Salud Mental o Psicoanálisis
El inconsciente
bajo su forma sujeto, bajo su forma repetición, bajo
su forma síntoma hace obstáculo a la noción de salud mental. Porque
no hay sujeto sin inconsciente entonces la salud mental –de algún
modo- está prohibida para el ser que habla. La noción de salud mental emerge
del discurso del amo. A la salud mental también se le supone un sujeto, del mismo
modo que le suponemos un sujeto a lo inconsciente. A la salud mental se le
supone un sujeto que es el sujeto del Derecho. Del derecho a la salud
y al equilibrio.
Mientras que la noción de inconsciente excluye todo
posibilidad de armonía del sujeto con el mundo.
Si
al síntoma lo ubicamos como una formación de lo inconsciente, adquiere una
dimensión de verdad, de mensaje que, me apresuro a decirlo, es uno de las
vertientes del síntoma: la vertiente de querer decir del síntoma. En el síntoma
hay una dimensión de la verdad reprimida que se expresa metafóricamente. Hay
otra dimensión del síntoma que es la dimensión del goce del síntoma que es el
modo que la pulsión esta implicada en el síntoma. (…) En el discurso de la
salud mental el síntoma no esta en su valor de verdad (de verdad reprimida)
esta en su valor de enfermedad, enfermedad a la que se opondría la salud
mental. (…)
Cuando
citamos al síntoma en su dimensión de salud esta como un trastorno definido
estadísticamente. Es un dato homologable que excluye la particularidad. El
ideal de la salud mental es hacer un síntoma mudo, que se calle. El modo de
silenciarlo es hacerlo homologable mediante la comparación estadística. Es
decir, desde el punto de vista de la salud mental, lo que se busca en las
manifestaciones de sufrimiento de un sujeto es lo que lo hace igual a otros
sujetos, y permite ubicarlo en un cuadro, en un síndrome, dentro de una
clasificación estadística. Esto supone desubjetivizar al síntoma, tratarlo en
el puro orden médico. (…) Lo que hace con el síntoma es vaciarlo del enigma:
del enigma que comparta para quien lo padece. Y que el síntoma vaya acompañado
de un enigma es lo que puede hacer que un síntoma sea analizable. Es decir, que
el síntoma pueda ser concebido en la dimensión de verdad: a veces la única
presencia de la dimensión de verdad de un sujeto es su síntoma. (…)
Al contrario
de la salud mental (…) la transferencia analítica se basa en hacer al
síntoma charlatán en su particularidad. Exige que el síntoma en esta dimensión
de verdad se articule al analista. (…)
Las instituciones
de salud mental substituyen esta particularidad, este significante cualquiera
del algoritmo de la transferencia por el significante de la salud mental. La suposición
de saber no es al saber que encierra el síntoma, al mensaje enigmático. Un síntoma
psíquico es algo que el sujeto repite sin poder evitarlo… tiene
la estructura de
“no puedo impedírmelo” (…)
ante ese “no puedo
evitarlo” la pregunta analítica es por qué. Esto supone entender
que yo tengo algo que ver con lo que me pasa, (…) que el sujeto está implicado en
su síntoma, lo contrario de verlo como un disfucionamiento o mal aprendizaje o error cognitivo. El síntoma
es un funcionamiento. Un funcionamiento tan eficaz que existe y se repite
de un modo imparable. (…)
Lo
que substituye el saber del síntoma es el saber del técnico. El técnico sabe lo
que a usted le pasa y recurre a una clasificación para colocar lo que le pasa
al lado de muchos otros que le pasan lo mismo y al mismo tiempo tiene un
protocolo que garantiza el tratamiento mas adecuado para eso que le pasa a
usted y a diez mil más.
Manuel
Fernández Blanco
La Salud Mental a la luz de los 4 conceptos fundamentales del psicoanálisis.
La Salud Mental a la luz de los 4 conceptos fundamentales del psicoanálisis.
Seminario Instituto del Campo Freudiano en Granada.
España.
https://youtu.be/4x0fYVPQw2E
ARTES VISUALES:
Rubén Alpízar Quintana
[ Cuba, 1965 ]