Borges & La Eternidad
Yo no entiendo de estas divisiones jerárquicas de la realidad y no sé por qué razón la hora
de la muerte ha de ser más verdadera que las de vivir y el viernes que el lunes. Si todo es
ilusorio, también la muerte lo es y muere su muerte. ¿Sólo ha de ser inmortal el dejar de
ser?
Manrique, sin confiar en contestación, interroga:
¿Qué se ficieron las damas,
sus tocados, sus vestidos,
sus olores?
¿Qué se ficieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?
¿Qué se fizo aquel trobar,
las músicas acordadas
que tañían?
¿Qué se fizo aquel dancar
y aquellas ropas chapadas
que traían?
Dejemos las absurdas y patéticas interrogaciones sobre la perfumería y sobre los trajes
guarnecidos con láminas de metal y sobre las bien templadas citólas y vihuelas y vayamos a
la terrible interrogación:
¿Qué se ficieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?
Es decir, ¿qué se hizo la pasión, qué se hará? Hay la respuesta cristiana (la de Manrique),
tan profanadora de todo recuerdo nuestro de amor y que siente así: Fuego encendido en los
infiernos es el fuego carnal y está bien que se desbarate y se pierda y que el alma consiga
alguna vez el don de olvidarlo. Hay la respuesta cientificista que a nadie satisface y que
dicen todos: El individuo no es inmortal, pero sí la especie y ella garantiza la inmortalidad
de todo sentir. Hay una tercera respuesta que he vislumbrado y que me está gustando y que
se deja presentir o indicar por esta sentencia: Lo que de veras fue, no se pierde; la
intensidad es una forma de eternidad.
Jorge Luis Borges
[ Buenos Aires, 1899 / Ginebra, 1986 ]
Las Coplas De Jorge Manrique. Frag.
El idioma de los argentinos / 1928.
Artes Visuales:
Paul Klee
[ Suiza, 1879 / 1940 ]
Tanz des trauernden Kindes (Dance of the Grieving Child), 1922
Período de Bauhaus