Locura & Psicosis : Seminario Breve.
La separación
del psicoanálisis de la psicología es isomórfico a la distancia entre locura y
psicosis. El psicoanalista que no escucha al
Sujeto a partir de la lectura que de él hizo Lacan, no puede distinguir Locura
de Psicosis. Por tanto está muy lejos de poder abordar un tratamiento en donde
probablemente se confunda también Neurosis con otro tipo de Estructura.
Locura & Psicosis:
Una
introducción en el campo filosófico con su proyectiva
y conceptualización en la praxis freudolacaniana.
Marcelo Augusto Pérez
[ Psicoanalista / Posgrado Filosofía ]
En la Vulgata
psicoanalítica suele hablarse permanentemente de que en el psicótico
no hay extracción de objeto. Esta enunciación no se escucha sólo de alumnos;
sino de colegas que dictan clases en las Residencias Hospitalarias y en varias
Escuelas, de colegas que forman colegas.
Dentro de poco
vamos también a oir que el psicótico no habla. Si en realidad se entendiese que
decir lo primero implica ipso facto inferir lo segundo, se
dejaría de repetir ecolalicamente y sin la menor coherencia técnica estos
enunciados que fueron extraídos de una lineal y reducida (y escolástica)
lectura de la obra de Lacan.
Sabemos de
colegas profesores de Residencias, y obviamente de residentes en formación, que
se espantan cuando escuchan que algunos podemos decir que en el psicótico hay represión y
en el neurótico hay forclusión. Como si la represión fuese
exclusiva del patrimonio neurótico y la forclusión únicamente
de la estructura psicótica.
Nos preguntamos
permanentemente si se dan cuenta de que ese espanto no es más que la vacilación
fantasmática que se les produce, vía la angustia obviamente, por encontrarse
perdidos cuando la teoría no los abrocha a significante alguno. Pérdida que se
incrementa más todavía cuando se chocan con la praxis que les
permite verificar lo contrario a lo que enuncian en su discurso universitario.
Nos preguntamos: ¿Sabrán que para hablar hay que reprimir? ¿Sabrán cual es
el mecanismo adyacente al hablaje del sujeto e incluso la
función psíquica, como dirían en psicología, que se juega, en dicho mecanismo?
¿O pensarán que un psicótico es un brotado 24/365 y, a la vez, que un sujeto
que no ha desencadenado un brote, no puede ser un psicótico estructural? Nos
asombra que todavía haya analistas -y no decimos psiquiatras, los cuales
obviamente se justificaría por su formación- que piensen que diagnosticar una
psicosis depende de la existencia de alucinaciones o delirios. Como si nunca
hubiesen escuchado delirar a las histéricas o alucinar a los fóbicos. Estos conocidos
enunciados, concatenados y derivados, llevan a deducciones
disparatadas:
“Un psicótico
no hace extracción de objeto”, por lo tanto:
“Un psicótico no se constituye como sujeto”, por lo tanto:
"Un psicótico no tiene deseo", por lo tanto:
“Un psicótico no se angustia”, por lo tanto:
“Un psicótico tiene certezas”, por lo tanto:
“Un psicótico no demanda”, por lo tanto:
“Un psicótico no puede amar”, por lo tanto:
"Un psicótico no hace transferencia", por lo tanto:
“Un psicótico no se constituye como sujeto”, por lo tanto:
"Un psicótico no tiene deseo", por lo tanto:
“Un psicótico no se angustia”, por lo tanto:
“Un psicótico tiene certezas”, por lo tanto:
“Un psicótico no demanda”, por lo tanto:
“Un psicótico no puede amar”, por lo tanto:
"Un psicótico no hace transferencia", por lo tanto:
“No existe el
psicoanálisis de las psicosis”.
¿Disparatado,
verdad? Máxime cuando también escuchamos su contra-enunciado:"Lacan
dice no retroceder ante la psicosis". ¿Se trata de un análisis especial o
de una simple psicoterapia de apoyo? ¿Qué nos autoriza a decir que en la
psicosis no hay análisis, cuando en realidad la función del analista -tanto
en la neurosis como en la psicosis- debe pivotear la misma operación?
