De sordera, egoísmo y yerbas anexas...
"En tiempos donde nadie
escucha a nadie
En tiempos donde todos contra
todos
En tiempos egoístas y mezquinos
En tiempos donde siempre estamos solos
Habrá que declararse incompetente
en todas las materias del mercado
Habrá que declararse un inocente
o habrá que ser abyecto y desalmado..."
En tiempos egoístas y mezquinos
En tiempos donde siempre estamos solos
Habrá que declararse incompetente
en todas las materias del mercado
Habrá que declararse un inocente
o habrá que ser abyecto y desalmado..."
Fito Páez, Al lado del camino.
Una nota de color para los últimos días
del 2015. Una amiga no solamente me autoriza sino que además me tira letra,
aprovechándose de mi debilidad por plasmar en el blanco genuinos guiones
grotescos de la vida cotidiana. Se trata, en esta oportunidad, de los avatares
narcisísticos que su hermana, sobrino y sobrina política (y cándida sobrina
nieta) ponen de relieve. Nos demuestra cómo hay gente a la que nada le preocupa
el bienestar o malestar del otro, donde primero son ellos, segundo son ellos, y
tercero, ¿adivinen?
No voy a enumerar los hechos en forma
cronológica, me pare más interesante plasmarlos como los recuerdo de las últimas
tres conversaciones telefónicas con mi amiga. Empiezo por contarles que el día
anterior a la Nochebuena ha discutido con su hermana. Su hermana... Como
resumir su personalidad en dos palabras... A ver, la resumo según palabras de
mi amiga: "una egoísta".
Como han discutido, resulta que a la cero hora del día 25, donde usualmente la
gente brinda y dice el famoso apotegma "Feliz Navidad" mirándose a
los ojos (¡y ojo que si hay bebida no alcohólica en la copa hay que brindar dos
veces!) ella (la hermana) brinda pero no dice nada. Es decir: lo dice todo. Mi
amiga: "Porque claro, su orgullo es más
fuerte, como va a ceder por un símbolo, estando mamá ahí, nada. ¿Podes creer?
Ese orgullo, esa imagen, patética"- Me recuerda, cuando me lo cuenta,
a esos personajes similares que alguna vez nos tocaron de pareja, que
justificando una discusión del día anterior, tienen los suficientes ovarios o
huevos –por ejemplo- para dejarte solo desde la mañana a última hora de la
noche, el día que vas a festejar tu cumpleaños o cualquier otro acto simbólico...
Y encima subrayan con pueriles argumentos porque, obviamente, como son
autistas, piensan que su veredicto es válido. Aparte tienen la misteriosa y
celestial manía de castigar al otro, porque obviamente suponen que las
discusiones se generan porque el otro es un desalmado. Ni hablar que además se
otorgan el lujo de la verdad absoluta, así que tenemos un combo por demás
interesante: autismo, orgullo, soberbia, castigo, dueños de la verdad. Así
es la hermanita de mi amiga que por estas fechas ya tiene casi 60 pirulos…
Hablando de autismo: me cuenta mi amiga
que la mujer de su sobrino, que piensan ambos ir a vivir en el terreno de atrás
de la casa de la madre (es decir, van a vivir con su suegra, la hermana de mi
amiga), le dice: "No sé cómo mi
suegra puede dormir con la perrita que esta toda la tarde ladrando y
ladrando"- "Ya se va a dar
cuenta"- Me aclara mi amiga - "como
puede dormir... Cuando se de cuenta que es una autista y que el único mundo
exterior es el que le compete a ella..."- Vuelvo a pensar entonces en
esos personajes (sí, los que te abandonan cuando les conviene) que después se
hacen las víctimas y vuelven argumentando que el orgullo se lo ponen en el
orto... Son tan graciosos por creer que uno es tan naif... Se lo ponen en el orto no creo: porque es tan grande el
orgullo que no les entra. Solo que vuelven porque su angustia, es decir su
narcisismo, los envía.
Entonces, a la lista, habría que sumarle
la patética víctimez -cuando les conviene- y la no menos patética
psicopatoneada del "vuelvo porque no
soy orgulloso"- Cuando en realidad es justamente por ese orgullo –al igual
que nuestra hermanita en cuestión- que se desencadenan terremotos imparables;
porque siempre es retrucar, siempre es más, nunca pueden poner el famoso Punto de Capitoné para dar el zurcido a
la discusión: bien de mecanismo histérico que pretende a toda costa tenerla más
larga. Y aquí aparece –ligado con la forma- el tema del tiempo: porque la
discusión terminará (y la copa se levantará) sólo cuando estos sujetos lo
decidan. No podrán pasar nunca por arriba de su orgullo: es demasiada la altura. Y hay una paradoja:
viven mirándose en el espejo (puesto que endiosan su imagen) pero en realidad
nunca se observan realmente. Nunca una pregunta que los divida y los lleve a un analista para hacerse responsable de su síntoma. Y hay otra paradoja: aman las canciones de amor, donde se cantan y levantan pancartas como "yo te protegeré" o "siempre estaré" o "serás mi rey"; no será casual, supongo.
