El título universitario en psicoanálisis
Relean
un poco la Biblia -¿quién se atrevería a decirle léanla? La mujer, aquí
en S2, que se hace causa del deseo, a, es el sujeto del que es preciso
decir que con la oferta logro crear demanda. El hombre nunca se habría
dejado atrapar en esta historia si no se le hubiera ofrecido primero la
manzana, a saber, el objeto a. ¿Cuál es el significante S1 que está al
final? Fi mayúscula, el signo de lo que sin duda falta a la mujer en el
asunto, y por lo cual se necesita que el hombre lo suministre. Resulta
divertido que después de setenta años de psicoanálisis aún no se haya
formulado nada sobre lo que es el hombre. Hablo del vir, del sexo
masculino. No me refiero a lo humano y otras pamplinas sobre el
antihumanismo y toda esa pifia estructuralista, me refiero a lo que es
un hombre. Es activo, indica Freud. En efecto, tiene con qué. Es preciso
incluso que le asesté un golpe para no desaparecer en el agujero. En
fin, gracias al análisis, ahora él sabe que al final esta castrado.
(...)
Quizás
empiecen a entender que quiero decir. La hommelle es la verdadera
figura del alma mater, en otras palabras, la universidad, el lugar que
les da una institución estable por haber ejercitado algunas artimañas en
torno al saber, bajo la batuta de una esposa. Tal
vez identifiquemos con bastante facilidad lo que representa en esta
línea el a. Son los pupilos, los muchachitos tomados a cargo, ellos
mismos creación de los deseos de los padres, en fin, es lo que se les
pide poner en juego, el modo en que emergieron de los deseos paternos.
En
cuanto a la postura, que está en el tercer lugar y que es aquí S1,
convendría identificarla con eso en torno de lo cual ocurre lo que se
llama la insurrección estudiantil, la manera en que los estudiantes
discuten acerca de lo que se otorga al final, a saber, digamos, un
pergamino. Parecería muy importante que ellos acepten entrar en el
juego. Si no entran en el juego, no tendrán diploma este año, lo que tal
vez se relacioné con el S1.
(...)
El
estudiante no tiene ninguna vocación de rebelión. (...) Normalmente, la
de los estudiantes es una posición por completo servil. Y además no
piensen que por haber tomado la palabra en rinconcitos el asunto está
resuelto. Para decirlo todo, los estudiantes siguen creyendo en los
profesores.
Jacques Lacan
Seminario 16, De un Otro a un otro.
Última Clase del 25, junio, 1969.
Hola, Marcelo, cómo estás! Espero que muy bien. Ya antes te había
preguntado algo por correo, y no te quería molestar otra vez, pero de
verdad hay un tema que me tiene muy inquieto ya desde hace un tiempo y
me gustaría preguntarte sobre el mismo. Tiene qué ver con respecto con
los títulos universitarios. Una de las razones por las que comencé a
leer mucho tus publicaciones fue por lo que hablas de que un título
universitario no autoriza a un analista y por las razones que muy bien
explicas del porqué el psicoanálisis no es una psicología. Cuando leí
tus posts, pensé que al fin había encontrado a alguien que compartía
ideas similares a las mías, y que además las podía explicar muy bien.
Bueno, el asunto va hacia esto: en la entrevista que te hicieron para el blog EncuentroCulturas, mencionas que "La
formación del analista no depende de un título universitario en nada;
de ningún postgrado en nada, sino de una formación continúa en la
lectura de los textos; en la transmisión de esos textos, en la
supervisión de los pacientes y, obviamente, en tenerlos: en tener
pacientes… porque, como digo siempre, hay muchos que se dicen analistas
porque hacen permanentes cursos y no tienen absolutamente paciente
alguno; así como hay actores que no se subieron nunca a un escenario
sino que simplemente hicieron cursos (y por supuesto, entonces, no son
actores) o así como hay gente que escribe novelas y las archiva en un
cajón; el analista que no tiene pacientes no es analista; a diferencia
de un médico o un psicólogo que quizás con el mero título colgado puede
ser considerado así."
Sé
que me falta mucho por recorrer para ser un psicoanalista, pero
considero que he sacrificado mucho para poder pasar por un análisis, por
leer y tratar de entender a Freud y a Lacan, en transmitir esos textos,
y en atender pacientes, he tenido a gente con quienes he acordado que
ellos me ayudarían a practicar el psicoanálisis con ellos y que ellos a
cambio tendrían un análisis gratuito, con el fin de poder practicar, me
he hecho amigo de psicoanalistas para aprender de ellos y busco cada
momento para entender mejor el psicoanálisis, sin embargo no tengo un
estudio universitario formal, estuve en la facultad de psicología y me
decepcionó grandemente. Para "certificarse" como psicoanalistas aquí en
México, hasta donde sé, se necesitan la licenciatura de psicología y
después especialidades. Llegué casi al final de la carrera de
psicología, pero al convencerme de que el psicoanálisis no es una
psicología y al decepcionarme grandemente de lo universitario, abandoné
la facultad y pensé que sería mejor aprender de psicoanalistas a través
de estar cerca de ellos, convivir con ellos, preguntarles cosas, además
de yo continuar en un análisis y en el estudio y transmisión de los
textos de Lacan y de Freud.
