Manifiesto Buenos Aires. Retorno a Lacan.
Estimado M. Pérez. Ante todo gracias por sus clases en videos y sus
escritos en su Blog. Realmente he depurado muchísimas dudas de la teoría y de
la práctica leyendo muchas respuestas suyas a correos y por supuesto los
artículos que ha firmado. No sé si está al tanto de un nuevo “manifiesto” que
se está gestando en Bs. As. en torno a un “retorno a Lacan” que lo lideran
algunos analistas como B. Domb, O. Arribas, H. Rúpulo, G. Lombardi, A. Eidelsztein, I. Vegh, entre
otros; éste último usted lo ha citado bastante. Hay algunos videos de este
movimiento que se inicia este año 2016. Más allá de que me gustaría saber algún
comentario suyo, también le quería preguntar algo específico. El Dr. Eidelsztein tiene algunas
afirmaciones, que también plasma en su último libro, sobre cuestiones teóricas
(de Lacan, obviamente) y quisiera saber si usted coincide con estas nuevas
apreciaciones; ya que me parecen como una ruptura con otros lacanianos. Me
interesa saber esto no sólo por una cuestión de dónde podría posicionarse ud.
sino también porque hay afirmaciones teóricas que creo inciden en la clínica y
me parecen un poco subidas de tono, por decirlo así, en torno a este retorno.
Por ejemplo, el Dr. Eidelsztein afirma que el goce no es la satisfacción de la
pulsión (axioma que ud. cita mucho y que corresponde a la definición que diera
Lacan en el Seminario 7) o que Freud nunca habló de Tanátos como pulsión de
muerte. Me gustaría saber su criterio al respecto. Soy analista de Buenos
Aires, no pertenezco a ninguna Escuela pero ejerzo mi práctica clínica desde
hace más de 20 años. Y coincido cuando ud. dice que hay analistas que hace años
están en Escuelas –en teoría autorizándose con el Otro y esperando el pase-
pero que no tienen un solo analizante. Tengo amigas que lamentablemente están
en esa situación y me consta de otros colegas. Muchísimas gracias por esta
lectura. G. P. G.
Hola Graciela. Bueno, trataré de ser sintético. Del Manifiesto “Buenos Aires Retorno a Lacan” he visto un par de videos,
y si mal no recuerdo uno de ellos es justamente donde están los analistas que
vos me preguntás. [Lamentablemente no tengo mucho tiempo de ver los nuevos
videos que se van subiendo pero trataré de verlos de a poco.] El movimiento
–creo- pretende retomar conceptos que –según estos fundadores- han sido
tergiversados o dejado de lados por otras Escuelas, básicamente –según les
escucho- por la corriente Milleriana. Ahora: yo creo que se han reunidos
algunos analistas que encabezan diferentes Escuelas pero que, más allá de
converger en la oposición a Miller, tienen diferencias en sí mismo que, lejos
de pensarlas como obstáculos, las juzgo como productivas: por ejemplo –y por
más movimiento que los una- no es el mismo discurso teórico el de Vegh que el
de Eidelsztein. Incluso creo que -hasta en un gran porcentaje- están totalmente
en orillas extremas.
En ese video que supongo habrás visto por
lo que me decís, escuché frases que vengo escuchando desde hace varios años. Y
me sorprende que algunos analistas sigan dando charla a modo de googleo enumerando citas de Lacan sin
explicar nada ni dar criterios propios: para eso, ya sabemos, está la red
informática. También me sorprende escuchar ciertos nuevos axiomas de algunos
analistas que creen están inventando un nuevo psicoanálisis. Si el goce no es
la satisfacción de la pulsión (es decir: si la pulsión no es de muerte)
entonces me gustaría saber qué es el goce y qué es la pulsión. Obviamente no
están por fuera del significante (ni goce ni pulsión existen por fuera del Otro
y de la red simbólica; de hecho puedo –como digo a veces- enunciar: “lo
real no existe… sin lo simbólico” pero habría que dar conceptos y no
tirar tanta data al estilo del Dr. Google. Creo que el Dr. Eidelsztein es un
buen estudioso e investigador –y que se ha tomado un buen trabajo de verificar
traducciones-; pero hay elementos conceptuales de él un poco alejados de los
míos; pero –después de todo y cómo diría Borges- ¿qué importancia tiene eso? Él
venderá algunos libros, yo escribiré unos posteos, ambos formamos colegas, yo
trato de no abandonar nunca mi silla de alumno en la disciplina filosófica –por
ejemplo-, etc. El Dr. Vegh –que se nota que el resto lo escucha con respeto por
sus años y quizás porque “le ha dado la mano a Lacan” (ya sabemos el verticalismo reinante en estos menesteres) es un analista
de mi mayor consideración teórica aún aunque también –como digo en mis clases-
tengamos diferencias conceptuales sutiles: por ejemplo él habla de la dualidad
pulsional, yo no: para mí existe sólo la pulsión de muerte. Pero es un analista
que –a mi juicio- transmite muy bien la teoría, incluso en sus libros. Con el
Dr. Lombardi tengo muchas más divergencias que convergencias; empezando por el
concepto de Fantasma que él considera que no habría que pensarlo así (ni con
esa traducción) sino como Fantasía. Pero no tiene importancia los puntos de
distancia sino los que nos permiten sostener la causa freudiana cuyo enemigo
más fuerte es el conductivismo capitalista que nos lleva a pensar que las
neurociencias y la psiquiatría son la posta obligada para paliar el dolor
humano.
