Gérard Wajcman / Arte y Psicoanálisis
Gérard
Wajcman es psicoanalista y ensayista. Maestro de conferencias en el Departamento de Psicoanálisis de la Uiversidad Paris 8 y director del Centre d'Etude
d'Histoire et de Théorie du Regard
Ha declarado que así como no existe la Salud Mental,
tampoco el Arte existe, pero existen las obras de arte, es decir: que
-así como en la clínica psicoanalítica- las obras de arte deben
considerarse en el caso por caso y ninguna tiene valor de ejemplo.
"El
objeto del siglo" es su obra principal, editada el español por
Amorrortu. Citamos aquí un fragmento de una de las tantas entrevistas que le han realizado.
Fabián Fajnwaks: Usted
afirma en su libro que "un nuevo régimen de la mirada se ha instaurado,
el de una visión sin marco, fuera de marco, finalmente, sin ventana. El
muro de las imágenes no es una ventana extendida indefinidamente, sino
la abolición del muro, de los límites y de toda ventana. Con ellos, es
la división de lo visible que ha sido abolida. Si la ventana ordenaba la
relación del sujeto al mundo, la abolición de la ventana conlleva la
abolición de toda distancia, es decir de toda división subjetiva. Fin de
la separación entre el lugar del sujeto y la escena del mundo, el
espacio hipermoderno es el de un sujeto sin lugar". Mi pregunta
entonces: ¿Se trata de un sujeto sin castración? ¿De un sujeto
deslocalizado en relación a la ventana? ¿Qué ha cambiado desde que usted
decía en Fenêtres:
"Si se quiere entender algo sobre el rol y la importancia de la visión
hoy, hay que asomarse por la ventana, ya que la ventana puede ser un
ojo, ya que el ojo es una ventana"? Situaba usted la ventana como
un hecho esencialmente cultural ligado al lenguaje, diciendo además,
que la subjetividad moderna está estructurada como una ventana, la
ventana tal como se conoce en la civilización desde el Renacimiento.
Gérard Wajcman: No,
evidentemente desde ese punto de vista no se trata de un sujeto sin
castración. Lo que es nuevo es el hecho de que se pretenda hoy en lo que
se llamaba en los años 70 "ideología", lo que se constituye como
actual, la desaparición de la ventana. Pero la estructura sigue siendo
la de la ventana. Resiste fundamentalmente por razones que hacen a la
estructura del sujeto, y que me parecen absolutamente irreductibles. La
división del sujeto me parece irreductible desde este punto de vista,
pero toda la pregunta hoy es cómo ese sujeto, irreductible en su
estructura, se encuentra con un discurso, con una ideología que pretende
exactamente lo contrario. Que pretende abolir la dimensión, justamente,
de la ventana, o su división como sujeto, o que pretende que todo puede
ser visto. Lo que ha cambiado es que haya un discurso flotando, porque
no se lo puede atribuir a un discurso preciso, porque en el fondo es
algo de lo que se encuentran las marcas en todos lados. Es por eso que
quise recorrer en el libro los signos, de la manera más abarcativa
posible, de este discurso que dice "Se puede ver todo", y "Todo debe ser
visto", que no hay ninguna oscuridad fundamental. Un discurso
conquistador, una mirada conquistadora, que viene a ocupar el lugar de
una mirada absoluta que existía antes, y que viene al mismo tiempo a
suponer el final de lo que era la organización del mundo para los
sujetos, lo que estaba en efecto sostenido por el lugar de la ventana,
por el lugar del cuadro, que hacía que los sujetos pudieran estar en el
lugar de ver y en el lugar de poder sustraerse a la mirada del Otro. Hoy
se dice "Se puede ver todo", lo que anuncia una deslocalización general
de la mirada, y eso es lo que pienso como una ideología, y desde ese
punto de vista la estructura sigue existiendo.
(...)
Se
dice, en lo que se ve en el cuadro, "Cuanto más cerca se ve, más se ve
la verdad" y poco importa hoy construir una noción de lo que sería el
detalle en Pintura, que era una noción fundamental para Daniel Arasse en
la Historia del Arte, y que se sabe es la que interesaba a Freud,
cuando compara al psicoanálisis a Morelli, a los trabajos sobre la
Atribución, y él dice en el comienzo del texto sobre el Moisés de Miguel
Ángel: "Pero sí, el psicoanálisis también, como Morelli, se interesa en
el detalle", y dice algo más fuerte que eso, porque dice que el
psicoanálisis se interesa en el "desecho (resto) de la observación", lo
que es bastante formidable. Y hoy se nos explica que estaríamos más allá
de toda cuestión de este tipo, estaríamos en la visión absurda de una
imagen de la cual se piensa que va a liberarnos por ella misma y con los
medios técnicos. Y entonces la verdad es que esta idea viene a destruir
la idea de "mirada". Y por eso me ha sorprendido mucho que sea en el
Museo del Prado que se haya hecho esta primera experiencia, en el museo
en que se encuentra "Las Meninas" de Velázquez, que es una suerte de
"monumento lacaniano de la pintura". El hecho que este cuadro nos
presente en primer plano un cuadro dado vuelta, del cual Lacan dice "Es,
en el fondo, como una carta vista de atrás en un juego de cartas, y que
está permanentemente interrogando el deseo del Otro, ya que se quiere
saber lo que hay detrás". Toda la cuestión, para nosotros, es que esa
carta está siempre dada vuelta, y que la mirada se encuentra llamada por
algo que está detrás, y que continuará sin cesar interrogándonos,
solamente si se atraviesa el cuadro.
