡Diplomática!... Trastornaría todo el mundo... Una mujer culta y... no tiene nada que hacer. Soy superflua. Los caballos, los perros, los gatos... todos... son necesarios, pero yo..., yo soy superflua. ¿Qué dices?
PLATÓNOV.-Nada... No tenemos nada que reprocharnos.
ANA. -¡Ah! Si tuviese algún hijo... ¿Te gustan los niños? (Se pone en pie.) ¡Quédate en
Voinitzevka, corazón!... No se esta tan mal en tu casa... Es cálida, es acogedora... Si te marchas, ¿qué va a ser de mí?... ¡Me gustaría tanto descansar!... Es necesario que descanse, Misha... Sería aún una mujer, una madre... (pausa.) Habla... Pero habla. Vas a quedarte, ¿verdad? Porque me amas... ¿Es cierto que me amas?
PLATÓNOV. -(Mirando por la ventana.) Me mataré, si me quedo.
ANA. -¿Me amas?
PLATÓNOV. -¿Quién no podría amarte?
ANA. -Tú me amas, yo también te amo. ¿Qué más necesitas? Te estás volviendo loco... ¿Qué más necesitas? Entonces, ¿por qué no viniste la otra noche?... Misha, dime que te quedas.
PLATÓNOV. -Por amor de Dios, vete. ¡No me atormentes!
ANA.-(Le da la mano.) Bueno.... en tal caso... Te deseo todo lo mejor...
Antón Chéjov
[ Taganrog, 1860 / Baden, 1904 ]
Platónov.
Fragm. Acto III, esc. V.