Y sigue mi amiga: "La nenita subió a lo de mi hermana y después quería bajar... Mi
hermana, caprichosa más que la nenita y mas que mi sobrina política, no quería.
Pero mi sobrino, desde abajo, le dijo que la deje bajar... Y mi sobrina igual.
Y esto recién empieza... Mi hermana tuvo que ceder! Le torcieron el brazo! Imagínate!"-
Parece también que la construcción de la
nueva propiedad en el terreno trasero, trae cola. O mejor dicho, perrito
en celo. Resulta que la hermana de mi amiga tiene dos perras. Y su nuera (la
sobrina política de mi amiga) tiene a Tango, un cabizbajo y tierno labrador de
cuatro años. Resulta también que Tango va a ir a vivir con ellos a ese terreno,
porque por supuesto es parte de la familia. Resulta que el veterinario ha
dictaminado que por la edad de Tango no lo puede castrar. Resulta, finalmente,
que los perritos se manejan con instinto y que un macho puede olfatear el celo
de una hembra a cuarenta cuadras de distancia. "Pobre Tango, ya me da pena"- le decía a mi amiga. Porque
resulta que su hermana no está dispuesta a castrar a las hembras. Perro
gritando durante semanas hambriento de amor, sediento por acariciar con su
febril hocico las feronomas de su amante en celo; sobrinos conflictuados,
hermana caprichosa... ¡Y sólo tres empanadas, che!
Habría que aclarar que la susodicha
hermana ha hecho las mil y una piruetas para que su hijo, junto a su mujer y su
hijita y junto a Tango, vayan a edificar ese terreno, que vaya a saber Dios
como le van a pagar a mi amiga la mitad que le corresponde. Mi amiga que hace
30 años vive en el mismo departamento y pensaba comprarse algo mejor algún día,
con ese dinero. Pero a su hermana, nada le importa. Solo que ella no quede
sola. El tema es que se viene el goce/goce. Lo que su hermana no prevé es que
va a repetir la historia: su marido huyo a España porque ya le resultaba insoportable
convivir con ella, lo mismo en unos años hará su hijo huyendo no solo de su
madre sino de su mujer que es igual, a su madre lógico. Así que tenemos una
configuración bien clara: las dos mujeres egoístas, el sobrino sobre adaptado y
la nenita más egoísta que todos. Claro que las edades justifican un poco ese
egoísmo.
"No, no, no. No es cuestión de edad
marcelo! No lo justifiques! Es malcriada! Mi hermana tiene casi 60! Hay gente
de 20 o de 25 que piensa en el otro, que es capaz de ceder, de resignar, de
castrarse ante una fecha simbólica, por el otro a quien dice que algún afecto
le tiene... Pero mi hermana no quiere a nadie, solo a ella. ¿Vos te crees que
le importa que su hijo no tenga donde ir? Si aparte sí tiene y varios lugares.
A ella lo que le importa es no estar sola si muere mi mama."- Aclaremos que la madre
vive abajo. Aclaremos también que la hermana no suele visitarla, no suele bajar
nunca, y menos uno de los dos sobrinos que también vive arriba. El otro, el que
se casó y del que estamos hablando, ni siquiera va. Es la única abuela viva que
tienen y no se les ocurrió ni siquiera regalarle algo para las fiestas. Como
bien dice mi amiga: "Tener hermanos,
nietos, sobrinos, incluso hijos, nada te garantiza que te van a ayudar alguna
vez... Nada garantiza que no sigas solo... Vos te crees que me llaman para mi
cumpleaños? Pero yo este año, y es el primer año, no les compré nada para la
fiestas! Solo a la nenita."-
Insisto un poco que la edad debería tener
alguna influencia en esto, pero después yo mismo caigo en la cuenta de mi
engaño... Un viejo que vivía al lado de la casa de mi infancia, vivió sus
últimos diez años sentado en una silla, en la puerta de su casa (antes era
costumbre): era el tipo más egoísta, altanero, malhumorado, soberbio y
repugnante de toda la manzana. Eso sí: no había un solo domingo que no
concurriera a la misa de la iglesia de la plaza. Me preguntaba, volviendo al
caso que nos convoca, si la hermana de mi amiga (que al ser una intelectual
casi de izquierda no creo se permita arrodillarse ante Dios ni ante nadie)
utilizaría algún artificio poético como para resarcir fantasmaticamente todo su
procedimiento con el otro. Porque, admitamos, hay gente que al menos produce
genialidades (que se yo, un Dalí era medio perversón pero era Dalí) pero este
tipo de personas que se la creen tanto (porque obviamente todo parte y termina
ahí: ellos creen que son geniales y que todo el mundo tiene que estar
24horas/365 a su disposición) ni siquiera se cruzan hasta la verdulería para
comprar una palta y matizar un poco las ensaladas que domingo tras domingo
prepara su hermana.
