Pornografía o Género de Terror
En 1975 circularon
en Nueva York rumores de que la policía habían confiscado algunas películas underground sudamericanas que contenían
escenas de mujeres que eran asesinadas frente a la cámara en el clímax del acto
sexual, fueron llamadas películas snuff porque
las mujeres sumidas en la relación sexual eran destrozadas en el momento en que
(presumiblemente) alcanzaban el clímax. La posible existencia de tales
trabajos, dieron a las feministas americanas otra razón de preocupación por las
victimas ontológicas de la pornografía en el cine.
(...)
El único problema
suscitado por el testimonio de Snuff es
que la película en cuestión, aunque sin duda violenta, y especialmente, por no
decir no exclusivamente contra las mujeres, no pertenece al género
pornográfico, a menos que los fanáticos efectos especiales de las películas de
terror se incluyan en la definición de género pornográfico.
(...)
El error de leer el
horror violento de Snuff como
pornografía, demuestra la necesidad de ser muy claro sobre qué clase de
violencia y qué clase de perversiones operan realmente en la pornografía de las
películas contemporáneas hardcore. En
cualquier caso, y antes que nada, debemos situar la discusión de la violencia
sexual en las películas y videos hardcore
dentro de los complejos límites de la intersección de placeres sádicos y
masoquistas.
Linda Williams
Snuff
Ver. Orig.: Hard Core. Power, Pleasure and the
“Frenzy of the Visible”.
Berkeley, U.
California Press, 1989.
Compilado en:
Mercado de deseos.
Una introducción en los géneros del sexo.
Flavia Puppo,
compiladora.
La Marca Editora,
Bs. As., 1998
Según Linda Williams, otro
mecanismo básico del cine porno hard core, es el deseo de llegar hasta los
límites de lo auténtico. El cine porno tradicional —es decir, hecho por y para
los hombres, dominado por la mirada masculina— desde el mismo comienzo, con los
primeros estudios de movimiento, y pasando por los muy simples pero también muy
explícitos stag films a principios del siglo XX, más que nada se interesaba por
el funcionamiento del cuerpo femenino, un objeto incomprensible para los
hombres por falta de una manifestación inconfundible del placer. Lo que
Williams llama “frenzy of the visible” denota la pasión por ver (explorar) cuál
es la verdad de la experiencia femenina durante el acto sexual.
(...)
Según una parte de críticos
feministas, el caso extremo de la “pasión por lo visible” es snuff, la “pornografía
ontológica”, como lo llama el teorético de cine André Bazin. “Here — sostiene Bazin— death is the negative
equivalent of sexual pleasure, which is sometimes called, not without reason,
‘the little death’” (Williams 1989: 186). Matar es una forma extrema de violar: el
cuerpo-objeto3 es abierto y explorado, completamente subordinado a la voluntad
del asesino que descubre en él secretos normalmente inaccesibles a la mirada. El
espasmo mortal constituye un substituto perverso del espasmo orgásmico,
igualmente incontrolado y reflexivo, igualmente corporal (Williams 1989:
191-94).
(...)
Slavoy Žižek, por su parte,
habla de la “pasión por lo Real” que en el siglo XX, junto con el desarrollo
técnico, resultó en el perfeccionamiento del “efecto de lo Real” (es decir,
imitación tan perfecta de la realidad que puede incluso confundirse con ella),
mientras que la pasión postmoderna por la apariencia desemboca en una vuelta
radical, otra vez, hacia la pasión por lo Real. En la época de imitaciones
perfectas de la realidad (incluso la trasgresión de las limitaciones de una
pantalla cinematográfica bidimensional) y de visiones fantásticas, cuyo
carácter realista a veces supera a la realidad misma, la emoción inconfundible
de la “realidad misma” se busca en programas de telerrealidad, cine porno
amateur o snuff movies (Žižek 2919: 12). Todos esos intentos de captar lo Real
surgen del sentimiento de inseguridad de la propia existencia en un mundo donde
la ficción y la realidad se confunden. La realidad más infalsificable parece
ser la del cuerpo humano, con sus mecanismos naturales y reflejos
incontrolados, imposibles a amaestrar del todo en los momentos más intensos de
placer o de sufrimiento.
(...)
El objetivo de snuff movies es el
de atravesar los límites de la realidad donde ya no se puede fingir
(sufrimiento extremo y muerte a causa de destrucción física del cuerpo ni se
dirigen, ni se fingen ni estrenan).
Anna Topczewska.
Universidad de Lund.
“La parte de
los crímenes”: una snuff movie
literaria. Extracto
VIII Congreso
Internacional de Teoría y Crítica Literaria
Orbis Tertius
Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria
Facultad de
Humanidades y Ciencias de la Educación
Universidad
Nacional de La Plata / Argentina / 2012
Artes Visuales:
Giuseppe Arcimboldo
[ Milán, 1527 / 1593 ]