Sin
embargo, no puedo evitar sentir que mi formación es "ilegal", poco
valiosa, o que ante los ojos de algunos, no tiene validez. Realmente
me gustaría ejercer como psicoanalista, siento que es mi vocación, pero
temo que tener pacientes sin un título universitario me pueda meter en
problemas legales, y además constantemente me ataca el pensamiento de
que no tengo la autoridad para ejercer como analista. Te agradecería ¡mucho! si me pudieras dar tu opinión con éste respecto. Saludos desde México. -Neil H.V.
Hola Neil. Publico tu correo completo en la blog porque es un tema que se presenta por lo general en discusión y decís cosas que se repiten también en otros colegas. Se ha dicho, y yo mismo he publicado en esta blog, mucho sobre esto. Me gustaría volver a señalar dos aspectos centrales. Cada país legaliza el modo en que cada profesión debe adecuarse al servicio de la comunidad. Siempre aclaro, cuando hablo de este tema, esta cuestión: en Argentina -y supongo que en muchos países incluido México- los profesionales que pueden abordar al paciente en el ámbito de la salud pública, son los médicos y los psicólogos. Ni los psicólogos sociales, ni los psicopedagogos, ni ningún otro profesional pueden ejercer la clínica. Es decir que si uno no tiene un título que avale dicho reconocimiento (certificado por el ministerio de salud), está por fuera de la Ley vigente en el Estado.
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Ahora: en términos técnicos, la salud pública no tiene nada que ver con el psicoanálisis; que se maneja, básicamente, en un ámbito de cuatro paredes. Como decía Rodriguez Ponte -en uno de los videos que una vez publiqué aquí mismo- la salud (y sobretodo la pública) está en el ámbito de tres dimensiones; el psicoanálisis es topológico. Sé que con esto que decimos sólo complica más tu incertidumbre, pero no hay tal. La escucha del analista, su relación vía transferencia, etc.; no depende del título. Lo inconsciente y el sujeto tienen dimensión topológica.
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Yo me atrevería a agregar algo más: no existe ningún oficio que se avale por el título en sí. El título, el papel, el "pergamino" -como lo llama Lacan en el Seminario 16 cuyo párrafo posteo up supra- avala que alguien a terminado el CURSADO de determinadas materias y que la institución otorga -amparada por el ministerio de educación- un título. En ningún lado, excepto en el deseo del sujeto, se va a garantizar el OFICIO -la praxis- de dicha carrera. Es como pensar que un actor o un escritor o un músico, puedan decir "soy actor / soy músico" porque cursó carreras en diferentes conservatorios. El analista se sostiene con su formación permanente, con su control y con sus pacientes. Igual que cualquier otro oficio, más allá de un título que puede suponer "el ya estoy autorizado". Por eso muchos tienen su título guardado en un cajón pero OFICIAN de otra cosa.
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Esto no quiere decir, ya que se trata siempre del fantasma de cada cual, que quienes quieran ejercer esperen a obtener el título. Hay gente, más allá de las normas vigentes, que necesitan el aval de un Otro. Es decir: hay gente que todavía no descubre que A=A(/) es decir, que también en el Otro hay un significante en falta, que está castrado. El modo ético que tiene el analista de "reparar" esta falta es el control permanente de sus analizantes con un Otro también en transferencia de trabajo. Lo inconsciente no está colgado en una pared; tiene estato ético como bien Lacan lo describe en su Seminario-11. Cuando Freud deja de escuchar como neurólogo, empieza a dejar el título de médico y se transforma en el fundador del psicoanálisis.
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Esto no quiere decir, ya que se trata siempre del fantasma de cada cual, que quienes quieran ejercer esperen a obtener el título. Hay gente, más allá de las normas vigentes, que necesitan el aval de un Otro. Es decir: hay gente que todavía no descubre que A=A(/) es decir, que también en el Otro hay un significante en falta, que está castrado. El modo ético que tiene el analista de "reparar" esta falta es el control permanente de sus analizantes con un Otro también en transferencia de trabajo. Lo inconsciente no está colgado en una pared; tiene estato ético como bien Lacan lo describe en su Seminario-11. Cuando Freud deja de escuchar como neurólogo, empieza a dejar el título de médico y se transforma en el fundador del psicoanálisis.
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Finalmente: cuando quieras (o puedas, mejor dicho, porque tiene que ver con nuestra neurosis) ejercer como analista -y seguir hablando el tema en tu análisis-; quizás puedas también terminar tu carrera de psicología al darte cuenta que ha quedado un resto por fuera de la Castración. Si es que esa carrera, en tu país, avala la "atención pública en salud mental." Es importante, más allá de creer en los profesores o en los papeles, creer en el propio deseo. (Un grupo de estudio se organiza en base a esto, no a certificados o exámenes.) El problema del neurótico es que no siempre puede sostener lo que desea. Cordiales saludos, map.
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ARTE:
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ARTE:
Leonora Carrington
Reino Unido, 1917 / México, 2011
Reino Unido, 1917 / México, 2011