Haití
Siempre se repite la misma historia.
Cada individuo no piensa más que en sí mismo.
Cada individuo no piensa más que en sí mismo.
SÓFOCLES [ Colono, 496aC / Atenas, 406 aC ]
La República de Haití, cuya superficie territorial
es más grande que Israel y apenas más chica que Bélgica, es uno de los países más
pobres del mundo. Tiene la renta per cápita
más baja de todo Occidente. Su promedio de longevidad humana es de 54 años. Más
de la mitad de los niños mueren por desnutrición y solo el 52% de la población
está alfabetizada. Si a esto le sumamos
las devastaciones climáticas por terremotos y huracanes, tenemos un combo
de lo más interesante.
Los gobiernos de los países poderosos
suelen renovar su monto de ayuda para los haitianos. La primera potencia del
mundo así lo hace anualmente. Pero parece que no alcanza. Parece que Haití,
como alguna vez escuché, está maldecida por alguna brujería. Se ha analizado
por ahí que el 95% del dinero regresa al lugar de origen.
Hace meses, tomando un café con un médico
de República Dominicana que decide instalarse en Argentina, me comentaba que su
país tiene toda una cruz con los haitianos que desean entrar en él. Pero
digamos que a Dominicana tampoco les va muy bien... Es decir que el muerto se ríe
del degollado y además se cita en el cementerio de este mundo capitalista.
La abolición de la esclavitud en Haití fue
en 1789. Los manuales de Historia exponen que su independencia fue declarada en 1804. Su escudo, al igual que el de Francia - de quien fue colonia - reza: libertad, igualdad y fraternidad. La
mitad de su población vive con menos de un dólar diario. La otra mitad, con
menos de dos. Sin embargo, cada haitiano tiene una deuda externa con el
Fondo Monetario de aproximadamente cien dólares. El poder narcisista –el egoísmo
político, la codicia, el abuso, el afán de posesión y usufructo infinito (es
decir: de goce sin Ley) pueden producir esta paradoja con una hermosa isla tropical
desbordante de dolor e indigencia.
Marcelo A. Pérez
Potestad
X / 2015
ARTE:
Philippe Dodard
[ Port-au-Prince, Haití. 1954 ]