Es
eso, no lo había aun pensado así, lo que hace Google ahora, y la
ideología científica que se apropia de la Pintura es exactamente una
respuesta que quiere operar un cortocircuito de la respuesta que da
Lacan. Usted sabe eso tanto como yo, Lacan hace de "Las Meninas" una
suerte de "matema del psicoanálisis", o en todo caso un matema del final
de un análisis: hay en el cuadro algo absolutamente sorprendente (todo
esto se encuentra en algunas clases del seminario sobre "El objeto del
psicoanálisis"). Hay en el cuadro el hecho extraño del autorretrato de
Velázquez, y la presencia en el cuadro –que no era absolutamente
necesaria–, de otro personaje que se llama "Velázquez", que ha sido
reconocido como siendo otro Velázquez, que no era de la misma familia
del pintor, pero que ocupaba una función en la familia real de la época,
y que es este personaje que se ve al fondo, completamente esencial en
la estructura, un personaje vestido de negro que tiene un pié sobre un
escalón, y que levanta una cortina, lo que no es en absoluto indiferente
levanta con su mano una cortina, y es sobre él que el punto de fuga del
cuadro se inscribe, el punto de fuga llega justo sobre su codo, y se
puede fácilmente reconstruir la perspectiva del cuadro, el que va a
salir de le escena. No me recuerdo exactamente cuál es la fórmula que
Lacan utiliza, pero hay algo del tipo: "Este personaje es el que ve
porque se encuentra en el fondo de la sala –entonces ve lo que hay sobre
el cuadro dado vuelta que ha pintado Velázquez– y ahora que vi, ¿qué es
lo que he visto?". Y se sabe cuál es la respuesta que Lacan da a la
pregunta de Foucault: "¿Qué es lo que había pintado sobre el cuadro?".
Foucault había respondido: "Es el rey y la reina", respuesta que da en Las palabras y las cosas.
Pero Lacan da otra respuesta delante de Foucault, en 1966: "No es el
rey y la reina, es el cuadro que nosotros estamos viendo". Y entonces el
personaje que se encuentra en el fondo del cuadro, ha visto el cuadro
dado vuelta que ha pintado Velázquez, y lo que ha visto es lo mismo que
nosotros estamos viendo. Entonces ¿cuál es el beneficio? Desde un punto
de vista puramente matemático, es cero: vemos el cuadro, y él también lo
ha visto. Simplemente, todo lo que dice Lacan, es que para saber qué es
lo mismo había que ir a ver. Y entonces hace de este personaje la
división del sujeto, y salir de un análisis es haber pasado por otras
vías que ir a ver atrás del cuadro, con instrumentos como los rayos X,
de ir a ver lo que hay sobre el cuadro pintado por Velázquez, para ver
que no había otra cosa a ver que lo que ya había visto, más allá de la
carta dada vuelta, pero no podía saberlo sin haber ido a dar una vuelta
del otro lado. Lacan modeliza esto sobre una banda de Moebius, diciendo
que para la sublimación se hacen dos vueltas sobre la banda de Moebius y
se encuentra del otro lado. Es este el camino del atravesamiento del
fantasma. No es salir por la ventana, pero tampoco es ir a ver con rayos
X lo que hay detrás del cuadro. ¡Es hacer este movimiento en un
análisis, lo que supone que subjetivamente uno se va a encontrar en el
lugar de este segundo Velázquez, cerca de la salida y decir adiós!
Y
justamente la solución Google, la solución tecnológica, es intentar
operar un cortocircuito de la respuesta lacaniana, aun si ni la conocen,
ya que justamente la idea que excluye Lacan es la de atravesar el
cuadro, cortar la tela, o atravesar el marco del cuadro, lo que para
nosostros puede tener como versión la defenestración, atravesar la
ventana para no atravesar el fantasma, se puede hacer como pasaje al
acto. Los ingenieros de Google proponen otra cosa que el suicidio, pero…
(...)
FF:
Usted habla de la "decadencia, o la ruina de lo real" a través la
re-absorción de lo real en la imagen. Usted describe al final de su
libro una absorción de lo real por la imagen, y es el tema principal de
"Ventanas", su libro anterior. Lo que nos da el hecho que Hollywood
aparezca como la realidad misma para algunas personas, en todo caso. Y
por otro lado, el proyecto de la Ciencia Moderna fue inicialmente poder
hacer pasar lo real a la cifra, poder contabilizarlo. Que lo simbólico
permita controlar lo real. Jacques-Alain Miller señalaba esta ambición
inicial de la Ciencia en relación al desarrollo reciente del
cognitivismo. Pero es también el discurso sobre la evaluación, a la que
usted hace mención en este libro. ¿Como sitúa entonces estas dos
perspectivas? ¿se trata de dos perspectivas diferentes que se cruzarían
eventualmente?
GW:
Sí, sí, absolutamente. La Ciencia no es más "ciencia de lo real" como
decía Lacan, sino una "Ciencia sin real", en el cientificismo, es decir
una ideología. Porque la Ciencia es otra cosa. Pero se trata en efecto
de una idea cientificista que gana mucho terreno en la Sociedad y que
deviene una Cultura. Este es nuestro real, como lo digo en el libro, el
de una reducción de todo lo real a la imagen, con esta consecuencia
funesta que se ve, que todo lo que no posee imagen, no es entonces real,
y es lo que me había ocupado durante un tiempo concerniente los campos
de concentración. El psicoanálisis, desde este punto de vista, asegura
la defensa de lo real…
FF: Y los artistas también, aparentemente…
GW:
Y los artistas también. Creo que tenemos una solidaridad profunda con
los artistas. No lo saben bien en muchos casos, ¡pero hay que
decírselos!
Gérard Wajcman
Entrevista, fragmento.
Versión Completa: aquí.
ARTE:
Las Meninas
Autores:
Susana Canelo
Pablo Picasso
Alberto Sciortino