El dolor-de-existir... El Mito como tapón de la Castración
¿hola que tal? tengo un par de
inquietudes acerca del edipo y lo relacionado. Mi papá no estuvo muy presente
asi que mi figura paterna fue mas mi padrastro pero era un poco agresivo y me
desidentifique, me volvi mas callado y retraido, mi duda es si esto fue
resultado de una especie de indefensión aprendida o complejo de castración al
no identificarme con la figura paterna. Yo siempre crei que me habia
"acobardado" por el trato, como puedo solucionar mi problema? Diego
Alejandro
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Estimado
Diego.
Voy a responderte con un párrafo de R. Harari, espero te sirva para ir a un analista y más allá del Mito, preguntarte por tu dolor-de-existir.
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Voy a responderte con un párrafo de R. Harari, espero te sirva para ir a un analista y más allá del Mito, preguntarte por tu dolor-de-existir.
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Es cuestión de reformular el Edipo
como mito, y no como complejo, reservando esta categoría para la castración.
Ahora bien, ¿qué quiere decir mito? No es, como se dice ingenuamente, un casi
sinónimo de mentira, como cuando se afirma de modo despectivo: “¡Ah, eso es un
mito!”. A diferencia de ello, el mito hace a una estructuración, a una
historia, especialmente en su calidad –prevalente, jerárquica– de mito de los
orígenes, el que procura, retroactivamente, dar cuenta de éstos apelando a una
fabulación de características fantásticas, inusuales, cuando no inverosímiles
(mas no por eso generadoras de incredulidad, ni mucho menos). En fin, mito
alude también al modo según el cual un niño toma posición ante lo hecho para él
por quienes desempeñan la función de padres. De allí provienen las historias
escuchadas de continuo en los análisis, al modo de: “Mi papá no me dio lo
suficiente”; “mi mamá está demasiado encima mío”; “soy un fracasado como todos
los no amamantados”; “no me es posible... ¡con los padres que tuve!”, entre
tantísimas otras. Ahora bien, tales mitos defienden al sujeto de la castración.
El vacío, concebido como agujero de la castración, queda rellenado por el mito
de Edipo. Al respecto, las claridades edípicas, tan evidentes en una serie de
analizantes, no dejan de concitar nuestra atención. Bien, como psicoanalistas,
podemos –debemos– hacernos la pertinente pregunta: si eso está tan claro, ¿qué
queda por ello oscurecido, velado? Hablando con tanta propiedad, con tantos
datos, ¿de qué están hablando, en puridad, los analizantes?
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(…)
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Tal como Lacan presenta la cuestión
relacional vigente entre Edipo y castración, resultan invertidos los términos
freudianos. Para Freud, salimos del Edipo por la castración –ejemplarmente, en
el caso del varón–, por la amenaza de castración. Para Lacan, el Edipo es una
construcción mítica por cuyo intermedio logramos defendernos de la castración,
evitándola. Respecto de tales historias edípicas, una importante tarea del
analista radica en procurar deshacerlas, para lo cual debe no otorgar más
sentidos. No es cuestión de engordar el mito adicionando aún nuevos sentidos,
por cuanto cabe buscar la desarticulación de todas esas historias llenas de
congruencia y atornilladoras de creencias con fuerte raigambre. De ese modo,
mediante el desmonte de tales historiolas, puede llegar a instalarse, en la
posición subjetiva, lo que Lacan llama –especialmente en el seminario Las
formaciones de lo inconsciente– “el dolor de existir”. En muchas ocasiones,
debido a las fábulas, a los mitos edípicos, logramos aliviar, de modo
transitorio, el dolor de existir. Sin embargo, éste es irremediable, lo tenemos
que vivir.
Roberto Harari
Extracto tomado de su texto:
“La significación del falo de Lacan
Claves introductorias.”
Ed. Lumen / Bs. As. / 2007
ARTE:
Bridget Tichenor
1917 / 1990
México