Massota - Pessoa - Beksinski - Espejo
Sin Espejo no hay Civilización. La Cultura da su primer puntapié con un acto consonante, pleonásmico: cuando el Sujeto se percata de su Otredad (entiendiendo -a pesar de su narcisismo- que su existencia deberá depender sine qua non de la presencia del semejante) y también cuando el Lenguaje lo toma para empujarlo y trenzarlo en la matriz del Otro. Cuando el símbolo lo hace humano; cuando esa humanidad ancla huella amparado en la identidad y proyectado en el Ideal. Oscar Masotta enunció: "En toda tumba hay un espejo escondido."
Pero Fernado Pessoa, con su acostumbrado malestar, con su perturbación poética, maldice al Espejo, sin entender -quizás- que es el Hermano.
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"El hombre no debiera poder ver su propia cara. No hay nada más
terrible que verla. La naturaleza dio al hombre el don de no poder ver
su cara, así como el de no poder contemplar sus propios ojos. Solo en el
agua de los ríos y los lagos el pudo contemplar su rostro. E incluso la
postura que tuvo que tomar para hacerlo fue simbólica. Tuvo que
curvarse, inclinarse para cometer la ignorancia de verse. El creador del espejo envenenó el alma humana."
Fernando
Pessoa
[ Portugal / 1888 - 1935 ]
El libro del desasosiego, 1935
Redactado bajo el heterónimo
Bernardo Soares
ARTE:
ZDZISLAW BEKSINSKI
Polonia
