Caso Luana / Vacío y Goce / Iztacala - México
Agradezco a la
Revista de Psicoanálisis, Teoría Crítica y Cultura:
ERRANCIA... la palabra inconclusa
de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala
Universidad Nacional Autónoma de México
Esta problemática no la tiene sólo Luana y su madre: la tienen
todos los hablantes sujetados a la
castración. Por eso Freud nos recordó que el Malestar ES la
Cultura, es decir: constitucional del sujeto, y que no hay
cultura sin falta. Y toda falta conlleva un malestar consecuente. Ese
vacío es la imposibilidad del sujeto de alcanzar el goce absoluto (el
Padre Ideal) que está justamente prohibido porque no existe. (Y ya
sabemos que la ciencia, el arte y la religión intentan taponarlo de
distintos modos.) Y como hay hiancia, es que nos permitimos hablar no ya
del Ser sino de Falta-en-Ser. La inadecuación -el hiato entre lo real y
lo simbólico- lo define en su esencia; hay un significante en falta. El
Padre Ideal no existe, aunque cada neurótico lo suponga y lo espere. El
Padre también está castrado; no hay Ley que pueda -parafraseando a A.
Artaud- con la sideración de nuestro espíritu.
Deberíamos
entender que hay un Real que no se cubre; que se nos escapa, que es
imposible nombrar y aún ni los significantes Hombre o Mujer pueden
captar en su totalidad. El deseo resiste y, como dice Lacan en el
Seminario-5, "no se arregla". El modo de goce de un sujeto va de la mano
de la entrada en el Lenguaje: los animales-logrados no sufren porque no
hablan: es decir que si el sujeto pretende hacer lazo, deberá aceptar
que el sufrimiento es constitutivo.
Marcelo A. Pérez
Extracto Artículo publicado en:
Errancia... la palabra inconclusa.
Número 8: El decir de la infancia.
México