Del amor y del "todo por ti", Colette Soler.
El amor ilusorio, el amor
mentiroso, el amor engañador. Ilusorio porque no cumple sus promesas de
unión. Y no las cumple, justamente, entre aquellos en quienes el sexo no
alcanza para hacerlos partenaires. Por eso yo podía decir, siguiendo a
Lacan, que la relación-proporción sexual, el acto sexual, pone límite a
los delirios erotómanos. Tal vez sea por eso, además, que las
erotómanas, las verdaderas, son tan a menudo más bien ascéticas.
Ilusorio, por lo tanto porque no cumple sus promesas de unión, también
mentiroso porque es narcisista y disimula el amor a sí mismo bajo el
amor al otro, gran tema que Lacan, verdaderamente, recorrió durante años
en todos los sentidos. Por último, y correlativamente, el amor es
engañador. En él, el sujeto quiere su propio bien con el pretexto del
bien del otro. "Todo por ti", dice el amor, pero, en realidad a la
postre es un "todo por mi". Habría que añadir -y es un tema bien
conocido- que el amor es el gemelo del odio. En suma como dice Freud
para la psicosis, el "no lo amo" transmite en todos los casos y siempre
la verdad de la palabra de amor. Todo esto, desde luego, son verdades
que se gozan en el dolor.
Colette Soler
La maldición del sexo
Capítulo 7: el amor síntoma.
Manantial, Buenos Aires, 2000
ARTE:
Catrin Welz-Stein