Como sabemos hay gente –y esto ocurre en
todos los rubros- que se cree demasiada autorizada y más papista que el Papa;
la verdad si tuviesen la genialidad de Freud o de Lacan yo me sacaría la gorra
que uso para mi pelada congelada de invierno; pero sólo encuentro que repiten,
igual que yo por supuesto. Como siempre digo, después de Lacan hay dos o tres
analistas –a mi juicio- que dijeron cosas un poco diferentes y con un alto
vuelo clínico y poético, y ya están -lamentablemente- muertos: uno de ellos fue
Roberto Harari. Y ni hablar de los analistas que sólo pueden leer y leer y leer
cuando pretenden dar una conferencia: particularmente me aburren muchísimo; y
ya estoy un poco bastante grande para soportar ese tipo de charlas: antes
aunque las pelis eran malas me quedaba a verlas hasta el final (el arte es el arte, la obra no hay que
cortarla, y así su ruta…); ya no. Y así como no tengo porqué soportar
aplausos a una obra de mediocre para abajo, tampoco tengo ganas de escuchar a
colegas leer: para eso pongo un grabador o la radio. (Hablando de esto, uno de
los otros analistas que considero fue diferente –pero claro, hablo desde mi
lugar y por algo también lo he elegido como Control- fue Guillermo Maci que nunca necesió leer nada y daba sus charlas de parado entre el público.)
Está muy bien -creo- que los analistas defiendan el sentido
(aún sabiendo que hay que sacarle sentido al goce, al síntoma) en oposición a
la corriente francesa donde sus analistas cortan la sesión a los diez minutos
porque se trata de escindir el sentido y entonces el analizante tarda diez
semanas para contar un sueño; o algunos conceptos más puntuales que son
necesarios diferenciar –yo lo hago siempre en mis clases-, como que el Otro sí
existe –pero está barrado- o que en la Psicosis hay Sujeto; pero creo que –en
este contexto de Manifiesto- se trata de cuestiones con un fondo muy narcisista-político
(de hecho me queda la sensación -cuando escucho estas conferencias- que cada
analista habló de lo que quiso sin importarle el nudo que los llevó al
encuentro; y cuando realmente algo queda, es en el momento que dejan el rol de
Amo y aparecen preguntas del público). Me parece que estas posiciones
enfrentadas no van a llevar a ningún lado más que a dilatar la brecha
Paris-Buenos Aires; que en realidad reprime lo que en Buenos Aires encontramos
de Paris. Es mi opinión y, te repito, creo que no tiene ninguna importancia ni
a nadie le importa: la gente –narcisismo mediante- se reúne igual –por suerte-
para lo que cree es la causa de sus deseos. Y siempre es válido. Siempre es seductor el diálogo. Lo ruidoso es cuando ese ámbito se transforma en una competencia fálica. Podemos coincidir o no; pero el psicoanálisis -creo- debería estar más preocupado por el dolor que por las políticas de sus miembros. Como dije una vez, he llegado a escuchar -nadie me lo contó- cómo en Congresos se sigue discutiendo si tenemos que hablar de dispositivo o de artificio. Me parece que -como en la coda del film de F. Fellini Ensayo de Orquesta- mientras se discute quién la tiene más larga, están tirando la pared y a nadie le importa porque no pueden ver más allá de su narcisismo.
Creo que nada demasiado nuevo hay bajo el
puente, aún. La pulsión turbulenta, los campos del torbellino cuántico, las
estructuras disipativas: son todos conceptos que los introdujo Harari hace más
de diez años (y nadie habla de eso en estos encuentros sino de las diferencias
con Miller); después de él –insisto- nadie más ha dicho nada nuevo al respecto.
