Tim Burton / Big Eyes
¿La ventana del alma o la ventana del arte? La
última obra de Tim Burton narra la historia real de la pintora Margaret Keane,
actualmente viva, y de su nuevo esposo que -en tácito y no tan tácito acuerdo
mutuo- han decidido engañar y engañarse. Creérsela: he aquí el punto: él,
porque creyó que podría ser inmune en nombre de la debilidad del otro y obtener
poder, fama y dinero; ella, porque pensó que el amor puede obtenerse a
cualquier precio; incluso perdiendo la identidad; destituyéndose como lugar de
sujeto deseante.
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Quizás muchos pensarán que esta película "corta" la
continuidad del estilo de Burton. Por el contrario, creo que lo reafirma:
quizás sólo él podría haber filmado un cuadro tan poético de una historia tan
lineal y poco impetuosa. El mismo dilema se podría decir que plantea el
subtexto de la obra: ¿qué es arte? ¿Qué define un estilo, un valor, una firma?
¿Algo kitsch puede ser bello? ¿Puede haber arte sin mercado del arte? Las obras
de M. Keane nunca se colgaron en el MOMA pero miles de ciudadanos
tuvieron sus lienzos, copias o afiches.
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El objeto de arte para salir de su dueño y entrar al mercado
debe abandonar(se). Ese es el objeto que Lacan ha denominado (a) y que
deberá perderse (oxímoron mediante: un objeto que no existe) para
entrar al lenguaje. Muchas veces un buen par de Grandes Ojos, no son suficiente
para enmarcar la ventana que da sostén a un fantasma que hay que ventilar para
que también los oídos (la imperiosa voz del SúperYo que ordena gozar) puedan
estar atentos a cuál es la posición subjetiva que conviene a cada uno y que
cada cual puede adoptar de acuerdo a su síntoma.
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Big Eyes no pretende ser brillante;
y eso la hace más interesante e incluso ronda con la estética de la pintora
quien tampoco pretendía serlo. Sólo introduce - pinzeladas mediante- un tema
harto más narcísico que estilístico; donde nuevamente volvemos a percatarnos
que no hay estética sin ética.
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MAP
Abr/2015
Margaret D. H. Keane
[ Tennessee, 1927 ]