"Ayer volvió a pasar lo de cada sábado! Entro al garaje y todo
cubierto. No es capaz de correr nada sabiendo que vengo con el coche colmada de
paquetes de comprar en el súper para abastecer la casa... Ahora argumenta que
están en obra, pero no es capaz de pensar que voy a llegar y necesito entrar el
coche para descargar las cosas! Sabes qué pasa? Acá se trata de algo más: ella
quiere hacerme creer que esa es solo su casa. Ya el otro día tuvo un
fallidito..!"- Y agrega muy enojada: "Esta gente egoísta es resentida además... Le siguen echando la culpa a los padres de lo que les pasa en la vida... Son gente que no te sirven para nada. Yo tenía un novio igual, mucho más joven que yo, te acordás? Sordo completamente. Cuando se les va la belleza no les queda más que una inmensa oreja al pedo: puro ruido y pocas nueces. Y belleza hasta por ahi: porque belleza es otra cosa. Nunca te van a ser sentir una reina."
En fin... Los seres de este mundo que justamente porque son sordos, se creen únicos, superiores ("Ahhh no sabes la soberbia de mi hermana! Ella da cátedra de todo! No le podes decir nada de nada porque ella sabe más que todos! De medicina, más que los médicos, de casas, mas que los arquitectos, de electricidad, más que los ingenieros!") Seres que ni siquiera pueden sostener un vínculo pero dan cátedra de humanidad. Pero así es la neurosis nuestra: "vamos de la insuficiencia a la anticipación"- nos recordaba Lacan en sus primeros escritos haciendo referencia al infans, solo que con un detalle: él nunca olvido que un neurótico es un niño.
Maticemos con un ejemplo clínico del día de ayer para cerrar estas líneas: Una
analizante, hace una semana atrás, decide cambiar su sesión de sábado a
miércoles. Como cuando es día laboral, el tráfico en el centro es un despelote,
llega casi finalizando su horario. La atiendo de todos modos una hora porque
después no venía ningún analizante y, básicamente, porque si ya la castiga el tráfico, para que voy a castigarla
también yo. Cuestión que en esa sesión decide volver a cambiar el horario para
el lunes. "Fijate, te puede volver a
pasar lo mismo, mejor en vez de 11hs venite 14hs si es lo mismo para vos"-
Pero ella, de la insuficiencia a la anticipación:
"No, no, no. Voy a llegar bien, voy
a salir con tiempo! Vos no te preocupes…"- ¿Adivinen? Exacto: misma escena a la semana
anterior. “Me falta poco, estoy parada en
el tráfico.” A ese mensaje trato de
responder medio zen: “Jaja… ok.”- Y después:
“No sé marce esto es un stress de loco,
no voy a poder estar nada en la sesión, puedo ir a las 14?”- El niño que no llega, que no puede, que
siempre intenta subir al árbol pero la copa está muy alta… Si los analistas no
entendemos un poco –un poco bastante- que el neurótico es ese niño, vamos a
operar con un tratamiento abusivamente ortodoxo demostrándole sesión tras
sesión que hay que perder sí o sí para ganar; que la culpa no es del tráfico,
etc. Algún ex analista de control, en mis comienzos, recomendaba esa ortodoxia,
llegando a interpretar con un cinismo descabellado. De esos analistas mejor
huir rápido. No entendieron eso del infans
y quieren hacerlo “crecer” a los golpes; piensan que la letra entra con sangre
y confunden establecer la Ley para amortiguar el goce con operaciones casi
terroristas. Sobre todo en pacientes que recién comienzan su camino de análisis
y que buscan más el hueco que los incluya en el Otro que el análisis en sí. Entonces
habilité; ya que tenía aún el horario libre. Y obviamente tomé el fallido de
las dos llegadas tardes como acto logrado para –de paso- analizar un poco: significante
un certificado médico que saca para mostrarme, y que dice llevárselo a su madre
para que le crea lo estresada que está: ¿si esto no es un niño, el niño dónde
está? [Hay sujetos que tienen tela, que les da la soga... Otros no tanto a
pesar de que asocian, de que les cae las fichas y tienen grandes deseos de
cambiar; pero no pueden. Han sido históricamente atravesados por un Otro
gozador permanente. Por eso no pueden sostener nada... Creen que van a poder,
pero no.]
Me fui un poco de nuestra hermanita,
pero asocié con este caso porque estamos rondando siempre el mismo carozo: el
lazo se construye de al menos dos. A veces el vínculo se sostiene gracias a
alguien que, lejos de castrarse permanentemente, ya entra en una sobre adaptación
sistemática. También por amor, lógico. Porque todos tenemos nuestro pequeño
narcisismo. Por eso, como decía Fito en los párrafos del epígrafe: "No es bueno nunca hacerse de enemigos que no estén a la altura del conflicto, que piensan
que hacen una guerra y se mean en la cama como chicos."
Marcelo A. Pérez
La hermanita perdida...
29-XII-2015