De la norma y De la perversión... Lacan & Foucault
En la
"Ontología tachada" y realista de Jacques Lacan, la lengua, el sexo,
la muerte nombran el mismo exilio, la misma imposibilidad. Esta marca de exilio
e imposibilidad propia de la existencia, se escribe como un jeroglífico en la
carne, es la huella "no histórica" que convoca a todas las historias,
es la letra muda que invoca a todas las palabras. En otras palabras, la
imposibilidad de la relación sexual del real lacaniano, hace que los vínculos
sociales, las estructuras del parentesco, los géneros, los dispositivos
jurídicos-disciplinarios constituyan diversas modalidades históricas de
Suplencias, que responden a dicha imposibilidad transhistórica. Nunca se podrá
negar el modo en que los dispositivos históricos intentan a través del discurso
del Amo, controlar y producir las representaciones del sexo, la muerte,
"lalengua", codificar sus trayectos en las distintas épocas,
establecer sus sentidos, pero esto se vuelve un "nominalismo
idealista" que quiere ver en cada identidad emergente una novedad
absoluta, si se desentiende del real de la imposibilidad sexual y su respuesta
necesaria en el síntoma, lo que en cada uno testimonia del exilio de la
relación sexual.
Con estas
afirmaciones muy conocidas estamos intentando insistir que desde la enseñanza
de Lacan el debate "esencialismo-construccionismo", debe ser
atravesado en sus argumentos, pues dicho debate encubre otra cuestión más
determinante; la del nominalismo histórico o el realismo lacaniano. Poner a
punto este debate, tal vez valga la pena, antes que nos sorprenda ver como el
propio psicoanálisis lacaniano se vuelve construccionista para algunos.
¿Deberíamos
entender la querella de Foucault con el psicoanálisis, en razón del tratamiento
desafortunado de la I.P.A. con respecto a la homosexualidad, tratándola
exclusivamente como una patología perversa que debe excluir a los practicantes
de dicha elección?. En este aspecto, habría que recordar que en la enseñanza de
Lacan hay un progresivo desmontaje del "neurocentrismo", es decir,
del intento por el cual se quiere pensar a la neurosis como centro de
asignación de sentido de las demás estructuras clínicas del "parletre".
En esta misma dirección se podría decir que en la enseñanza de Lacan la
heterosexualidad, como "norma-macho", tampoco constituye el lugar
último desde donde se explican las demás prácticas sexuales, tematizadas en la
enseñanza pre-lacaniana como desviaciones, o bien como fijaciones en el desarrollo.
La fijación a un goce no se resuelve nunca en un desarrollo evolutivo a
restablecer, o en una maduración de la personalidad, y ni siquiera todo el goce
fijado desaparece en la construcción-atravesamiento del fantasma. En este
punto, heterosexual, homosexual, lesbiana son siempre respuestas a la
imposibilidad de la relación-proporción sexual. Constituyen la respuesta
sintomática de la existencia al deber de su deseo. Cualquier intento de
estratificar, jerarquizar, darle prioridad a una práctica sobre las otras es
siempre una operación que se inscribe en el discurso del Amo. Tal vez fuera
deseable reservar la palabra "Perversión", que sin duda, como
insisten los construccionistas, posee una tradición semántica negativa, más que
para calificar a tal o cual práctica sexual, mas bien para evaluar la posición
del sujeto en el ámbito que Lacan designa con la operación "Kant con
Sade", ese espacio donde el sujeto se vuelve instrumento de la Ley obscena
y explota la división subjetiva del otro en función de su certeza de goce.
Según lo que este ámbito "Kant con Sade" califica, tanto hetero como
homosexuales podrían estar o no en sus dominios.
Jorge Alemán
Lacan, Foucault: el debate sobre el "construccionismo".
EN: Revista Colofón, nro. 22: Clínica de la sexuación y (no) clínica del sexo.
Boletín de la Federación Internacional de Bibliotecas del Campo Freudiano
Granada, Noviembre/2002
ARTE:
Leonora Carrington
[ Reino Unico, 1917 / México, 2011 ]