El Goce del Idiota / Onanismo - Masturbación
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El neuròtico, si se precia de tal, sabemos que (a)lgo no podrà resignar... Alguien que decide ceder -a ese goce absoluto- buscará, sin embargo, ese objeto en un semejante ( i (a) ) que oficiará de pantalla para ocultar la falta en que los dos sujetos -en su disparidad habitual- confluyen. Ahora: si el otro, el semejante, no está a mano; siempre hay una mano alternativa y adaptativa a la cual el neuròtico recurre... Lo que el sujeto desconoce -en su mastrubaciòn soldada al fantasma- es que justamente por no ser un simple onanismo, justamente porque està en las redes de lalengua, justamente porque hay fantasma adherido; la simple descarga del acto lo deja, nuevamente, a oscuras; ignorante de su deseo. De ahi que Lacan llamará a la masturbaciòn el Goce del Idiota (Seminario XX), en el sentido de la etimología griega idiôtês: «ignorante». La masturbaciòn -que Freud llegó a definir como la primera adicciòn y de la que todo el resto de las adicciones depende- engaña al sujeto con su objeto-causa; pretendiendo un autismo autosuficiente y -como lo ha enunciado R.Harari en la cita anterior- procurando una búsqueda de por sí perdida en un Cuerpo-todo-Yo que se autoabastece para -volviendo al comienzo- zafar de la castraciòn que el lazo-social impone. Nuevamente el sujeto -vía su Yo: definitivamente engañoso e infatuándose siempre- cree poseer lo que no sólo no tiene sino lo que nunca podrà alcanzar puesto que está estructuralmente perdido. De allí que el amor, al suplir la "relación sexual que no existe", posibilita un engaño mucho menos sombrío; claro: si se puede reducir a ese Yo Todo Poderoso.
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Si se plantea lo masturbatorio como una condiciòn propia del idiota, en el sentido de la autonomizaciòn y la singularizaciòn implicadas, se dice que hay en ella un intento de oposiciòn a la alienación en la demanda del Otro. Sin embargo, en cierto sentido la satisface -lo cual convierte en un acto paradòjico. Si bien el punto de partida es el goce, lo común en el acto masturbatorio -y, no infrecuentemente, en un plano consciente- es el modo en que el sujeto dice arreglárselas solo: esta supuesta prescindencia del Otro -al que no deja de mentar- comporta un carácter decisorio.
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Roberto Harari
Fantasma: ¿fin del análisis?
Cap. VII - Nueva Visión - 1990
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El neuròtico, si se precia de tal, sabemos que (a)lgo no podrà resignar... Alguien que decide ceder -a ese goce absoluto- buscará, sin embargo, ese objeto en un semejante ( i (a) ) que oficiará de pantalla para ocultar la falta en que los dos sujetos -en su disparidad habitual- confluyen. Ahora: si el otro, el semejante, no está a mano; siempre hay una mano alternativa y adaptativa a la cual el neuròtico recurre... Lo que el sujeto desconoce -en su mastrubaciòn soldada al fantasma- es que justamente por no ser un simple onanismo, justamente porque està en las redes de lalengua, justamente porque hay fantasma adherido; la simple descarga del acto lo deja, nuevamente, a oscuras; ignorante de su deseo. De ahi que Lacan llamará a la masturbaciòn el Goce del Idiota (Seminario XX), en el sentido de la etimología griega idiôtês: «ignorante». La masturbaciòn -que Freud llegó a definir como la primera adicciòn y de la que todo el resto de las adicciones depende- engaña al sujeto con su objeto-causa; pretendiendo un autismo autosuficiente y -como lo ha enunciado R.Harari en la cita anterior- procurando una búsqueda de por sí perdida en un Cuerpo-todo-Yo que se autoabastece para -volviendo al comienzo- zafar de la castraciòn que el lazo-social impone. Nuevamente el sujeto -vía su Yo: definitivamente engañoso e infatuándose siempre- cree poseer lo que no sólo no tiene sino lo que nunca podrà alcanzar puesto que está estructuralmente perdido. De allí que el amor, al suplir la "relación sexual que no existe", posibilita un engaño mucho menos sombrío; claro: si se puede reducir a ese Yo Todo Poderoso.
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Marcelo Augusto Pérez
Junio-2010
ARTE:
Susana Solis Zara
España
Magdalena / Onanismo entre sábanas
Aguafuertes
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