Poesía: Joaquín Sabina
Ahora que nos besamos tan despacio,
Ahora que aprendo bailes de salón,
Ahora que una pensión es un palacio,
Donde nunca falta espacio
Para más de un corazón...
Ahora que las floristas me saludan,
Ahora que me doctoro en lencería,
Ahora que te desnudo y me desnudas,
Y, en la estación de las dudas,
Muere un tren de cercanías...
Ahora que nos quedamos en la cama,
Lunes, martes y fiestas de guardar,
Ahora que no me acuerdo del pijama,
Ni recorto el crucigrama,
Ni me mato si te vas.
Ahora que tengo un alma
Que no tenía.
Ahora que suenan palmas
Por alegrías.
Ahora que nada es sagrado
Ni, sobre mojado,
Llueve todavía.
Ahora que aprendo bailes de salón,
Ahora que una pensión es un palacio,
Donde nunca falta espacio
Para más de un corazón...
Ahora que las floristas me saludan,
Ahora que me doctoro en lencería,
Ahora que te desnudo y me desnudas,
Y, en la estación de las dudas,
Muere un tren de cercanías...
Ahora que nos quedamos en la cama,
Lunes, martes y fiestas de guardar,
Ahora que no me acuerdo del pijama,
Ni recorto el crucigrama,
Ni me mato si te vas.
Ahora que tengo un alma
Que no tenía.
Ahora que suenan palmas
Por alegrías.
Ahora que nada es sagrado
Ni, sobre mojado,
Llueve todavía.
(...)
Ahora que está tan lejos el olvido,
Ahora que me perfumo cada día,
Ahora que, sin saber, hemos sabido
Querernos, como es debido,
Sin querernos todavía...
Ahora que se atropellan las semanas,
Fugaces, como estrellas de Bagdad,
Ahora que, casi siempre, tengo ganas
De trepar a tu ventana
Y quitarme el antifaz.
Ahora que los sentidos
Sienten sin miedo.
Ahora que me despido
Pero me quedo.
(...)
Ahora que nada es urgente,
Que todo es presente,
Que hay pan para hoy.
Ahora que no te pido
Lo que me das.
Ahora que no me mido
Con los demás.
Ahora que, todos los cuentos,
Parecen el cuento
De nunca empezar.
Joaquín Sabina
Ahora queAhora que me perfumo cada día,
Ahora que, sin saber, hemos sabido
Querernos, como es debido,
Sin querernos todavía...
Ahora que se atropellan las semanas,
Fugaces, como estrellas de Bagdad,
Ahora que, casi siempre, tengo ganas
De trepar a tu ventana
Y quitarme el antifaz.
Ahora que los sentidos
Sienten sin miedo.
Ahora que me despido
Pero me quedo.
(...)
Ahora que nada es urgente,
Que todo es presente,
Que hay pan para hoy.
Ahora que no te pido
Lo que me das.
Ahora que no me mido
Con los demás.
Ahora que, todos los cuentos,
Parecen el cuento
De nunca empezar.
Joaquín Sabina
-1999-