No le cuentes...
No, no quiero que te salga mal de nuevo, no quiero que te lastimes como conmigo.
No hay rencores, no te odio, sólo quiero que seas feliz.
No dejes que él te ame como un maldito loco, que en lugar de soñar contigo te escribe de madrugada.
No lo veas a los ojos por mucho tiempo, dan miedo; puede correr lejos de ti si no soporta el peso de tu mirada. Si se queda, quédate.
Jamás le sonrías mientras lo besas, te puede arrebatar tus labios y llevárselos consigo para siempre; yo estuve a punto de hacerlo varias veces. Ahora me doy cuenta que es tarde.
Si alguna vez se separan, no dejes que te dé consejos para tu próxima pareja, eso es para idiotas como yo; masoquistas, enfermos.
Sobre todo, mujer, no le cuentes.
No le digas ni por error todo lo que sé de ti, alguien te puede hacer daño.
No le cuentes que te aterra la oscuridad y que crees en fantasmas; te pueden tomar por loca.
No le muestres ese lunar, el que no te gusta, porque es hermoso, demasiado, no podrá dejar de verlo, y eso te molesta. Ya que estamos, tampoco le muestres tu cara de enojada, sólo te ves más guapa, en lugar de arreglar las cosas, lo idiotizarás más, ¡Mírame a mí!
No le digas que te gusta hacer el amor con la luz apagada, porque no quieres que vea tu abdomen “gordo” según tú, porque si lo descubre, será su almohada perfecta. No lo dejes. Sólo apaga la luz y dale un beso para que no pregunte nada.
No le digas tus deseos, puede que no se cumplan. No le cuentes tus sueños, porque le pueden fascinar y hacerlos suyos. Que no te robe nada.
No le cuentes que muchas veces te tragas los “te quiero” porque tienes un orgullo inmenso. Tampoco le digas que tus sonrisas significan “te amo”.
Por favor, no le digas que eres fría en las tardes y que por las noches puedes llorar hasta dormir por cualquier tontería. Que vea que eres fuerte, que nada te puede derrumbar.
Que no te escriba, ni sus mejores palabras aseguran que te quedarás a su lado. Ahora lo entiendo, al amor entre menos palabras, mejor.
No le digas que aún me vuelves loco, o que a veces me piensas, que nos soñamos mutuamente o que nuestro odio es amor de clóset, nadie puede entendernos más que nosotros.
No le cuentes que aún te escribo, y que no te quedas dormida, que le mientes y me lees de madrugada. Aunque sean mensajes viejos, se sienten como si fuesen emociones nuevas.
No le cuentes que somos el uno para el otro y ambos lo
sabemos, porque existen mitades que van mejor por separado.
No le cuentes nada, el misterio siempre será más seguro que la verdad.
Puedes ganar nada y perderlo todo.
Por favor, no le digas nada, la vida siempre da vueltas, y puede que al final tú le acabes escribiendo ésto, como yo a ti, y créeme nada duele más que la poesía sin destinatario.
Oscar Matey
[ México ]
No le cuentes.
ARTES VISUALES:
Max Ernst
[ Brühl, 1891 / Paris, 1976 ]