¿No hay acaso psicóticos cumpliendo tareas de jerarquía en empresas e incluso
en instituciones de salud? ¿No hay psicóticos en el arte y en la ciencia?
¿Impide ser psicótico tener una relación objetal con un otro,
vía un Otro? ¿Cómo se puede decir que el psicótico no hace Transferencia?
¿Cómo se puede afirmar que en el psicótico no hay Fantasma, cuando sin
fantasma es imposible percibir realidad alguna? ¿Cómo es posible no entender
que hay avatares fálicos que producen distintas vacilaciones fantasmáticas que
modifican cada Realidad? ¿El psicótico es un agnósico o un delirante, todo el
tiempo? ¿Y cuándo alguien no se reconoce al espejo, es ya un psicótico? ¿Y el
sujeto que perdió un miembro y luego lo percibe, es un psicótico? ¿Y los niños
que golpean, que rompen vidrios o escriben paredes o que incluso dibujan
transparencias, son ya psicóticos?
El trabajo
analítico a partir de Lacan, ha marcado una pertinencia sólida en el trabajo
con psicóticos. Proviniendo Lacan del campo de la psiquiatría e incluso
agradecido a su maestro Gaêtan De Clreambault –quien no lo reconoció
y acusó de plagio- parece lógico que las psicosis ocupen a partir de su tesis
doctoral, un lugar clínico y teórico de preeminencia.
Y así como Freud
acota el campo de las psicosis por problemas justamente de transferencia -y en
un contexto dónde estaba intentado parir su obra- Lacan ha
renovado y puesto de bastión el significante del Nombre-del-Padre como
eje paradigmático de toda Estructura, para lo cual las psicosis le sirvió
notablemente.
Sin embargo, la
colisión entre los conceptos preformados y la praxis con
psicóticos, ha permitido una nueva lectura lacaniana que renueva y amplía
la interpretación de esta Cuestión. Ya no se trata del Nombre-del-Padre sino
de los Nombres (en plural) de un Padre-que-Nomina. Y
esto sumado al último Lacan que ha abordado, vía el sinthome, la
problemática de todo parlêtre sujetado al Otro. Pero la problemática
con los mecanismos de defensa (común en todas las estructuras) ya estaba en el
Freud de 1894 ("Las neuropsicosis de
defensa") y Lacan lo sabía. Como dice Juan David Nasio: "Es
asombroso que esta comprobación clínica, harto trivial en definitiva, que Freud
señala con frecuencia y que se corrobora sin cesar en nuestra práctica, no haya
conseguido todavía desarraigar definitivamente el error de generalizar de
manera indebida la circunstancia de un episodio psicótico al conjunto de las realidades del sujeto.
Un paciente alucina o delira: irremediablemente, sin discriminación, se lo
cataloga de psicótico; es como si se tratara de un tic mental
del psicoanalista, determinado por la inmensa importancia acordada al hecho de
la psicosis. Importancia enceguecedora, que no nos deja matizar ni pensar una
compatibilidad acontecial, en una
misma persona, de realidades mixtas, producidas por represión y
producidas por forclusión." (Las negritas son nuestras.)
Bien:
intentaremos abordar los fenómenos elementales y mecanismos intrínsicos,
diferenciando puntualmente Locura de Psicosis, en
el marco y contexto de quien visita al analista en un consultorio -no
simplemente con certezas, sino con Demandas- tratando de reflexionar bajo dicho
entorno de trabajo a través de los conceptos psicoanalíticos Lacanianos y
articulando el plano filosófico-histórico-político-ideológico
donde la Locura ha hecho su entrada; delimitando el campo en que
dicha Demanda discurre; y –consecuentemente- partir de la base que el sujeto psicótico,
vía su angustia, busca en el analista la
inclusión que la ciencia le ha forcluido.
Marcelo A. Pérez
IV / 2017
* Seminario Breve de 4 Encuentros
* Dispositivo Grupal Reducido
* Horario y Fecha a Confirmar
* Zona: Casco Histórico / Buenos Aires
* Inscripción Previa via Mail
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