Esto no invalida que sigamos repitiendo y formando colegas que se aventuran en
esta praxis; pero de allí a creernos que somos tan originales, me parece tan
estúpido como el que se cree Maradona porque un día mete un par de goles
jugando con sus compañeros de trabajo en cancha de cinco. Incluso me causa
cierta pena escuchar que algunos que hablan de pase y de la no-universidad en el psicoanálisis, les encanta que
los presenten como Doctores de psicología; raro oxímoron del campo lacaniano.
El mercado, lamentablemente, lleva a esto: la mayoría de las universidades del
mundo no aceptan profesionales invitados para dar conferencias sino son Doctores
o no tienen libros publicados: esto, aunque parezca de la Gran Bretaña del
siglo XVIII, es de nuestro siglo XXI. Se trata de la compra-venta de títulos
que el marketing académico es propenso a retroalimentar. (Siempre recuerdo que
en una oportunidad que coordinamos con colegas unas Jornadas de Niñez en la
UBA, hubo una única psicoanalista que quiso se la presente solamente con ese
significante: psicoanalista. Y resultó que, oh casualidad, era una de las
analistas con c.v. más extenso en verticalidad directa con Lacan -incluso traductora de sus seminarios-, pero
evidentemente no tenía nada que defender.) Por supuesto no todos los analistas
son así y algunos de esos videos –que pude ver- me resultaron muy interesantes
por las preguntas que pueden abrir e –insisto- la diferencia teórica de algunos
analistas. Por ejemplo Daniel Paola –con quien coincido teóricamente mucho-
sigue expresando elementos conceptuales muy interesantes sin abandonar nunca al
primer, al segundo y al tercer Lacan, como gusta de llamarlo a algunos
Millerianos. (Como si lo imaginario –del primero- invalidase lo real –del
último- o como si el nudo de tres podría dividirse.) Hay un espíritu de
re-afirmación en este Manifiesto que me hace ruido –ya sabemos lo que pasa en
el sujeto cuando se defiende mucho- pero obviamente siempre es bienvenido el
interés por el saber y lo que se conoce habitualmente como inter-relación
epistémica, cosa que en psicoanálisis no existe pero se suele intentar. Como
dice Alba Flesler en esos videos, vamos a llegar a creer que hay tantos
psicoanálisis como analistas. De alguna manera es así porque no hay
inconsciente por fuera del análisis y cada analista escucha/lee diferente; pero
la nueva tendencia Milleriana trata de crear un nuevo psicoanálisis y esa es la
idea de este movimiento que intenta retornar a Lacan como Lacan intentó
retornar a Freud cuando se dividió de los postfreudianos y cuando enunció que
él fue el único que supo leer a Freud. Esto, aunque suene soberbio, no cabe
duda de que es así.
Con respecto a la frase de que Freud no
dijo nunca Tanátos, bueno: yo recordé que en un video mío lo había dicho y por
las dudas fui a ratificarme, y así es: lo digo a los 4 mints 27 seg.: https://youtu.be/SBqbfb7xT2A ; Eros era una Deidad
mitológica y por eso Freud –que era un gran literato- no lo mezcló con Tanátos
que fue una metáfora poética. Así que lo que dice el Dr. Eidelsztein, en este
caso, coincide con lo que yo dije hace 8 años.
Con respecto a tu último párrafo: el
analista se autoriza por su formación analítica. Por más que un egresado de
psicología crea que –digamos porque le agrada el psicoanálisis- puede ser
psicoanalista por el mero hecho de haberse recibido en una facultad donde se
supone que el psicoanálisis es una de las opciones de las Escuelas
Psicológicas; esto no es así. El psicoanálisis no es una psicología, no es una
corriente psicológica por más que las universidades quieran vender eso; tiene
una concepción epistemológica y clínica que incluye lo que ninguna psicología
–ni medicina- puede incluir: el deseo, el fantasma, el goce: es decir, lo que
Lacan ha llamado “la falla
epistemosomática”, ya que se trata de un cuerpo que no es ni el del
conductivismo, ni el de la medicina, ni de la gestalt: todas Escuelas que creen
que el Lenguaje es posterior al sujeto, incluso una herramienta. Y, como se
sabe, es exactamente alrevés: el Sujeto es Hablado, es deseado por Otro que lo
pre-existe: no hay trauma más que del
lenguaje. El dispositivo analítico –que es topológico- creado por Freud
incluye la singularidad de cada sujeto, que no está en el discurso Amo de una
Universidad o de un Manual; es el único dispositivo “que introduce al sujeto en el orden del deseo.” Esto ya lo
escribimos en varios artículos y entrevistas. Como decía Foucault, “el principal enemigo del psicoanálisis no
es la medicina sino la psicología”. Cordiales saludos, map.
Artes Plásticas:
Bohumil Kubišta
[ Vickovice, 1884 / Praga, 1918 ]