Enfermedad / Mito. El Túnel / Melancolía.
Estimado Marcelo... Quería preguntarte que opinas, supongo
que conocerás la teoría de Szasz sobre su libro El
mito de la enfermedad mental. Según el autor, la esquizofrenia,
por ejemplo, no esta definida dentro de los parámetros médicos científicos, y
debería detectarse en una autopsia, y también dice que la psiquiatría es una
pseudo ciencia. Te lo pregunto porque de algún modo, según he leído en tus
posteos y entrevistas, la enfermedad ¿no es toda una metáfora en si misma? He
leído que afirmas que la enfermedad no existe pero si existen los enfermos:
salvando, como vos decís, casos de malformaciones genéticas o accidentes (que
obviamente no entran en la categoría de enfermedades) ¿no se trata de una
teoría entendible a todos los campos y no sólo al mental? Por otro lado, estaba
trabajando sobre El Túnel, específicamente el personaje de Juan Castel; y
quería preguntarte –para corroborar mi hipotésis- lo siguiente: ¿podríamos
enmarcar el “amor” de Castel en una erotomanía que –por no renunciar al objeto
fálico que él mismo es- termina matando a María? Gracias por todo y un gran año
2015! Jorge L.
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Hola Jorge. Una vez en una charla donde
había algunos médicos, he dicho que la medicina no es una ciencia, que -en todo
caso- la ciencia podría ser la anatomopatología o la histología. Al finalizar
la charla una persona se levantó y vino a decirme el riesgo de decir esas
cosas, pero que ella era médica y estaba de acuerdo. En realidad el tema de la
cientificidad o no es un tema epistémico extenso, porque tenemos que pensar que
a) no todas las ciencias entran en la misma categoría, b) si no es ciencia ni
arte, ¿dónde la encuadramos? Teniendo también en cuenta que tanto el arte o la
ciencia tienen su cuestión técnica. Y c) El método, que podría definir sine qua non la categoría de ciencia, es
una cuestión también compleja que se instala dentro del primer punto. Por otro
lado, la ciencia no es más que un significante. Para los orientales, la
acupuntura es una ciencia, mucho más milenaria que la medicina alopática. La
magia, es una ciencia, sino no sería humana. Y yo, al menos, no conozco ningún
mago que sea un extraterrestre con poderes extrasensorios: al contrario, todo
mago sabe que su método es puramente demostrable. Por lo tanto, es muy difícil
definir esto dentro de los paradigmas acostumbrados. Si tomamos el título del
texto ese “El mito de…” ya tenemos otro problema. El “Aparato Psíquico” también
es un mito. Y “Mito” no se opone a mentira, todo lo contrario: ya sabemos que
cuando el sujeto “miente” construye su “verdad”. Entonces: “la enfermedad (mental o no) como mito” es el escenario de la
ficción neurótica; es decir: del fantasma.
De ahí que no hay “enfermedad” fuera de éste, es decir: fuera del lenguaje. De ahí
también que ningún animal-logrado
tenga enfermedades: y mucho menos de las llamadas “auto-inmunes” donde [las
células] (d)el sujeto destruye su propio cuerpo.
Con respecto al texto de nuestro E. Sábato.
Yo no diría que Castel es un erotómano, más bien un narcisista crónico que,
como bien decís, por no renunciar a su objeto (es decir: por no castrarse por
su amada, en última instancia, por él) se condena a matarlo “en lo real”. Su amor-pasión no puede simbolizar(se) –por
decirlo así- y entonces por no bancarse la castración-simbólica, accede a la
falta-en-lo-real. Aunque parezca paradójico, aquel amor que no puede simbolizar
la muerte, termina muriendo o matando. Es decir: aquel amor en donde se juega
siempre a “todo o nada”; donde los amantes no pueden ver el horizonte simbólico (por decirlo
en criollo “el proyecto común”) y por lo tanto sólo ven su ombligo. Digamos que a
Castel incluso podríamos calificarlo como un gran melancólico (de ahí “El túnel”
del título), melancolía que termina en locura: "Existió una persona que podría entenderme. Pero fue, precisamente, la persona que maté."- Palabras de Castel, personaje que no pudo producir
convenientemente la unión deseo-amor-goce. Un problema harto complejo: sabemos
que muchos desean y no gozan; otros gozan pero no aman; y así las posibles
combinaciones. Se han escritos algunos párrafos psicoanalíticos (y algunos libros) sobre este texto, comparando incluso la personalidad de Castel
con la de Sábato, que también –como el personaje- pintaba. Por suerte nuestro escritor ha podido sublimar y zafó de la locura. Es venturoso poder ver una luz al final del túnel... Cordiales saludos, map.
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ARTE:
Alfred Otto Schulze
[Berlín, 1913 / París, 1951]
[Berlín, 1913 / París, 1951]